Cómo quitar el mal aliento: causas y tratamiento de la halitosis

La halitosis, conocida comúnmente como mal aliento, es un problema más frecuente de lo que parece. Se estima que una de cada tres personas lo ha padecido alguna vez.
Aunque suele asociarse a una mala higiene bucal, en realidad puede tener diversas causas, tanto dentro como fuera de la boca.
En este artículo te explicamos qué es la halitosis, cuáles son las principales causas, y qué opciones existen para su tratamiento y prevención, con información clara y consejos útiles para mejorar tu salud bucal y tu bienestar diario. Porque desde Aegon queremos ayudarte a que estés bien informado para cuidar de tu salud general.
Índice
¿Qué es la halitosis?
La halitosis una alteración del aliento que provoca un olor desagradable y persistente al exhalar.
A diferencia del mal olor ocasional, como el que se produce al levantarse o después de comer ciertos alimentos, la halitosis es continua y suele estar relacionada con un desequilibrio en la boca o con alguna enfermedad subyacente.
En la mayoría de los casos, el origen está en la cavidad oral: bacterias que descomponen restos de alimentos, acumulación de placa y problemas en las encías.
Sin embargo, también existen causas fuera de la boca que pueden contribuir al mal aliento, como trastornos digestivos o respiratorios.
La halitosis puede afectar la vida social y emocional de quien la padece, provocando inseguridad o ansiedad al hablar con otras personas. Por eso, conocer sus causas y tratamientos es clave para resolverla eficazmente.
Principales causas del mal aliento
El mal aliento no siempre tiene una sola causa. Puede originarse por diversos factores que, en muchos casos, actúan combinados. Por eso, identificar el motivo exacto es fundamental para aplicar el tratamiento de halitosis adecuado.
Causas bucales: placa, encías y lengua
Se calcula que alrededor del 80–90 % de los casos de halitosis se deben a causas orales.
Las más comunes son:
- Acumulación de placa bacteriana: cuando la higiene no es suficiente, la placa se forma sobre los dientes y las encías, generando mal olor.
- Gingivitis y periodontitis: las enfermedades de las encías favorecen la proliferación de bacterias anaerobias que producen compuestos malolientes.
- Lengua saburral: la superficie rugosa de la lengua, especialmente en la parte posterior, acumula bacterias y restos de comida que contribuyen al mal olor.
- Prótesis dentales o aparatos mal limpiados: retienen restos de alimentos y microorganismos.
Para diagnosticar correctamente estas causas, el odontólogo puede usar pruebas de halimetría o análisis bacteriológicos. Una limpieza profesional y una rutina adecuada suelen ser los primeros pasos del tratamiento para la halitosis cuando el problema se origina en la boca.
Causas no bucales: digestión, tabaco o medicación
Cuando las causas no se encuentran en la cavidad oral, hablamos de halitosis extraoral. En estos casos, pueden influir diversos factores:
- Problemas digestivos: afecciones como el reflujo gastroesofágico, úlceras o digestiones lentas pueden generar gases que ascienden al aliento.
- Trastornos respiratorios: infecciones de garganta, sinusitis o bronquitis también pueden provocar olor desagradable.
- Tabaco y alcohol: el tabaco seca la boca y altera el equilibrio bacteriano; el alcohol produce un efecto similar y además deja residuos volátiles.
- Medicamentos: algunos fármacos, como los antihistamínicos o antidepresivos, reducen la producción de saliva y favorecen el mal olor.
- Otras enfermedades: la insuficiencia hepática, renal o la diabetes no controlada pueden manifestarse con halitosis por acumulación de compuestos metabólicos en el aliento.
Identificar estas causas de la halitosis requiere una valoración médica, ya que no siempre el problema está en la boca.

¿Cómo quitar el mal aliento?
Saber cómo quitar el mal aliento implica actuar sobre el origen del problema. No existe una solución universal, pero sí una serie de medidas eficaces que ayudan a controlarlo.
- Mejora tu higiene oral: cepíllate los dientes después de cada comida y no olvides limpiar la lengua, ya que en ella se acumula la mayoría de las bacterias responsables del olor. Usa hilo dental o cepillos interdentales a diario.
- Acude al dentista regularmente: las limpiezas profesionales eliminan el sarro y permiten detectar enfermedades periodontales o caries ocultas.
- Mantén la boca hidratada: bebe agua frecuentemente. La saliva es el principal mecanismo natural contra la halitosis, porque limpia y neutraliza los ácidos.
- Evita el tabaco y el alcohol: además de secar la boca, alteran el pH bucal y dañan las encías.
- Controla tu alimentación: algunos alimentos como ajo, cebolla o café pueden intensificar el olor; reduce su consumo si notas persistencia del mal aliento.
En los casos en que la halitosis no sea de origen oral, el tratamiento de la halitosis dependerá de la causa médica específica: puede requerir medicación para el reflujo, control de la diabetes o tratamiento de infecciones respiratorias.
Si el problema persiste más de dos semanas pese a una buena higiene, es recomendable acudir al odontólogo o al médico de cabecera para descartar un origen sistémico.
Alimentos que ayudan a combatir el mal aliento
La alimentación influye notablemente en la salud bucal. Existen alimentos que ayudan a combatir la halitosis de forma natural.
- Frutas y verduras frescas: la manzana, la zanahoria o el apio limpian la superficie de los dientes y estimulan la producción de saliva.
- Yogur natural y probióticos: algunos estudios sugieren que reducen los niveles de bacterias productoras de compuestos sulfurosos.
- Té verde: sus polifenoles tienen efecto antibacteriano y neutralizan los olores.
- Perejil, menta o clavo: sus aceites esenciales actúan como desodorantes naturales.
- Agua: es fundamental para mantener la boca húmeda y arrastrar restos de comida.
Por otro lado, es aconsejable moderar el consumo de alimentos que empeoran el mal aliento, como ajo, cebolla, café, embutidos o comidas muy ricas en proteínas y grasas. Estos alimentos, al descomponerse, liberan compuestos que pueden persistir varias horas en el aliento.
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Mitos y errores comunes sobre la halitosis
Existen muchas creencias erróneas sobre la halitosis.
Conocerlas ayuda a evitar prácticas poco efectivas o contraproducentes.
- “El mal aliento solo es por falta de higiene.” No siempre. La halitosis puede deberse a enfermedades digestivas, respiratorias o metabólicas.
- “El chicle o los caramelos eliminan el olor.” Solo lo disimulan temporalmente; no solucionan la causa.
- “Los enjuagues con alcohol son la mejor opción.” Algunos enjuagues pueden resecar la boca, empeorando el problema. Es preferible usar productos sin alcohol y con clorhexidina o zinc.
- “Si no tengo caries, no puedo tener halitosis.” Falso. La lengua y las encías son las principales fuentes del mal olor.
- “El mal aliento es normal con la edad.” No tiene por qué. Mantener buenos hábitos de higiene y visitas regulares al dentista previene la halitosis a cualquier edad.
Desmentir estos mitos ayuda a comprender que la halitosis es un problema médico y no un simple inconveniente estético.
Prevención y hábitos saludables
Además del tratamiento, la prevención es clave para evitar que el mal aliento reaparezca. Estas recomendaciones te ayudarán a mantener una boca sana:
- No descuides la limpieza de la lengua: usa un raspador o el cepillo con suavidad.
- Cambia el cepillo dental cada tres meses o antes si las cerdas están deformadas.
- No abuses de los enjuagues fuertes; pueden alterar el equilibrio natural de la flora oral.
- Mantén una dieta equilibrada y rica en frutas, verduras y agua.
- Si padeces sequedad bucal (xerostomía), consulta con el odontólogo sobre el uso de geles o saliva artificial.
- Evita ayunos prolongados, ya que reducen la producción de saliva.
Adoptar estos hábitos no solo mejora el aliento, sino que también contribuye a una mejor salud general.
Conclusión
La halitosis no debe considerarse un simple problema de olor, sino una señal de que algo en la boca o el organismo no funciona correctamente.
Con una higiene adecuada, revisiones periódicas y hábitos saludables, es posible prevenir y controlar el mal aliento. Si pese a ello persiste, busca orientación profesional: cada caso tiene su origen y su solución.
Con constancia, puedes recuperar una respiración fresca y una sonrisa más segura.
Fuentes:
