Impétigo: qué es, síntomas y tratamiento
Enlace copiadoLas enfermedades contagiosas deben ser detectadas a tiempo para poder aplicar el tratamiento correspondiente antes de que vaya a más. Algunas son más graves que otras, pero todas necesitan atención médica urgente.
El impétigo es un tipo de infección bacteriana que afecta, sobre todo, a los niños, aunque es tan contagiosa que los adultos también pueden contraerla.
A continuación, vamos a explicarte en más detalle en qué consiste esta enfermedad, para que puedas estar alerta de los síntomas que provoca y poder acudir al médico con rapidez.
Índice
¿Qué es el impétigo?
El impétigo es una infección bacteriana que afecta a la superficie de la piel. Es muy común en niños pequeños, aunque los adultos también pueden contagiarse si están en contacto con otra persona que padezca la enfermedad.
Es una enfermedad muy contagiosa, por lo que es prioritario tomar las medidas que sean necesarias para prevenir el contagio.
Las bacterias responsables del impétigo suelen ser la Staphylococcus aureus y el Streptococcus pyogenes.
Además, esta enfermedad se diagnostica en 2 niveles:
- Impétigo no ampolloso: que es el más frecuente y se caracteriza por la aparición de pequeñas llagas que explotan y forman costras.
- Impétigo ampolloso: que es menos común que el anterior. Y consiste en la aparición de ampollas que están llenas de líquido que explotan con mucha facilidad.
Las ampollas y llagas suelen aparecer en la cara y en las manos, aunque algunos pacientes las pueden tener por todo el cuerpo.
Síntomas del impétigo
Los síntomas del impétigo varían en función del tipo de impétigo que tenga el paciente infectado y del propio estado de salud del mismo.
Los más comunes son:
- Manchas rojas que acaban derivando en ampollas o llagas.
- Formación de costras de color amarillo una vez se explotan.
- Picazón en la zona.
- Leve dolor en el área afectada.
- En casos más graves, inflamación de los ganglios linfáticos cercanos e incluso aparición de fiebre leve.
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Causas y factores de riesgo del impétigo
Las principales causas del impétigo es la aparición de bacterias en una zona donde se ha producido un corte, ha habido una lesión o un insecto ha picado.
Pero la aparición de la infección depende de varios factores de riesgo que hay que tener en cuenta:
- Niños de entre los 2 y 5 años.
- Vivir en zonas con climas cálidos y húmedos.
- Contacto con otros niños que estén infectados.
- Mala higiene personal.
Aunque es más común en niños, los adultos también pueden contraer la enfermedad si están en contacto con otras personas infectadas, tienen algún tipo de lesión en la piel y no llevan a cabo las protecciones adecuadas.
Tratamiento del impétigo
El tratamiento del impétigo se basa en prevenir que la enfermedad se contagie y eliminarla del paciente, además de aliviar los síntomas que ésta provoca. Para ello, se suelen utilizar como tratamiento:
- Antibióticos tópicos, para aquellos casos en que los síntomas son leves.
- Antibióticos orales, si la infección se ha propagado.
- Limpieza de las zonas afectadas, con agua y jabón, entre 2 y 3 veces al día.
- Evitar rascarse para no propagar más la infección.
En todo caso, el médico especialista será quien determine cuál es el tratamiento a seguir y durante cuánto tiempo. Y el paciente deberá llevar a cabo el tratamiento completo hasta eliminar la infección.
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Prevención del impétigo
Como hemos comentado en apartados anteriores, el impétigo es contagioso, mucho, por lo que la prevención es clave.
Por ello, se recomienda:
- Mantener una buena higiene personal.
- Lavar con frecuencia las manos con agua y jabón y, en caso de curar las heridas de otro paciente, desinfectarse bien las manos.
- No compartir con las personas afectadas toallas, ropa ni cualquier otro tipo de prenda que pueda derivar en contagio.
- No rascarse las heridas.
- Tapar las heridas después de las curas.
- Extremar las precauciones ante personas infectadas.
Es muy importante actuar adecuadamente ante la aparición de una enfermedad contagiosa como el impétigo, por ello acudir al médico especialista es esencial.
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Fuentes:
