Vacuna contra el coronavirus ¿Cómo se fabrican y cómo actúan?
En tiempo récord. Así se ha desarrollado la vacuna contra el coronavirus en sus diferentes modalidades y así se está administrando también. De momento todavía hay pocas vacunas contra el coronavirus y el ritmo al que se distribuyen es más lento del que se querría. Pero mientras sigue el calendario de vacunación contra el coronavirus, también se avanza en el desarrollo de fármacos que combatan el virus y se analizan los casos de inmunidad cruzada.
Índice
- 1 ¿Qué vacunas hay ahora contra el coronavirus?
- 2 ¿Cómo se desarrolla una vacuna contra el coronavirus?
- 3 ¿Porqué es tan importante conocer al virus para la vacuna?
- 4 La aceleración del tiempo de desarrollo de una vacuna para el coronavirus
- 5 ¿Cuál es la eficacia de cada vacuna?
- 6 ¿Qué vacunas se usan en España y cuál es el orden de vacunación?
La carrera por crear la vacuna contra el coronavirus ha sido intensa y ha involucrado a diferentes países y empresas. En un principio la vacuna rusa y la china se distanciaron, después llegó la vacuna de AstraZeneca y por último la Pfizer, que es la más utilizada según un estudio de la BBC.
De las nueve empresas y proyectos que estaban a la vanguardia en octubre, sólo siete están operativos en este momento. Estas son los tratamientos para la COVD-19 que se usan hoy en día y el número de países que los están administrando (datos BBC según los países que informan sobre dosis administradas):
- Pfizer y BioNTech, de Alemania y Estados Unidos: 57 países
- AstraZeneca y la Universidad de Oxford en Estados Unidos: 32 países
- Moderna Therapeutics en Estados Unidos: 26 países
- Sinopharn con el Instituto de Productos Biológicos de China: 9 países
- Sputnik V, del Centro Gamelaya de Rusia: 5 países
- Sinovac, en China: 5 países
- Covaxin, de Bharat Biotech en India: 1 país
En el caso de la Unión Europea (UE), la Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha autorizado el uso de tres vacunas (Pfizer, Moderna y AstraZeneca). Además, estudia añadir una más, la desarrollada farmacéutica Janssen, filial de la estadounidense Johnson & Johnson.
Y es que una cosa es que haya vacunas aprobadas y administrándose y otra que se hayan detenido las investigaciones. Por la forma y la rapidez con la que se han desarrollado las vacunas, todavía hay muchas incógnitas por resolver (sigue leyendo y más adelante entenderás por qué).
Todo lo que rodea la pandemia provocada por COVID-19 está siendo nuevo para los científicos Esto incluye la velocidad a la que se está tratando de fabricar una vacuna eficiente para la enfermedad global.
Ahora mismo existen más de 250 proyectos orientados que buscan algún tipo tratamiento contra el coronavirus según la Organización Mundial de la Salud. De ellos, la mayoría se encuentran en fase preclínica, pero hay 70 que ya han superado esa fase y 21 que están en la fase 3.
¿Qué quiere decir que un proyecto para la vacuna del coronavirus esté en fase 3? Que ya están realizando pruebas directas en seres humanos. Esto da medida de la importancia de encontrar un mecanismo de vacunación eficaz contra el coronavirus. Y es que normalmente esta fase tarda bastante más tiempo en alcanzarse.
Sin embargo, toda esta velocidad no es sencilla. El proceso de desarrollar una vacuna contra el coronavirus es complicado. Para empezar, es necesario conocer las características del virus, tanto inmunológicas como biológicas.
En una segunda fase, que es la que ya se ha adelantado, se debería realizar un proceso de prueba y, si ha sido exitoso, otro proceso de validación de requisitos legales. Finalmente, después de superar estos trámites se podría fabricar y distribuir la vacuna contra el coronavirus o, en realidad, cualquier otro medicamento para tratar el COVID-19.
Desde la fase 0 fase preclínica hasta su comercialización, cualquier vacuna debe pasar 4 fases.
Estas son las fases de la vacuna contra el coronavirus:
- Fase 1: Primeras pruebas con humanos en pequeños grupos de personas sanas con entre 100 y 200 individuos. El objetivo en esta fase es corroborar que el medicamento es seguro y estudiar sus posibles efectos secundarios.
- Fase 2: Se vuelve a realizar un estudio con más participantes y centrando la búsqueda en los efectos secundarios de la vacuna.
- Fase 3: El número de participantes aumenta y se empiezan a comparar a personas vacunadas con las que no lo están.
- Fase 4: Más pruebas que servirán para certificar la eficacia del fármaco, su seguridad y dar tiempo para detectar posibles efectos adversos que hubiesen pasado inadvertidos.
Por último, una vez concluidas las 4 fases se procedería a aprobar la vacuna y a su producción final.
En circunstancias normales este proceso lleva años, incluso décadas. Sin embargo, en meses ya estamos en la fase de prueba en humanos, lo que demuestra la velocidad a la que se está desarrollando la investigación. ¿Cuándo podría estar lista la vacuna en estas circunstancias? Segú los expertos habrá que esperar entre 12 y 18 meses por lo menos porque hay fases del proceso de desarrollar una vacuna contra el Covid-19 que no se pueden acelerar más.
¿Porqué es tan importante conocer al virus para la vacuna?
El proceso para conocer al enemigo siempre es largo cuando se trata de un virus nuevo, aunque pertenezca a una familia conocida, como es el caso. Con el coronavirus esta etapa ha sido más rápida y es donde más ha habido que adelantar fases.
La elección del antígeno (o antígenos) que se incluye en la vacuna es un aspecto clave para su éxito. Hoy en día las viejas estrategias de inclusión de microorganismos completos como inmunógenos no son viables para tratar todas las enfermedades infecciosas, y esto hace que existan vacunas diferentes. También aquí se están llevando a cabo diferentes experimentos para dar con una vacuna contra el coronavirus.
En la actualidad son más frecuentes las vacunas en las que se elige un antígeno del patógeno al que se trata de responder. Esto significa que hay que seleccionar de manera más precisa y también que no necesariamente todas las vacunas que se están desarrollando contra el COVID-19 siguen el mismo camino.
Por otro lado, además de la presencia del antígeno, también hay que contar con la presencia de los adyuvantes, que son los compuestos que van a tratar de potenciar una respuesta más fuerte del combinado. Esto añade un factor más a la elección: la combinación entre antígeno y adyuvante. Obviamente, todo esto se traduce en algo con lo que no estamos contando en esta pandemia: tiempo
Todo lo que está ocurriendo alrededor de la pandemia de coronavirus parece de record. Dejando al margen el análisis de lo preparada que estaba la sociedad para algo así, un debate que habrá que afrontar una vez resuelto el problema médico, todo está ocurriendo a una velocidad vertiginosa.
Tras descubrirse, apenas se tardaron 15 días en secuenciar el virus. Apenas fueron necesarios 10 días para contar con test de diagnóstico fiables y en la actualidad, hay más de una cincuentena de proyectos candidatos a convertirse en la vacuna esperada. Estos proyectos se reparten por laboratorios de todo el mundo, también de nuestro país. Nunca antes se había visto algo igual.
Esta aceleración en el proceso tiene que ver con una situación anómala en la que se detecta la necesidad de una inmunización de grupo, algo que parece demasiado costoso en términos humanos como para asumir en pleno siglo XXI dejando seguir el curso de la infección.
A partir de ahí la estrategia de todas las vacunas, tanto la vacuna de Oxford como o la vacuna rusa del coronavirus ha sido más o menos similares y es la que todo el mundo conoce. A saber, introducen una proteína de virus en el organismo y esperan a ver la respuesta del cuerpo para defenderse de la infección.
Lo que cambia es la forma en la que lo hace cada uno de los proyectos de cura para el coronavirus, tal y como explican desde Nius Diario.
Así, la vacuna china de Sinovac y Sinopharm, inoculan el virus SARS-CoV-2 inactivado, que provocará la respuesta del organismo, pero sin que los pacientes sufran los efectos de la enfermedad.
Por su parte, Moderna y Pfizer, que trabajan en la vacuna estadounidenses para el coronavirus, utilizan el ARN del virus para activar la respuesta inmune de nuestro cuerpo.
La tercera vía, que es mayoritaria, usa un adenovirus, que es un virus común que sirve para activar la proteína inmunizante. Así es como trabaja la vacuna de AstraZeneca, Janssen, CanSino y la vacuna rusa contra el coronavirus.
Las últimas líneas de investigación van más allá de vacunas individuales. Lo que se está probando ahora es a combinar dosis de diferentes vacunas.
En esa dirección trabaja un estudio en Reino Unido, que está analizando la efectividad de suministrar dos vacunas diferentes entre la primera y la segunda dosis. En ensayo, liderado por el Consorcio Nacional de Evaluación de la Inmunización, se conoce como Com-Cov y trabaja con las vacunas de Pfizer y AstraZeneca, de momento. Primero se administraría el preparado de AstraZeneca y después la vacina de Pfizer con un intervalo de 12 semanas entre ambas tomas.
¿Cuál es la eficacia de cada vacuna?
¿Son efectivos estos remedios contra el coronavirus? La forma más habitual de medirlo es a través de su porcentaje de eficacia. Según el Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos, la eficacia y efectividad miden “la reducción de casos entre las personas vacunadas, aunque desde un punto de vista técnico sean algo diferentes.
Así, la eficacia hace referencia a estudios y ensayos clínicos y la efectividad a cuando se administra la vacuna en condiciones ambientales menos controladas. Por eso mismo ahora lo que se habla es de efectividad y se van sumando cifras de eficacia.
Esta es la efectividad actual de cada una de las vacunas según datos preliminares en ensayos clínicos en fase tardía:
- Vacuna de Pfizer/BioNTech: 94,6%
- Vacuna de Moderna: 93,6%
- Vacuna Sputnik V: 92%
- Vacuna Novavax: 89%
- Vacuna AstraZeneca: 70%
- Vacuna Jannsen: 72%
- Vacuna Sinovac: 91,25% stras la ssegunda dosis egún China, aunque otros estudios en Brasil apuntan a una eficacia inferior al 50%.
¿Qué vacunas se usan en España y cuál es el orden de vacunación?
España utilizará las vacunas de la UE, que son la de Pfizer, Moderna y AstraZéneca y, por ahora, no hay opción de elegir cuál ponerte. Quizás en un futuro y para el grupo mayoritario de la población se permita esa opción.
Por ahora hay un calendario cerrado para ir vacunando primero a quienes más lo necesitan, bien por cuestiones laborales o por ser un grupo de riesgo. Este es el orden: