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¿Qué es la blefaritis, síntomas y cómo tratarla?

Mujer con el ojo rojo por blefaritis

La blefaritis es una inflamación persistente del borde de los párpados que puede hacer que algo tan cotidiano como parpadear resulte incómodo. 

Aunque no suele ser grave, sí es muy molesta y tiende a reaparecer si no se controla bien.

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Conocer qué es la blefaritis, por qué aparece y cómo se trata permite mantenerla a raya y mejorar la calidad de vida. 

A continuación, desde Aegon, te explicamos más en profundidad todo cuanto tiene que ver con esta afección. 

¿Qué es la blefaritis y cómo afecta a los ojos?

La blefaritis es una inflamación crónica o recurrente del borde palpebral, justo en la zona donde nacen las pestañas. 

Este borde contiene pequeñas glándulas encargadas de producir los aceites que mantienen la lágrima estable. Cuando estas glándulas no funcionan bien o se irritan, aparece inflamación y molestia.

La blefaritis puede generar múltiples sensaciones: picor, escozor, ardor o la famosa “arena” que parece no desaparecer nunca. 

No suele causar daños en la visión, pero sí interfiere en la comodidad diaria. Además, es frecuente que se combine con sequedad ocular, lo que aumenta la irritación.

Entender qué es la blefaritis ayuda a quitarle misterio y sobre todo a empezar a controlarla desde los primeros síntomas, evitando que se convierta en un problema persistente.

Tipos de blefaritis y sus características

Aunque todas comparten la inflamación del borde del párpado, los tipos de blefaritis se diferencian según la zona afectada y el origen de la alteración.

1. Blefaritis anterior

Se localiza en la parte externa del párpado. Es habitual ver pequeñas escamas, enrojecimiento y restos que se acumulan en la base de las pestañas. 

Suele relacionarse con bacterias o problemas de piel como la dermatitis seborreica.

2. Blefaritis posterior

Afecta a las glándulas de Meibomio, situadas justo detrás de las pestañas. Cuando estas glándulas no producen el aceite correctamente, la película lagrimal pierde estabilidad y aparece irritación. 

Es frecuente en personas con piel grasa o tendencia a la rosácea.

3. Blefaritis mixta

Es la combinación de las dos anteriores. 

Los síntomas se suman, por lo que los brotes pueden ser más intensos y prolongados. Es también la más habitual en la práctica clínica.

Causas más frecuentes de esta inflamación ocular

Las causas de la blefaritis son diversas y en muchos pacientes coinciden varias al mismo tiempo. 

Algunas de las más frecuentes son:

  • Acumulación de bacterias: no es una infección grave, pero ciertas bacterias pueden multiplicarse en exceso y generar irritación.
  • Obstrucción de las glándulas de Meibomio: estas glándulas pueden taponarse, haciendo que el aceite se espese y no drene bien.
  • Dermatitis seborreica: la caspa del cuero cabelludo o cejas suele extenderse a los párpados y provocar inflamación.
  • Reacción a cosméticos: maquillajes, lápices de ojos o productos de limpieza pueden irritar la zona.
  • Rosácea ocular: una condición cutánea que también afecta la superficie ocular.
  • Ácaros como demodex: unas pequeñas criaturas que viven en los folículos de las pestañas y, si proliferan demasiado, irritan la piel.

En ocasiones, la blefaritis se confunde con orzuelos, sobre todo cuando hay un bultito doloroso. 

Principales síntomas de la blefaritis

Los síntomas pueden variar de una persona a otra, pero suelen seguir un patrón bastante reconocible:

  • Sensación de picor constante.
  • Bordes del párpado rojos o inflamados.
  • Costras o pequeñas escamas adheridas a las pestañas.
  • Ojos llorosos o, por el contrario, sensación de sequedad.
  • Molestia con la luz.
  • Pesadez en los párpados.
  • Caída ocasional de pestañas.
  • Sensación de quemazón o irritación al final del día.

Algo muy característico es que los síntomas suelen estar peor por las mañanas, debido a la acumulación nocturna de secreciones.

El diagnóstico de la blefaritis suele realizarlo un oftalmólogo mediante una inspección detallada del párpado y la superficie ocular. También puede evaluar la calidad de la lágrima y comprobar si las glándulas están obstruidas.

Es recomendable acudir al especialista si:

  • Las molestias continúan más de varios días.
  • La visión se vuelve borrosa.
  • El párpado se hincha demasiado.
  • Aparecen bultitos que no desaparecen (como quistes o chalaziones).
  • El tratamiento casero de la blefaritis no da resultado.

Cuanto antes se detecte, más eficaz será el control de los síntomas y menor la probabilidad de recaídas.

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Tratamiento de la blefaritis

El tratamiento de la blefaritis suele estar basado en mejorar la higiene palpebral y en ocasiones combinarlo con medicación. 

No existe un único tratamiento universal; cada caso requiere ajustes según la intensidad y las causas.

  1. Compresas calientes

El calor ayuda a ablandar las secreciones y facilita que las glándulas se vacíen correctamente. Lo ideal es aplicar compresas tibias durante unos 5 a 10 minutos.

  1. Limpieza del borde del párpado

La limpieza diaria es esencial. Puede hacerse con toallitas específicas o con una mezcla de agua templada y un limpiador suave indicado por el especialista. Esta rutina reduce las bacterias y elimina costras.

  1. Medicación

Si la inflamación es intensa, el oftalmólogo puede recetar pomadas antibióticas, gotas antiinflamatorias o, en casos más complicados, antibióticos orales que ayudan a mejorar la consistencia del aceite producido por las glándulas.

  1. Lágrimas artificiales

Son útiles para aliviar la sensación de sequedad y mejorar el confort, sobre todo en personas que pasan muchas horas con pantallas.

  1. Tratamientos complementarios

En la blefaritis posterior, a veces se indica masajear el párpado para ayudar a drenar el aceite. También puede recomendarse tratar problemas de piel asociados, como la dermatitis o la rosácea.

Mujer aplicando gotas en los ojos por blefaritis

Higiene ocular y cuidados diarios

La higiene diaria es el pilar fundamental del tratamiento casero de la blefaritis. Sin ella, la mejoría suele ser temporal.

Te recomiendo seguir esta rutina:

  1. Calor húmedo diario: antes de limpiar los párpados, usa compresas tibias para ablandar las secreciones.
  2. Masaje suave: presiona ligeramente el párpado hacia la línea de las pestañas para facilitar el drenaje.
  3. Limpieza del borde: utiliza una gasa limpia o una toallita específica para retirar restos y escamas.
  4. Evita frotarte los ojos: el frotamiento solo empeora la inflamación.
  5. Retira siempre el maquillaje: dormir con maquillaje aumenta las irritaciones.
  6. Revisa tus productos cosméticos: utiliza productos hipoalergénicos y renueva el rímel con frecuencia.

La clave es la constancia. Sin una buena rutina, la blefaritis reaparece incluso tras semanas de mejoría.

¿La blefaritis tiene cura definitiva?

Una de las dudas más frecuentes es si existe una cura definitiva para la blefaritis

La realidad es que, en la mayoría de casos, la blefaritis se considera una enfermedad crónica. Esto no significa que no mejore, sino que tiende a reaparecer si se abandona el cuidado diario.

La buena noticia es que, con una higiene adecuada y siguiendo las recomendaciones del especialista, muchas personas pasan largos periodos sin síntomas. 

En otras palabras: puede no tener una cura absoluta, pero sí puede controlarse al punto de prácticamente olvidarte de ella.

Consejos para prevenir su aparición y recaídas

Además del tratamiento, ciertos hábitos pueden reducir considerablemente los brotes:

  • Mantén la higiene palpebral incluso cuando no haya síntomas.
  • Evita ambientes muy secos y usa humidificador si es necesario.
  • No compartas maquillaje ni aplicadores.
  • Sustituye el maquillaje de ojos cada pocos meses.
  • Haz pausas si usas pantallas durante muchas horas seguidas.
  • Controla problemas de piel como la rosácea o la dermatitis seborreica.
  • Incluye omega-3 en tu dieta: ayuda a mejorar la calidad de la lágrima.
  • Descansa bien y reduce el estrés, que suele empeorar las recaídas.

Estos hábitos pueden marcar una gran diferencia en la frecuencia de los brotes.

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Conclusión

La blefaritis es una afección molesta, pero con información adecuada y una rutina constante se puede controlar sin grandes complicaciones. 

Aunque no exista una cura definitiva para la blefaritis, mantener una buena higiene y tratar las causas asociadas permite vivir prácticamente sin síntomas. La clave está en la constancia y en acudir al especialista ante cualquier empeoramiento.

Gracias a los diferentes seguros médicos privados que te ofrecemos en Aegon, podrás tratarte adecuadamente cuando lo necesites. 

Fuentes:

MDSaúde

Clínic Baviera

Centro Barraquer

Mayo Clinic

Sociedad Oftalmológica Española

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Aegon

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