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El linfoma de Burkitt: causas, síntomas y tratamiento

linfoma de Burkitt

Dentro de los distintos linfomas no Hodgkin, cáncer del tejido linfático, uno de los más destacados es el linfoma de Burkitt. Lo es no tanto por ser muy frecuente, ya que es raro, sino especialmente porqué es de muy rápido crecimiento y agresivo. Además, otra de sus problemáticas, es que no solo afecta a personas adultas, también lo hace en los niños.

Como ocurre con todos los tipos de cáncer su diagnóstico temprano influye enormemente en su capacidad de cura. Por todo ello, es tan importante conocer todas las características del linfoma de Burkitt.

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¿Qué es el linfoma de Burkitt?

El linfoma de Burkitt es un tipo de linfoma de células B caracterizado por un crecimiento celular rápido y que se clasifica según el tipo de glóbulos blancos o linfocitos afectados: linfocitos B o linfocitos T.

  • Linfocitos B, el principal mecanismo de defensa contra patógenos que se replican fuera de la célula del huésped.
  • Linfocitos T, que se forman a partir de células madre en la médula ósea y también ayudan a proteger el cuerpo de las infecciones y a combatir el cáncer

En el linfoma de Burkitt se inicia en los linfocitos B, los que normalmente elaboran los anticuerpos y son parte del sistema inmunitario que se forman a partir de las células madre en la médula ósea.

Tipos del linfoma de Burkitt

Este trastorno en los linfocitos B genera tres tipos de linfomas de Burkitt:

  • Endémico: es el más frecuente en África donde aparece con más frecuencia en los maxilares de los niños y, en general, se asocia con la infección por el virus de Epstein-Barr (VEB), uno de los virus del herpes humano que causa mononucleosis infecciosa.
  • Esporádico: En este caso es el más frecuente fuera de África. Suele desarrollarse en la zona abdominal en la mayoría de los casos en la región de la válvula ileocecal o en el mesenterio. Por ello, esta clase de tumor puede causar obstrucción intestinal.
  • Linfoma relacionado con una inmunodeficiencia: Representa entre el 30 y el 40% de los linfomas no Hodgkin en pacientes seropositivos para virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).

Causas y riesgos del linfoma de Burkitt

Como se ha anticipado en su tipología, las causas son variadas.

El linfoma de Burkitt se descubrió por primera vez en niños de distintos lugares de África donde su causa es mononucleosis infecciosa, el virus de Epstein-Barr (VEB) que se propaga a través de la saliva, y puedes contagiarte al besar o al compartir alimentos o bebidas.

Así en el linfoma de Burkitt endémico, el mecanismo por el que se desarrolla no está del todo aclarado, pero al parecer el VEB estimularía la proliferación de linfocitos B y alteraría su propio genoma.

linfoma de Burkitt

Esto no ocurre con los casos en otras zonas del mundo. En el esporádico (10%-20% de todos los linfomas de Burkitt) no existe una causa clara por la que se desarrolla.

Mientras, en el relacionado con la inmunodeficiencia si se relaciona especialmente con el VIH (SIDA). El sistema inmunitario debilitado pierde la capacidad de combatir las enfermedades y presentan un mayor riesgo de infecciones y linfoma u otros tipos de cáncer

Síntomas del línfoma de Burkitt

Según el tipo de linfoma se puede notar:

  • Una inflamación de los ganglios linfáticos (glándulas) en la cabeza y cuello. Esta inflamación es frecuentemente indolora, pero crece de forma muy rápida.
  • En el caso del esporádico, comienza en el abdomen y la zona del vientre con fuertes dolores, vómitos y nauseas.

Estas son las dos zonas más comunes, pero también se puede iniciar en otras zonas del aparato digestivo como páncreas e hígado, excretor como riñones, reproductivo como testículos y ovarios y también en el cerebro o líquido cefalorraquídeo.

Además, se suelen dar otros síntomas como:

  • Fiebre.
  • Sudoración nocturna.
  • Rápida y pronunciada pérdida de peso.

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¿Cómo se diagnostica?

Uno de los problemas del linfoma de Burkitt está precisamente en que cuesta diferenciarla con otras enfermedades. Por ejemplo, en el caso del esporádico el dolor abdominal con oclusión puede confundirse con trastornos autoinmunes como la enfermedad de Crohn.

Igualmente es importante diferenciarle con otros tumores y linfomas, y para ello es importante utilizar diferentes pruebas diagnósticas para diferenciarlo:

  • Tomografías computarizadas de abdomen, pecho y pelvis.
  • Biopsia de la médula ósea o del ganglio linfático.
  • Análisis del liquido cefalorraquídeo.
  • Hemogramas completos que incluya el lactato deshidrogenasa (LDH), enzima catalizadora que se encuentra en muchos tejidos del cuerpo, pero su presencia es mayor en el corazón, hígado, riñones, músculos, glóbulos rojos, cerebro y pulmones. Un nivel anormalmente alto es indicativo de linfoma.

¿Cuál es el tratamiento del linfoma de Burkitt?

La quimioterapia es el principal tratamiento del linfoma de Burkitt. Más de la mitad de los casos se curan tras un tratamiento de quimioterapia intensiva.

Para ello, es muy importante un diagnóstico temprano ya que es un linfoma que crece muy rápidamente. Cuanto antes y más localizado esté el linfoma la tasa de curación y la esperanza de vida es mayor. Por el contrario, si existe traslocación en el linfoma fe Burkitt, si se disemina a la médula ósea o al liquido cefalorraquídeo las posibilidades de curación disminuyen.

A la quimioterapia le puede acompañar otros tratamientos, como la radioterapia, los esteroides y otros medicamentos.

En algunos casos, poco frecuentes, en el caso de linfoma esporádico, es necesario realizar una intervención quirúrgica para extirpar segmentos de intestino obstruidos o perforados.

¿Quién era Burkitt?

Denis Parson Burkitt fue un cirujano inglés que trabajando en África descubrió, investigó y escribió acerca del linfoma que ahora lleva su nombre, el linfoma de Burkitt.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Burkitt pudo desarrollar su trabajo como médico en Kenia, donde también enseñaba religión a los soldados. Tras muchos años de trabajo en África vio un caso de un cáncer en un niño pequeño que nunca antes se había descrito. Tras ver esto empezó a investigar esta enfermedad, hizo varias publicaciones en revistas, pero no obtuvo ningún resultado relevante sobre esta enfermedad hasta que la trataron como un virus. Al considerarlo como un virus Burkitt consideraba que los niños africanos que habían sufrido malaria tenían el sistema inmunitario debilitado y por esta razón eran más vulnerables.

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Redactor Salud y Consumo

Licenciado en ADE por la Universidad Autónoma de Madrid y especialista en comunicación por la Universidad Complutense, lleva desde el año 2002 escribiendo sobre temas de consumo, salud y divulgación en general, tanto en revistas escritas como Dinero y Salud, asociaciones y diversas páginas web. Además de ser colaborador en medios escritos (Expansión, Cinco Días, idealista.com, El País, Libertad Digital, El Confidencial,…) Radio (COPE, Onda Cero, Cadena Ser, Onda Madrid…) y Televisión (Telecinco, Antena 3, Telemadrid…).

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