Ictus: qué es, tipos, síntomas, causas, tratamiento y secuelas
En España mueren cerca de 40.000 personas al año a causa de un ictus, aunque la suma asciende a 120.000 casos nuevos detectados, lo que se traduce en un ictus casa seis minutos en nuestro país. Estos son los datos que aporta el Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología.
Detectar a tiempo un ictus es vital para poder aplacar las consecuencias y secuelas y, por ello, desde Aegon Seguros vamos a explicarte todo cuanto necesitas saber al respecto a continuación.
Índice
¿Qué es un ictus?
El ictus, tal y como explica el Ministerio de Sanidad y política social en su presentación sobre la Estrategia en Ictus del Sistema Nacional de Salud, es una enfermedad cerebrovascular que supone un trastorno brusco del flujo sanguíneo cerebral y que, como consecuencia, altera de forma transitoria o permanente las funciones que lleva a cabo una región determinada del cerebro. Es decir, los vasos sanguíneos que suministran sangre al cerebro se ven afectados, provocando que el paciente vea alteradas, modificadas o eliminadas las funciones básicas que se originan en la zona del cerebro que se ha visto afectada.
¿Cuáles son los síntomas de un ictus?
Los síntomas del ictus suelen presentarse de forma rápida y llevar a cabo su desarrollo del mismo modo. Pero, en algunos casos, aparecen ciertos síntomas que pueden alertar de que algo está ocurriendo y es necesario acudir a un centro hospitalario para llevar a cabo las acciones médicas que sean necesarias. La detección y tratamiento precoz es vital para reducir las posibles secuelas.
La Federación Española del Ictus alerta sobre los 5 principales síntomas del ictus que hay que aprender a diferenciar para actuar con la mayor celeridad:
- Pérdida de fuerza o sensibilidad en un lado del cuerpo (en la cara, pierna y brazo del mismo lado)
- Dificultad para hablar con normalidad o comprender
- Dolor de cabeza muy intenso y súbito
- Pérdida repentina de la visión de un ojo
- Pérdida brusca de la estabilidad, sensación de vértigo, pérdida de sensibilidad en la mitad del cuerpo…
¿Cuáles son las causas de un ictus?
El ictus suele aparecer de forma repentina y muy brusca, pero también suele ser el resultado de ciertas causas que, a lo largo del tiempo, van causando efectos en el cuerpo. Algunas de las causas del ictus pueden controlarse y prevenirse y otras no.
- Edad. A partir de los 60 años el riesgo de sufrir un ictus aumenta. Lógicamente, este es un factor en el que no se puede intervenir, pero llevar una vida sana y saludable puede reducir los riesgos.
- Sexo. Según los estudios realizados hasta la fecha, los hombres son más propensos a sufrir ictus pero, por el contrario, la tasa de mortalidad es más elevada en las mujeres.
- Antecedentes familiares. En el caso de que existan antecedentes familiares de ictus, es preciso llevar a cabo una prevención más exhaustiva.
- Hipertensión. La hipertensión arterial tiene que estar debidamente controlada por un médico, puesto que es una de las principales causas también.
- Otras patologías. Las personas que han sufrido una angina de pecho o un infarto de miocardio tienen mayor riesgo.
- Alcohol. El consumo excesivo de alcohol.
- El consumo de drogas o tabaco.
- Tener colesterol o triglicéridos altos.
- La obesidad.
- La diabetes incrementa la posibilidad de padecer un ictus, sobre todo si va unida a Hipertension.
- O, incluso, tener una vida sedentaria.
💡 En este artículo te contamos cómo nos influyen unos hábitos de vida saludable.
¿Qué secuelas deja el ictus?
Sufrir un ictus deja secuelas importantes, por ello son muy importantes las primeras horas tras el ictus, en las que hay que tratar y rehabilitar con ayuda de expertos. Facilitar los tratamientos óptimos para cada caso en particular, sin esperas y que proporcione una atención sanitaria de calidad es fundamental.
Solo en el caso de haber sufrido un ictus isquémico transitorio el paciente es capaz de recuperarse totalmente, y sin secuelas, en menos de 24 horas.
Para el resto de casos, las principales secuelas dependerán de la gravedad inicial del ictus y del tratamiento recibido posteriormente. Estas secuelas del ictus pueden ser:
- Pérdida de fuerza, de coordinación, de control del movimiento y de espasticidad, que son contracciones permanente de ciertos músculos.
- Facilidad para caerse.
- Ciertos trastornos visuales, principalmente la hemianopsia, pérdida de la visión de la mitad del campo visual.
- Trastornos en el lenguaje.
- Modificación de la sensibilidad.
- Dolor superficial desagradable que se intensifica con el tacto.
- Incontinencia urinaria.
- Deterioro cognitivo.
- Dificultad para tragar.
- Alteraciones del estado de ánimo.
Además de estas existen otras secuelas del ictus que también pueden aparecer pero, sea como sea, con la ayuda de médicos especialistas, como los logopedas, puede intentarse la recuperación del paciente.
Tipos de ictus
Existen diferentes tipos de ictus, ya que no todos aparecen con las mismas características o provocados por las mismas causas.
Los ictus están clasificados en dos grandes grupos y, en cada uno de ellos, podemos encontrar diferentes tipologías.
Ictus hemorrágico
Es poco común, pero cuando se da, la tasa de mortalidad es bastante elevada.
Se produce por la rotura de uno o varios vasos sanguíneos de las ramas arteriales, lo que acaba convirtiéndose en una hemorragia cerebral.
Dentro de este gran grupo encontramos ictus diferenciados.
- Ictus por traumatismo
- Ictus por aneurisma
- Ictus por MAV y otras malformaciones
Ictus isquémico
El ictus isquémico es el que se produce por la obstrucción de los vasos sanguíneos y que, de este modo, se impide el riego a una parte concreta del cerebro.
Dentro de los ictus isquémico podemos diferenciar:
- Ictus por embolia cerebral.
- Ictus por trombosis cerebral.
- Ictus lacunar o de pequeño vaso.
- Ictus isquémico transitorio.
- Ictus hemodinámico
Diagnóstico y pruebas médicas
En caso de alguno de estos síntomas, acuda rápidamente a urgencias. Un tratamiento rápido del ictus disminuye mucho sus secuelas.
Las 6 primeras horas son cruciales para el tratamiento porque reducen las complicaciones mas de 25%
En el centro médico lo primero que le realizarán son una serie de pruebas básicas:
- Comprobar si existen problemas de movimientos, reflejos, visión, sensibilidad, comprensión o habla.
- Revisión de la presión arterial.
- Auscultación de las arterias carótidas.
A continuación, diferentes pruebas ayudan a determinar la existencia de lesión, su localización y la extensión del ictus:
- Resonancia magnética: Determina el lugar del accidente cerebrovascular.
- Tomografía computarizada (TAC): Indica si el ictus ha originado algún sangrado.
- Angiografía: Para buscar el vaso sanguíneo bloqueado o que esté sangrando.
- Ecocardiografía: Comprueba si el ictus pudo haber sido causado por un coágulo proveniente del corazón.
- Ecodoppler: Estudia el flujo de la sangre.
Tratamiento del ictus
Existen dos niveles de tratamiento del ictus: tratamiento farmacológico y tratamiento quirúrgico. Y en una fase posterior la fisioterapia.
Tratamiento farmacológico
Si el ictus fue causado por un coágulo sanguíneo, el primer tratamiento es farmacológico para disolverlo. Son los llamados fármacos trombilíticos para deshacer el trombo.
El hándicap principal es el tiempo. Para que sea efectivo, debe iniciarse no más allá de 3 o 4 horas después del inicio de los síntomas. Cuanto más rápido se inicie, las probabilidades de disolver el trombo son mayores.
En el caso de ictus hemorrágico, el tratamiento adecuado es la embolización del aneurisma con sustancias que taponan las arterias dañadas y a la vez impedir que vuelva a romperse.
Paralelamente a este tratamiento principal se combinan otros tratamientos como:
- Anticoagulantes como el ácido acetilsalicílico (aspirina) o heparina.
- Medicación para factores de riesgo: tensión arterial, diabetes o colesterol.
Tratamiento quirúrgico
En ocasiones es necesario realizar una intervención quirúrgica para extirpar la placa de ateroma formada o dilatar la arteria mediante una angioplastia usando stent.
Para ello se usa un catéter en cuya terminación hay un pequeño balón hinchable que, al hincharse, comprime la placa contra las paredes arteriales.
Fisioterapia
La fisioterapia es fundamental para la recuperación de las secuelas de muchos tipos de ictus así como lo son la logopedia y la terapia de deglución.
El objetivo de todas estas es que quién ha sufrido un ictus recupere la mayor funcionalidad posible.
Generalmente el proceso de recuperación es largo. Aunque comience en el hospital continúa tras el alta por lo que entran en juego centros de rehabilitación especializados.
También son de gran ayuda los grupos de apoyo, en el que participan también otras personas que han sufrido un ictus.
Ictus y prevención
La Sociedad Española de Neurología advierte de que es posible la prevención en un ictus si se siguen ciertas pautas y hábitos saludables:
- Mantener una dieta rica, sana y saludable. Descubre aquí cuáles son los 15 mejores alimentos para el cerebro.
- Hacer ejercicio moderado de forma habitual
- No fumar. Aquí te contamos 9 beneficios de dejar de fumar.
- Moderar el consumo de alcohol
- Llevar un control de la tensión arterial. En nuestro artículo cómo tomar la tensión, te explicamos todo lo que necesitas para hacerlo correctamente.
- Mantener visitas médicas de revisión y control adecuadas a la edad.
El ictus es una enfermedad que puede aparecer en cualquier momento y afectar a cualquier persona. Por ello, es imprescindible saber cómo reaccionar a tiempo y, sobre todo, conocer las causas que pueden llevar a ello y los síntomas que alertan de que algo está sucediendo.
En caso de síntomas de ictus, acudir rápidamente a un centro de urgencias es vital para que cualquier tratamiento sea eficaz. Existen “protocolos ictus” en la mayoría de los hospitales. Y, en caso de sufrir secuelas, los avances en los procesos de recuperación son cada vez más importantes logrando que muchos de ellos recuperen buena parte de su vida normal.
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