¿Cómo identificar y tratar las hemorroides externas?

Las hemorroides externas son un problema más común de lo que solemos admitir, y una de las afecciones anorrectales más frecuentes en la población adulta.
Pueden aparecer a cualquier edad, pero por lo general ocurre en personas adultas.
Además, provocan molestias que pueden ir desde un picor leve hasta un dolor intenso que dificulta la vida diaria.
Reconocer sus síntomas a tiempo y saber cómo actuar es clave para evitar complicaciones y recuperar el bienestar.
A continuación, desde Aegon, vamos a darte una guía completa para identificar las hemorroides externas, conocer sus diferentes grados, descubrir cómo desinflamarlas rápidamente y revisar las opciones de tratamiento más eficaces, incluyendo el uso de cremas específicas.
Índice
¿Qué son las hemorroides externas?
Las hemorroides externas se producen cuando las venas de la parte inferior del recto y alrededor del ano se dilatan y se inflaman.
A diferencia de las hemorroides internas, que se localizan dentro del canal anal, las externas se desarrollan bajo la piel que rodea el ano, por lo que suelen ser más evidentes y sintomáticas.
Entre sus principales características se encuentran:
- Dolor o molestia al sentarse o durante la evacuación.
- Picor o irritación en la zona anal.
- Bultos o protuberancias palpables alrededor del ano.
- Sangrado leve al limpiar o en la superficie de las heces.
En algunos casos, puede aparecer una trombosis hemorroidal, cuando la sangre se coagula dentro de la vena inflamada. Esto provoca dolor súbito, inflamación considerable y un bulto duro muy sensible al tacto.
Grados de las hemorroides externas
La clasificación en grados I a IV se utiliza principalmente para hemorroides internas, pero es importante que la conozcas, para que sepas cómo se clasifican las hemorroides:
- Grado I: no sobresalen del ano.
- Grado II: salen al evacuar pero regresan solas.
- Grado III: deben introducirse manualmente.
- Grado IV: permanecen prolapsadas y no se pueden reducir.
En el caso de las hemorroides externas, no existe una graduación tan formal, pero los especialistas suelen valorar la severidad en función de:
- Tamaño del bulto.
- Presencia o no de trombosis.
- Nivel de dolor e inflamación.
- Frecuencia del sangrado.
De este modo, una hemorroide externa pequeña y sin dolor se consideraría un cuadro leve, mientras que una trombosada que limita la vida diaria sería un caso grave.
Síntomas de las hemorroides externas
Las señales de alerta de una hemorroide externa incluyen:
- Dolor o ardor, sobre todo al defecar o permanecer sentado mucho tiempo.
- Irritación en la zona anal.
- Aparición de uno o varios bultos azulados alrededor del ano.
- Sangrado leve que suele detectarse al limpiar con papel higiénico.
- Sensación de pesadez o presión rectal.
Estos síntomas suelen variar en intensidad y muchas veces se agravan tras periodos de estreñimiento, diarrea recurrente, embarazo o sedentarismo prolongado.
¿Cómo desinflamar las hemorroides externas rápidamente?
Uno de los principales objetivos de los pacientes es encontrar alivio inmediato. Algunas medidas eficaces son:
- Baños de asiento con agua tibia: entre 10 y 15 minutos, dos o tres veces al día, reducen la inflamación y relajan el esfínter anal.
- Compresas frías o bolsas de hielo: aplicadas con una tela fina sobre la zona durante pocos minutos ayudan a disminuir la hinchazón.
- Cremas con anestésicos o corticosteroides suaves: proporcionan alivio temporal del dolor y el picor.
- Analgesia oral: fármacos como el ibuprofeno o el paracetamol calman el dolor y reducen la inflamación.
- Evitar el esfuerzo al evacuar: el estreñimiento y la presión excesiva empeoran el cuadro, por lo que conviene una dieta rica en fibra y una buena hidratación.
Con estas medidas, muchas personas logran una mejoría significativa en pocos días.

Tratamiento de las hemorroides externas
- Fibra y líquidos: consumir frutas, verduras y cereales integrales, junto con al menos 1,5–2 litros de agua diarios.
- Evitar permanecer mucho tiempo sentado: especialmente en el inodoro.
- Ejercicio regular: caminar o practicar actividad física ligera mejora la circulación venosa.
- Higiene cuidadosa: limpiar con agua o toallitas sin alcohol en lugar de frotar con papel seco.
Cremas y pomadas
El uso de una crema para hemorroides externas es una de las estrategias más empleadas. Suelen contener:
- Hidrocortisona: reduce inflamación y picor.
- Anestésicos locales como lidocaína: alivian el dolor.
- Extractos naturales como hamamelis: calman la irritación.
Es fundamental no prolongar su uso más de una semana sin supervisión médica para evitar efectos secundarios.
Tratamientos orales y suplementos venotónicos
Los flavonoides como la diosmina y hesperidina fortalecen las paredes venosas y mejoran la circulación. Suelen recetarse en brotes agudos o casos en los que aparecen frecuentemente. También se recomiendan ablandadores de heces para prevenir el esfuerzo al evacuar.
Procedimientos médicos y cirugía
Cuando los síntomas son intensos o frecuentes, el especialista puede indicar:
- Ligadura con banda elástica: se coloca una goma que corta el flujo sanguíneo de la hemorroide.
- Escleroterapia: se inyecta una sustancia que reduce el tamaño de la vena.
- Coagulación infrarroja o láser: técnicas mínimamente invasivas.
- Hemorroidectomía quirúrgica: en hemorroides externas grandes, trombosadas o resistentes al tratamiento.
Hoy en día también existen técnicas avanzadas, como la desarterialización transanal o la hemorroidopexia con grapas, que reducen el dolor postoperatorio y mejoran la recuperación.
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Hábitos y cuidados para prevenirlas
Más allá del tratamiento, la prevención es clave. Algunos consejos útiles:
- Mantener una dieta rica en fibra.
- Hidratarse bien cada día.
- Evitar permanecer largos periodos sentado.
- Acudir al baño cuando el cuerpo lo demande, sin retrasar la evacuación.
- Practicar ejercicio moderado.
Adoptar estos hábitos no sólo ayuda a evitar recaídas, sino que mejora la salud digestiva en general.
Conclusión
Las hemorroides externas son una afección frecuente y silenciosa que, aunque molesta, suele tener buen pronóstico cuando se actúa de forma temprana. Reconocer los síntomas, entender la clasificación clínica y aplicar medidas rápidas de alivio son los primeros pasos para recuperar el bienestar.

El uso de cremas para hemorroides externas, una alimentación adecuada y hábitos saludables son la base del tratamiento. En casos más graves, la medicina actual ofrece soluciones mínimamente invasivas y eficaces.
Del mismo modo que sucede con otras molestias anorrectales, como el dolor de coxis sin golpe, la clave está en no normalizar el malestar y consultar al profesional de salud cuando los síntomas persisten.
Fuentes oficiales
- Mayo Clinic — Hemorroides
- Fisterra (Elsevier) — Información para pacientes: ¿Qué son las hemorroides y cómo se tratan
- Asociación Española de Coloproctología (AECP) — Portal de pacientes (descarga de hojas informativas)
- Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) — Guía práctica de la salud: Hemorroides / Fisura anal
- Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) — Conozca mejor su enfermedad: Hemorroides.
- SERGAS (Servicio Gallego de Salud) — Guía rápida sobre rectorragia (incluye indicaciones en hemorroides, PDF)
- MurciaSalud — Preevid (Servicio Murciano de Salud) — Tratamiento ambulatorio con radiofrecuencia en hemorroides internas grado II.
- Institut Català de la Salut (ICS) — Ablación por radiofrecuencia para hemorroides (nota oficial)
- Elsevier (Revista Gastroenterología y Hepatología) — Guía de práctica clínica sobre el manejo de las hemorroides y la fisura anal