Guía sobre la Hepatitis C: síntomas, tratamientos y cómo protegerte

En España, según el Ministerio de Sanidad, 1 de cada 100 personas de entre 2 a 80 años se ve afectada, en algún momento de su vida, por el virus de la hepatitis C.
Es importante saber que estas cifras van descendiendo gradualmente, gracias a las medicinas que están saliendo al mercado para su prevención, a la información que recibe la ciudadanía para evitar el contagio y a los estrictos controles que se llevan a cabo en los procesos de donación de sangre.
Pese a ello, la hepatitis C sigue siendo una realidad, así que desde Aegon vamos a darte información al respecto para que puedas tener todos los datos que necesitas.
¡Vamos a ello!
Índice
¿En qué consiste la hepatitis C?
La hepatitis C es un tipo de hepatitis viral, es decir, que se coge por el contagio con el virus VHC, que es un virus que pertenece a la familia de los flavivirus.
Como el resto de hepatitis, hace que el hígado se inflame, pudiendo provocar síntomas y consecuencias importantes en la salud de los pacientes contagiados.
Síntomas
Uno de los principales problemas de esta enfermedad es que, en la mayoría de los pacientes que la padecen es asintomática. Por lo que su detección es muy complicada y, cuando ya se detecta, suele haberse convertido en crónica.
Pese a ello, existen ciertos síntomas que sí aparecen y son comunes en todas las personas que la padecen.
Algunos de ellos son:
- Cansancio extremo
- Fatiga
- Coloración amarilla en ojos y piel
- Orina oscura
- Debilidad
- Pérdida del apetito
- Bajada de peso sin explicación aparente
- Náuseas
- Fiebre
- Dolor de estómago
- Diarrea
- Excrementos de color muy claro
- Tendencia a que se formen moretones con facilidad
- Sangrado rápido y fácil
- Confusión
- Hinchazón en las piernas
- Picazón en la piel
- Presencia de vasos sanguíneos en forma de araña
- Somnolencia
- Dificultad para hablar
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Causas
Como hemos dicho, la hepatitis C se contagia a través del virus VHC, que es el virus de la hepatitis C.
Cuando la sangre que está infectada entra en contacto con alguna herida de una persona que no lo está, se produce la infección, pasando al torrente sanguíneo de la persona sana y contagiándose irremediablemente.
Existen diferentes formas de hepatitis C, llamadas genotipos y que están divididos en 67 subtipos. Aunque, el más común es el tipo 1.
Pese a la variedad existente, todas ellas se desarrollan igual, por lo que lo único que cambia es el tratamiento que hay que aplicar en cada caso.
¿Cómo se contagia?
Existen diferentes formas de contagio, las más comunes son:
- Compartir jeringuillas con personas que están contagiadas.
- Mantener relaciones sexuales sin protección.
- El uso de ciertos medicamentos.
- Donaciones de sangre hechas antes de que empezara a aplicarse el control del proceso de extracción para donación de sangre. Alrededor del año 1992.
- Personas que hayan estado sometidas a tratamientos de hemodiálisis de larga duración.
Tratamiento
La hepatitis C se cura aplicando el tratamiento que sea más beneficioso en cada caso. Según el tipo de contagio y la evolución en cada paciente.
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Por ello, es importante acudir al médico especialista para que haga una valoración general del estado de salud del paciente y pueda determinar cuál es el genotipo que ha provocado la enfermedad.
Algunos de los tratamientos más utilizados son:
Los médicos recetarán estos medicamentos para conseguir eliminar el virus del torrente sanguíneo de la persona infectada.
Es un proceso largo que puede durar hasta 12 semanas para limpiar completamente el organismo de la persona eliminando el virus.
Existen diferentes medicamentos antivirales y, cada vez, están apareciendo nuevos que consiguen provocar menos efectos secundarios y mejores resultados a corto plazo.
Pero será el médico especialista quine decidirá cuál es la mejor opción en cada caso.
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Trasplante de hígado
La hepatitis C es una de las principales causas que llevan a la necesidad de someter al paciente a un trasplante de hígado.
Cuando la enfermedad se ha convertido en crónica, muchas veces ésta es la única solución para el paciente, pero hay que ser conscientes que con el trasplante no siempre se cura la enfermedad o, en ocasiones, es posible que la infección vuelva a aparecer. Por lo que el médico especialista volverá a recomendar el uso de antibióticos antivirales para evitar que el nuevo hígado se dañe de nuevo.
¿Cómo prevenirla?
La prevención es la clave en muchas enfermedades y, en el caso de la hepatitis C, también.
Para ello, se recomienda el uso de vacunas específicas que aportan anticuerpos en las personas. Por lo que, en el caso de contagiarse en algún momento a lo largo de su vida, el organismo será capaz de defenderse ante la infección.
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Otra prevención muy importante es la información. Que es una gran arma ante las infecciones contagiosas. Y es que con información sabemos cómo se contagia la hepatitis C y, por tanto, podemos evitar exponernos a ella.
Además, los controles que sanidad lleva a cabo sobre los procesos de donación de sangre también ayudan a prevenir el contagio. Pues se aseguran de que la sangre donada esté limpia del virus VHC y, por tanto, al hacer una transfusión de sangre a una persona sana, el virus no se contagie.
A lo largo de nuestra vida podemos estar expuestos a contraer diferentes tipos de enfermedades, por ello, desde Aegon, te proponemos diferentes seguros médicos privados con los que poder recibir una buena y rápida atención médico en cualquier momento, cuando lo necesites.
Fuentes