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Miocardiopatía hipertrófica: qué es, tipos y cómo detectarla

Hombre con dolor en el pecho, síntoma de la miocardiopatía hipertrófica

La miocardiopatía hipertrófica es una condición cardíaca complicada, y a menudo silenciosa, en la que el músculo del corazón se engrosa de manera inesperada, haciendo que su función normal quede perjudicada. 

Aunque muchas personas no presentan síntomas, esta enfermedad puede desencadenar señales graves y contribuir a complicaciones importantes si no se detecta a tiempo. Por ello, es importante llevar a cabo revisiones médicas anuales y, ante cualquier síntoma inesperado, acudir a un profesional médico para que pueda examinar y diagnosticar qué es lo que está pasando.

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A continuación vamos a explicarte más en profundidad qué es, cuáles son sus manifestaciones, cómo se diagnostica y qué tipos existen. 

Además, también te explicaremos el posible pronóstico y las estrategias de tratamiento más actuales que suelen recomendar los especialistas, con el fin de que puedas estar bien informado sobre la miocardiopatía hipertrófica.

¿Qué es la miocardiopatía hipertrófica?

La miocardiopatía hipertrófica es una enfermedad del músculo cardíaco en la que éste se engrosa de forma anómala. Y esto sucede sin tener relación ninguna con causas como la hipertensión o el envejecimiento. 

Esta hipertrofia suele afectar el tabique interventricular o cualquier parte del ventrículo izquierdo, lo que puede dificultar el bombeo eficaz de sangre o provocar rigidez, afectando la capacidad de relajación del corazón.

Se trata de la forma genética más común de miocardiopatía

Muchas personas nacen con mutaciones que predisponen a su desarrollo, aunque el aumento de grosor del músculo puede manifestarse en distintas etapas de la vida.

Síntomas de la miocardiopatía hipertrófica

Por norma general, la miocardiopatía hipertrófica no presenta síntomas evidentes y puede pasar desapercibida, lo que dificulta su detección temprana.

Cuando los síntomas aparecen, suelen incluir:

  • Dolor en el pecho especialmente durante el ejercicio físico.
  • Falta de aire al realizar algún tipo de esfuerzo, lo que es un reflejo de la dificultad para bombear o relajar el corazón.
  • Palpitaciones, con la sensación de latidos rápidos o irregulares.
  • Desmayos, especialmente durante o después del esfuerzo físico.

¿Cómo se detecta la miocardiopatía hipertrófica?

Según los médicos especialistas, para poder llevar a cabo un diagnóstico preciso, es necesario llevar a cabo una exploración física, un examen clínico, pruebas de imagen y una evaluación genética.

  • Historia clínica y auscultación: el médico escucha soplos o anomalías y analiza antecedentes familiares.
  • Ecocardiograma: esta prueba es clave para visualizar el grosor del corazón, detectar obstrucciones y valorar la función global.
  • Electrocardiograma: detecta alteraciones eléctricas, signos de hipertrofia o arritmias.
  • Monitor Holter: registro prolongado del ritmo cardíaco para detectar arritmias intermitentes.
  • Resonancia magnética cardíaca: proporciona imágenes detalladas del miocardio y puede revelar fibrosis.
  • Prueba de esfuerzo: analiza la respuesta cardíaca durante el tiempo que el paciente está haciendo ejercicio.
  • Tomografía computarizada cardíaca: es una alternativa que se puede realizar si la RMN no es viable o concluyente..
  • Evaluación genética y consejería familiar: fundamental para identificar riesgo hereditario y realizar seguimiento a familiares de primer grado.
Hombre llevándose la mano al pecho por dolor causado por miocardiopatía hipertrófica

Tipos de miocardiopatía hipertrófica

Existen diferentes tipos que es importante conocer:

Miocardiopatía hipertrófica obstructiva

Es cuando el engrosamiento del tabique o de otras áreas del ventrículo izquierdo impide el flujo normal de sangre hacia la aorta durante la sístole. Esta obstrucción puede escucharse como un soplo sistólico que varía según la posición o maniobras de Valsalva. 

Es la forma más común y suele implicar intervención médica o quirúrgica si genera síntomas que dificulten o disminuyan la calidad de vida del paciente.

Miocardiopatía hipertensiva

En este tipo, el engrosamiento del miocardio es una respuesta secundaria a una hipertensión arterial crónica, por lo que no se debe a una mutación genética. 

Funciona como un mecanismo adaptativo ante la sobrecarga de presión, aunque no entra dentro de las variantes clásicas de miocardiopatía hipertrófica genética.

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Pronóstico y tratamiento de la miocardiopatía hipertrófica

El pronóstico varía en función del curso de la enfermedad.

Algunos pacientes llevan una vida normal casi sin síntomas, mientras que otros enfrentan complicaciones graves. 

Los factores que definen el riesgo incluyen la magnitud de hipertrofia, obstrucción, arritmias, antecedentes familiares y detección temprana.

En cuanto al tratamiento, el médico especialista es quien decidirá cómo abordar la enfermedad. Aunque lo que siempre se intenta en primera instancia es aliviar los síntomas, impedir progresión y prevenir muerte súbita.

Todo ello se hace a través de:

  • Medicamentos:
    • Betabloqueantes (metoprolol, propranolol…) y bloqueadores de calcio (verapamilo, diltiazem) para mejorar la función cardíaca.
    • Mavacamten (Camzyos): es el fármaco más reciente que reduce la tensión muscular del corazón en HCM obstructiva sintomática.
    • Fármacos antiarrítmicos (amiodarona, disopiramida) o anticoagulantes (warfarina, dabigatrán, rivaroxabán…) en caso de fibrilación auricular o riesgo de que se formen trombos.
  • Procedimientos quirúrgicos:
    • Miectomía septal (septal o apical): técnica quirúrgica para eliminar parte del músculo hipertrofiado, mejorando el flujo de sangre y reduciendo síntomas.
    • Ablación alcohólica del tabique: menos invasiva, utiliza catéter y alcohol para reducir el grosor septal.
    • Desfibrilador cardioversor implantable (ICD): indicado para personas con alto riesgo de arritmias mortales, mejora la supervivencia a largo plazo.
    • Terapia de resincronización (CRT) o dispositivos de asistencia ventricular (VAD): rara vez usados en HCM, más común en fallos avanzados.
    • Trasplante cardíaco: como última opción y en caso mucho más graves.

Conclusión

La miocardiopatía hipertrófica es una enfermedad compleja, a menudo silenciosa, que puede pasar desapercibida pero con potencial para desencadenar complicaciones graves. 

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Comprender qué es, sus síntomas variables, como dolor en el pecho, disnea, palpitaciones o síncope, y conocer cómo se detecta mediante técnicas como ecocardiografía, ECG, RMN o pruebas genéticas, es fundamental para optimizar el manejo clínico.

La distinción entre formas obstructivas y hipertensivas permite adaptar el tratamiento.

Con una detección temprana, un enfoque integral y el acompañamiento adecuado, muchas personas con miocardiopatía hipertrófica pueden llevar una vida plena y activa.

Fuentes

Mayo Clinic 

Manual MSD.

Fundación Española del Corazón

America Heart Asociation

ElSevier

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