La embolia pulmonar: síntomas, causas y recuperación
Enlace copiadoLa embolia pulmonar es una enfermedad en la que un coágulo de sangre llega a las arterias de los pulmones y las tapona. Esto afecta, anualmente, a más de 59.000 personas en España, según los datos que aporta la Organización Médica Colegial de España.
El diagnóstico y tratamiento inmediato de una embolia puede resultar vital en la mayoría de los casos. Las causas que la pueden provocar son diversas y sus síntomas pueden variar en función del grado y la afectación de cada paciente, como te explicaremos a lo largo de este artículo.
Todos estamos expuestos a sufrir, en algún momento, diversos tipos de dolencias o enfermedades. Algunas pueden ser menos graves, pero otras, como un ictus, la disnea o una embolia pulmonar, revisten mayor gravedad y requerirán de una atención rápida y de un seguimiento médico exhaustivo.
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Índice
Qué es una embolia pulmonar
La embolia pulmonar es una enfermedad grave que debe detectarse y tratarse a tiempo. Se produce cuando un trombo causado en otra parte del cuerpo, principalmente en las piernas o las ingles, viaja a través del torrente sanguíneo hasta la arteria del pulmón, colapsándola e impidiendo que el riego sanguíneo funcione con normalidad.
La muerte por embolia pulmonar es muy posible si el coágulo es muy grande o si hay varios diferentes, aunque no siempre es así. En otras ocasiones puede causar secuelas, bajos niveles de oxígeno en sangre o lesiones en diferentes órganos del cuerpo debido, de nuevo, a la falta de oxígeno.
Diferencia entre trombo y embolia
La principal diferencia entre trombo y embolia es que el trombo es un coágulo de sangre que se forma en un sitio concreto del cuerpo y permanece inmóvil, obstruyendo la circulación de la zona hasta que se disuelve o se aplica el tratamiento correspondiente. Sin embargo, la embolia se produce cuando ese mismo coágulo viaja a través del torrente sanguíneo a otras partes del cuerpo, en este caso las arterias de los pulmones, obstruyendo la circulación por completo.
Causas
Como explica la Sociedad Española de Medicina Interna, SEMI, las causas de la embolia pulmonar pueden ser evitables en algunas ocasiones y en otros casos, debido a condicionantes genéticos, no evitables.
Algunos factores de riesgo pueden ser la edad, los antecedentes previos, el cáncer activo, las enfermedades neurológicas con parálisis en las extremidades, el reposo prolongado en la cama, la insuficiencia cardiaca o respiratoria, la trombofilia congénita, estar sometido a una terapia hormonal, recibir un traumatismo, tener presencia de varices, someterse a una cirugía mayor…
Síntomas de la embolia pulmonar
Al igual que la EPOC y la fibrosis quística, los síntomas de la embolia pulmonar empiezan por una sensación de ahogo persistente en el paciente.
Además, también es probable que la respiración sea muy rápida, lo que provoca agitación y puede confundirse con un fuerte ataque de ansiedad.
El dolor torácico suele ser persistente y el paciente puede sufrir mareos por la falta de oxígeno, o incluso desvanecimientos y convulsiones.
Estos son algunos de los síntomas que pueden aparecer en un paciente que sufre una embolia pulmonar, pero también episodios de tos, fiebre, cianosis (color de la piel azul) o la expulsión de esputos teñidos de sangre.
Otros de los síntomas comunes son la hinchazón de tobillos y piernas, y la sensación de debilidad general que va aumentando durante los primeros meses después de haber sufrido la embolia pulmonar. Incluso, aunque no muy frecuentemente, algunos pacientes con embolia pulmonar grave pueden llegar a fallecer de forma súbita, rápida y fulminante.
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Tratamiento y recuperación
La esperanza de vida después de una embolia pulmonar es, por norma general, buena, siempre y cuando se diagnostique a tiempo y se lleve a cabo el tratamiento adecuado e inmediato. El control y seguimiento del médico especialista es esencial para que la recuperación sea favorable y las secuelas provocadas por la embolia pulmonar mínimas.
Entre los principales tratamientos que los especialistas recetan a los pacientes están los anticoagulantes y los trombolíticos. Aunque también se suelen hacer intervenciones como la trombolisis con asistencia por catéter o, en caso de que el paciente no pueda tomar anticoagulantes por diversos motivos, tomar medidas mecánicas consistentes en filtros de vena cava.
Cuando los niveles de oxígeno en sangre son bajos también se suministra oxígeno y, si la presión arterial es baja, se procede a la administración de líquidos intravenosos.
Durante toda la recuperación del paciente, el personal sanitario debe realizar un seguimiento continuo y, en caso de que se considere necesario, cambiar, modificar o iniciar un nuevo tratamiento.
Esperanza de vida después de una embolia
Pese a la gravedad de la enfermedad, la probabilidad de muerte por embolia pulmonar es muy baja, puesto que muy pocos pacientes fallecen instantáneamente y solo un 15% lo hace durante el primer mes del tratamiento. El resto de pacientes pueden llevar a cabo una recuperación aceptable, aunque con algunas secuelas, si mantienen el tratamiento y las indicaciones que su médico establezca.
Conocer cuáles son los principales síntomas de la embolia pulmonar puede ayudar a reducir el riesgo de fallecimiento e incluso de padecer graves secuelas de por vida. Y es que, como hemos dicho anteriormente, el diagnóstico temprano y el tratamiento correcto es fundamental para paliar los efectos de esta enfermedad.
La salud es esencial para cualquier persona y es necesario llevar a cabo una dieta sana, equilibrada y saludable que ayude a nuestro cuerpo a mantener un buen estado de salud. Además, por supuesto, de realizar ejercicio físico moderado y acudir periódicamente al médico para llevar a cabo revisiones que garanticen que todo funciona tal cual debe hacerlo según la edad del paciente.
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