Bocio: qué es, cómo se manifiesta y cómo se trata

El bocio es una alteración de la glándula tiroides que puede llegar a generar mucha preocupación en las personas que lo padecen.
Aunque en muchos casos es benigno, su aparición puede deberse a causas diversas y, además, aparecer en diferentes niveles de gravedad.
A continuación, vamos a explicarte qué es el bocio, cómo se origina, cuáles son sus principales síntomas, los distintos tipos que existen, su diagnóstico y las opciones de tratamiento más adecuadas.
Y recuerda, ante cualquier síntoma que no sea normal, acude a tu médico con rapidez para poder ser diagnosticado debidamente.
Índice
¿Qué es el bocio y por qué se produce?
El bocio tiroideo es cuando se produce un aumento en el tamaño de la glándula tiroides, que se encuentra en la parte frontal del cuello.
Puede ser visible y presentarse como una hinchazón o masa en esta zona.
Es importante saber que el bocio no es una enfermedad en sí misma, sino que es un signo de que algo está alterando el correcto funcionamiento o la estructura de la tiroides.
Este agrandamiento o inflamación, puede aparecer en personas con función tiroidea normal, con hipotiroidismo o con hipertiroidismo.
Causas principales
Las causas más comunes que pueden provocar la aparición del bocio son:
- Déficit de yodo: Es una de las causas más frecuentes a nivel mundial. El yodo es necesario para la producción de hormonas tiroideas y, cuando hay una carencia o déficit en el organismo, la tiroides se agranda en un intento de compensarlo.
Consumir alimentos ricos en este mineral es fundamental. Aquí puedes consultar una lista de alimentos con yodo que ayudan a prevenir el bocio.
- Trastornos autoinmunes: Algunas enfermedades como Graves y Hashimoto, pueden provocar bocio, ya que si el paciente las padece significa que el sistema inmunológico está atacando a la tiroides.
- Factores hormonales: Los cambios hormonales durante el embarazo, la pubertad o la menopausia, pueden tener un importante efecto en el tamaño de la glándula.
- Nódulos tiroideos: La formación de quistes o masas sólidas dentro de la glándula también puede causar bocio multinodular.
- Factores genéticos o familiares: Existe una predisposición hereditaria en algunos casos.
Síntomas del bocio
Los síntomas del bocio pueden variar mucho según su tamaño, tipo y causa.
En muchos casos, especialmente si es pequeño, puede no producir molestias, pero cuando es más grande o interfiere con el funcionamiento de la glándula, puede provocar es importante que el médico lo revise adecuadamente, ya que el paciente puede presentar:
- Sensación de presión en el cuello.
- Molestia en el cuello.
- Dificultad para tragar.
- Dificultad para respirar.
- Tos persistente.
- Ronquera
- Cambios en la voz
- Síntomas de hipotiroidismo como, por ejemplo, el cansancio, la piel seca o aumento de peso.
- Síntomas de hipertiroidismo como pérdida de peso, nerviosismo y taquicardia
En casos avanzados, el bocio tiroideo puede ser visible de forma externa, pues aparece una especie de bulto en la base del cuello.

Tipos de bocio tiroideo
Existen diferentes tipos de bocio que se clasifican según su forma, la causa que lo produce y el impacto que tiene sobre la producción de hormonas.
Después de realizar las pruebas médicas que sean necesarias, será el especialista quien determine qué tipo de bocio padece el paciente.
Bocio simple o difuso
Es un agrandamiento general de la glándula. No hay presencia de nódulos ni alteración hormonal.
Es típico en adolescentes, embarazadas o en personas con déficit de yodo.
Bocio multinodular
El bocio multinodular es cuando dentro de la glándula tiroides se forman diferentes nódulos.
Puede mantenerse estable durante años o crecer lentamente.
Si alguno de estos nódulos produce hormonas de forma independiente, se denomina bocio multinodular tóxico.
Bocio tóxico o no tóxico
- Bocio tóxico: Es aquel que está asociado a un exceso de producción de hormonas tiroideas, lo que se llama hipertiroidismo.
Puede provocar diferentes síntomas como la sensación de palpitaciones en la zona, una sudoración excesiva o pérdida de peso repentina sin explicación aparente.
- Bocio no tóxico: No afecta la producción hormonal.
Suele ser asintomático y se detecta en revisiones médicas o cuando el paciente siente que tiene molestias en la zona.
Cómo se diagnostica el bocio
El diagnóstico del bocio debe hacerlo siempre un médico, aunque el paciente se haya detectado en algún momento que tiene pequeños bultos en la zona del cuello. Y lo hará a través de una exploración física.
A raíz de ahí, será el médico quien solicite más pruebas para poder hacer un diagnóstico preciso si lo considera oportuno.
Las principales pruebas que se llevan a cabo son:
- Examen físico: el médico realiza una palpación del cuello para poder determinar si existen aumentos de tamaño o nódulos.
- Análisis de sangre: Para medir los niveles de TSH, T3 y T4, y valorar la función tiroidea.
- Ecografía tiroidea: Permite observar el tamaño, la forma y la presencia de nódulos o quistes.
- Gammagrafía tiroidea: Muestra la actividad funcional de la glándula y distingue entre nódulos calientes (funcionan) y fríos (no funcionan).
- Biopsia por aspiración con aguja fina (PAAF): Se utiliza si hay sospecha de malignidad.
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Tratamiento del bocio según su tipo y tamaño
El tratamiento del bocio tiroideo depende de varios factores, como por ejemplo el tipo de bocio que presenta el paciente, su tamaño, si hay alteraciones hormonales o no y si hay síntomas que deban tenerse en cuenta.
Bocio pequeño y sin síntomas:
No requiere de tratamiento específico.
Se suele hacer un seguimiento periódico por parte del médico para valorar su crecimiento o si existen cambios alarmantes.
Bocio por déficit de yodo:
Si se detecta este tipo de bocio, se recomienda aumentar el consumo de alimentos ricos en yodo como, por ejemplo, pescados, mariscos, lácteos y sal yodada.
Hipotiroidismo asociado:
Si aparece este tipo de bocio, el tratamiento consiste en la toma de levotiroxina, que es una hormona tiroidea sintética.
Bocio multinodular o con hipertiroidismo:
En estos casos es posible que se necesite llevar a cabo un tratamiento con antitiroideos, yodo radiactivo o cirugía. Pero siempre será el médico especialista quien determine qué hacer en cada caso.
Bocio muy grande o con sospecha de cáncer:
La intervención quirúrgica es la opción preferida, especialmente si causa compresión o existe riesgo de que el paciente pueda padecer cáncer.
Terapias complementarias:
En algunos casos se pueden utilizar suplementos de yodo, llevar a cabo cambios en la dieta y, sobre todo, realizar un seguimiento endocrinológico frecuente para controlar el bocio.

Conclusión
El bocio es una alteración de la glándula tiroides que, aunque muchas veces es benigna, requiere de la atención médica necesaria para poder identificar sus causas y valorar cuál es el tratamiento que se debe llevar a cabo.
Con un diagnóstico adecuado y un control periódico, es posible prevenir complicaciones y mantener la salud tiroidea.
Pero reconocer los síntomas del bocio, saber qué es el bocio y actuar a tiempo puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida del paciente.
Fuentes consultadas
- Mayo Clinic. Bocio: definición y síntomas.
- MedlinePlus. Bocio – información general.
- De Leo, S., Lee, S., Braverman, L.E. Hyperthyroidism. The Lancet, 2016.
- Chaker, L., Bianco, A.C., Jonklaas, J., Peeters, R.P. Hypothyroidism. The Lancet, 2017.
- SciencieDirect.B.Peris Roig et al. Bocio endémico y déficit de yodo: ¿sigue siendo una realidad en España? 2006.
SciencieDirect.B.Peris Roig et al. Bocio endémico y déficit de yodo: ¿sigue siendo una realidad en España? 2006.