Las nuevas cepas de coronavirus ¿en qué se diferencian?
¿Qué sabes de las nuevas cepas del coronavirus? Todos los virus mutan, algo especialmente común en los virus respiratorios. El mejor ejemplo lo tenemos en la gripe común, cuya mutación conlleva que todos los años la vacuna se modifique. Por ello, desde los primeros días de la pandemia, se ha prestado mucha atención a los cambios en el código genético del coronavirus. Se calcula que suma entre uno o dos cambios al mes y por ello, actualmente, habría más de 4.000 variantes.
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Las mutaciones se van adquiriendo a medida que las células se replican. Estos cambios se producen al azar y en la mayoría de los casos son mínimos, pasajeros y no tienen trascendencia.
Con ello, la práctica totalidad de las mutaciones no cambian el comportamiento del virus. Pero una proporción, muy reducida, si lo hace, y son las que hay que prestar especial atención.
Estas mutaciones “peligrosas” afectan a aspectos tan importantes como su capacidad de sobrevivir y reproducirse, y con ello a su capacidad de contagio, resistencia contra tratamientos, incluidas las vacunas, e incluso a una mayor mortalidad de la enfermedad.
Actualmente hay tres cepas de coronavirus que preocupan especialmente a las autoridades sanitarias. La primera es la británica, la variante delta, de la que se estudian otras dos variantes locales, la segunda es la brasileña, y de la que más se habla recientemente es de la cepa sudafricana, denominada variante ómicron.
La variante ómicron
De todas las nuevas cepas de coronavirus en estos momentos preocupa enormemente la sudafricana, denominada recientemente por la OMS como variante ómicron. Los científicos la están investigando en profunidad a fin de comprender sus posibles implicaciones.
Todo indica que esta variante ómicron (B.1.1.529) presenta una atípica combinación de mutaciones que, según los científicos, la hacen más contagiosa. Algunas investiganciones apuntan concretamente a que esta variante podría presentar hasta 32 mutaciones en la proteína de la espícula. Este justo el doble de las mutaciones asociadas a la variante delta.
Su capacidad de infección es tan alta que ha desplazado a todas las variantes existentes en Sudáfrica. Pero lo más preocupante es que algunos estudios señalan que produce una disminución de la capacidad de neutralización de sueros de pacientes convalecientes.
Hasta ahora su difusión estaba centratada en el continente africano, pero recientemente parece extenderse hacia otros países europeos. Los primeros análisis científicos sugieren que la variante ómicron aumentó rápidamente en la provincia sudafricana de Gauteng, y que después de dispararse, podría ya estar presente en las otras ocho provincias del país.
La variante delta
La existencia de la cepa británica del coronavirus, denominada variante delta, se confirmó antes de las Navidades de 2020, tras identificarse por primera vez en el condado de Kent. La variante VUI-202012/01 presenta una mutación que acelera su propagación ya que facilita la entrada del virus en las células humanas.
Aunque aún se esta investigando, parece que, dentro de las nuevas cepas de coronavirus, es la menos virulenta. Eso sí, alcanza a más personas durante menos tiempo de contacto.
Sobre esta nueva cepa Covid se descubrieron a su vez dos mutaciones:
1. La variante de Bristol
La variante Bristol, conocida por VOC202102/02 presenta la misma mutación N501Y que la cepa británica, con lo que se acelera su propagación y contagio entre la población. Pero, además, muestra otra mutación, la E484K, que ayuda al virus a evadir la respuesta inmune generada por el cuerpo humano.
Esto no tiene que suponer que sea una variante más virulenta, pero si se confirma que los anticuerpos generan una respuesta menor las vacunas podrían ser menos eficaces.
2. La variante de Liverpool
La variante Liverpool se llama así al estar localizada en esta ciudad del norte de Inglaterra. Se trata de una mutación nueva, que no procede de la cepa británica. Por ello, su capacidad de transmisión es igual a la del coronavirus original. Pero, al presentar también la mutación E484K, también es más difícil de detectar por el sistema inmune humano.
La variante brasileña
La primera característica de esta cepa, cuya primera noticia es del 9 de enero de 2021, es que es más contagiosa, al igual que la británica. Pero lo más preocupante es que los primeros análisis preliminares indican que es más infecciosa.
Surgida en la región de la Amazonía, ha sido la causante de la explosión de casos en Manaos. Su difusión, de momento, es menor que la británica, aunque ya ha sido reportada en casi una decena de países.
Su alteración genética principal se produce en la proteína llamada “spike” cuyas mutaciones se asocian a una mayor transmisibilidad. A pesar de propagarse e infectar más los primeros estudios indican que no es más letal.
La variante india
La variante B.1.617 se detectó por primera vez en India en octubre del 2020. Aunque se conoce como “doble mutante” o “triple mutante”, se sabe que presenta en realidad 13 mutaciones como resultado por cambios de aminoácidos.
Aunque sigue analizándose, las mutaciones sugieren que es más transmisible y que la cepa india podría facilitar la entrada en la célula y aumentar la su capacidad de infección.
También se ha señalado que, en algunos casos, los anticuerpos del plasma de pacientes tenían un menor poder neutralizante, aunque no hay consenso científico en este punto. En todo caso, esto no significa que las vacunas no sean eficaces contra esta cepa.
Acelerar la vacunación, la única solución
Todo ello nos deja clara una realidad. Las mutaciones son incontrolables y cuanto más dure el virus y afecte a más personas, más mutaciones habrá.
Por todo ello, además de mantener las medidas de protección para evitar la propagación es fundamental que se acelere la vacunación en todo el mundo a fin de obtener la inmunidad más elevada y también hacer que estas vacunas se adapten a los posibles cambios del coronavirus.
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