Guía completa sobre enzimas digestivas y sus beneficios

Las enzimas digestivas nos aseguran una buena digestión. A lo largo de este artículo exploraremos qué son las enzimas digestivas, cómo se producen y dónde podemos encontrarlas, entenderemos su funcionamiento y por qué son imprescindibles para descomponer eficazmente los alimentos. Además veremos en qué casos recomendamos un suplemento y las posibles contraindicaciones.
Índice
- 1 ¿Qué son las enzimas digestivas?
- 2 Tipos principales de enzimas digestivas
- 3 Cómo se producen y dónde se encuentran
- 4 Para qué sirven las enzimas digestivas
- 5 Beneficios para la digestión y el bienestar intestinal
- 6 Enzimas digestivas naturales
- 7 Enzimas digestivas con probióticos
- 8 Cuándo tomar enzimas digestivas y posibles contraindicaciones
¿Qué son las enzimas digestivas?
Las enzimas digestivas son proteínas especializadas que participan acelerando las reacciones bioquímicas que suceden durante el proceso de digestión. Sin ellas, los alimentos que consumimos no podrían transformarse en los nutrientes que nuestro organismo necesita para funcionar. Las enzimas digestivas nos permiten descomponer moléculas complejas como los hidratos de carbono, las proteínas y las grasas en unidades más pequeñas que pueden ser absorbidas a lo largo del tubo digestivo para ser utilizadas.
Tipos principales de enzimas digestivas
Las enzimas digestivas se clasifican según la molécula sobre la que actúan:
- Amilasas: descomponen almidones y azúcares.
- Proteasas: rompen las proteínas para conseguir aminoácidos asimilables por el organismo.
- Lipasas: descomponen las grasas o lípidos en ácidos grasos y glicerol, lo que favorece su absorción.
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Cómo se producen y dónde se encuentran
Las enzimas digestivas se producen de forma endógena en glándulas salivares, estómago, páncreas e intestino delgado. A lo largo de todo el tubo digestivo se producen las siguientes reacciones:
La digestión empieza en la boca. Esta es una de las frases que más repetimos en consulta. Y es que masticar y ensalivar bien los alimentos es un paso imprescindible para asegurar una buena digestión. En la boca ya comienzan a liberarse amilasas que catalizan y comienzan la descomposición de los hidratos de carbono.
En el estómago se producen enzimas proteasas como la pepsina que digieren las proteínas.
En los jugos pancreáticos podemos encontrar amilasas, lipasas y proteasas que se liberan al intestino delgado.
El propio intestino delgado produce otras enzimas como la lactasa, sacarasas o peptidasas que completan la digestión final y permiten la absorción de los nutrientes.
Además existen otro tipo de enzimas digestivas que produce nuestra propia microbiota intestinal y que completa la descomposición de ciertos componentes que han podido no ser completamente digeridos.

Para qué sirven las enzimas digestivas
Las enzimas digestivas son capaces de facilitar la transformación de los alimentos que ingerimos en moléculas más pequeñas que atraviesan la pared intestinal para que los nutrientes puedan ser absorbidos.
Función en la descomposición de los alimentos
A través de su mecanismo de catalización de reacciones bioquímicas podemos conseguir moléculas como aminoácidos, monosacáridos y ácidos grasos que pueden alcanzar el torrente sanguíneo y ser utilizadas por el organismo.
Cuando alguna de estas enzimas no se produce correctamente se genera una mala digestión y una posterior malabsorción, que puede producir hinchazón o alteraciones en el tránsito intestinal. Las moléculas de mayor tamaño que han quedado sin digerir pueden ser fermentadas por la microbiota causando más gases o ser reconocidas por el sistema inmune como “elementos extraños”, aumentando la sensibilidad alimentaria.
Beneficios para la digestión y el bienestar intestinal
Algunos beneficios de las enzimas digestivas son:
- Reducción de molestias digestivas en personas con dispepsia funcional o lenta digestión.
- Mejoran intolerancias específicas, por ejemplo la intolerancia a los lácteos mediante el aporte en suplemento de enzima lactasa.
- Alivian síntomas digestivos como fermentaciones excesivas, gases o hinchazón.
- Mejoran la absorción de nutrientes al descomponer los alimentos de forma eficiente.
- Apoyan la salud del microbioma, ya que el exceso de alimentos sin digerir puede propiciar sobrecrecimiento de patógenos.
En algunos casos puede resultar beneficioso incluirlas a través de suplementos específicos. En el mercado actualmente existen diferentes combinaciones de enzimas digestivas que pueden utilizarse en casos concretos con muy buenos resultados. Pero como siempre decimos, en este proceso es imprescindible estar acompañado por un profesional de la salud actualizado en salud digestiva.
Enzimas digestivas naturales
Algunos alimentos son fuentes naturales de enzimas digestivas:
- Piña, rica en bromelina.
- Papaya, que contiene papaína, una proteasa que facilita la digestión de las proteínas.
- Aguacate, que contiene lipasa y ayuda a digerir las grasas.
- Chucrut, kimchi o kéfir, cuyos procesos de fermentación bacteriana producen enzimas que los hacen más digestivos.
Además, una alimentación equilibrada y rica en nutrientes asegura el aporte de cofactores que favorecen que las enzimas endógenas funcionen de forma óptima.
Enzimas digestivas con probióticos
Algunas formulaciones de suplementos orientados al bienestar digestivo contienen mezclas de enzimas digestivas y probióticos.
- Las enzimas digestivas trabajan para descomponer los alimentos.
- Los probióticos ayudan al equilibrio de la microbiota.
En ocasiones esta sinergia puede ser útil, pero si existen problemas digestivos prolongados, el epitelio intestinal puede estar dañado y conviene repararlo antes de introducir probióticos. En consulta solemos recomendar el abordaje del sistema digestivo en fases personalizadas.
Si tienes problemas digestivos persistentes, acude a un profesional de la salud que te acompañe y diseñe un plan adaptado a ti.
Cuándo tomar enzimas digestivas y posibles contraindicaciones
La suplementación con enzimas digestivas puede ser beneficiosa en los siguientes casos:
- Insuficiencia pancreática exocrina, donde el páncreas no produce suficiente cantidad.
- Intolerancias alimentarias específicas como la lactosa.
- Comidas copiosas, grasas o de difícil digestión.
- Sensibilidad a ciertos tipos de fibra más fermentable.
- Abordajes para reducir la fermentación intestinal.
- Dispepsia funcional.
Generalmente se toman al comenzar las comidas principales para que estén en el sistema digestivo al mismo tiempo que los alimentos son ingeridos.
¿Cuándo no las recomendamos?
- En caso de úlcera, especialmente si las formulaciones contienen betaína.
- En caso de alergias.
- En niños, embarazo y lactancia, donde se requiere una evaluación más detallada.
Las enzimas digestivas son piezas fundamentales para asegurar una buena digestión, pero antes de comenzar el uso de cualquier suplemento es importante consultar con profesionales actualizados que puedan ayudarnos a identificar la raíz del problema.
Muchas veces, detrás de las molestias digestivas existen también factores relacionados con los hábitos diarios que conviene revisar. Porque sí, es muy importante lo que comemos, pero también cómo lo comemos. Masticar bien, comer con calma y en un entorno tranquilo son aspectos fundamentales. La salud digestiva empieza mucho antes de que llegue el plato a la mesa.
Referencias:
Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). (s.f.). Enzimas alimentarias. Recuperado de https://www.aesan.gob.es/AECOSAN/web/seguridad_alimentaria/subdetalle/enzimas_alimentarias.htm
Duelo, A. (2023). Las enzimas digestivas y su papel en la nutrición. Academia Nutrición y Dietetica. Recuperado de https://www.academianutricionydietetica.org/que-comer/enzimas-digestivas/ Nutriendo
Martinsen, T. C., & Berstad, A. (2021). Pancreatic exocrine insufficiency and digestive enzyme replacement therapy in chronic pancreatitis. Clinical and Experimental Gastroenterology, 14, 121–130. https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC6858980/