Tuberculosis: Qué es, causas, síntomas y tratamiento
La tuberculosis es una enfermedad infecciosa que se contagia de persona a persona. Según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), en España se registran, anualmente, más de 4.000 casos, por lo que se considera de vital importancia llevar a cabo una buena prevención y tratamiento para reducir el impacto de esta enfermedad.
Además, el paciente que padece tuberculosis puede derivar en otras enfermedades muy graves, por lo que es vital acudir al médico ante cualquier síntoma que aparezca en cualquier miembro de la familia.
Índice
¿Qué es la tuberculosis?
Según explica la Organización Mundial de la Salud (OMS) la tuberculosis es una enfermedad infecciosa provocada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis, que afecta de forma agresiva en los pulmones destruyendo el tejido pulmonar.
Es probable que una persona esté infectada por esta bacteria pero no tenga síntomas, por lo que hasta que no los desarrollen no serán contagiosos para los demás. Actualmente es una enfermedad que puede prevenirse y curarse si se lleva a cabo el tratamiento adecuado.
Causas de la tuberculosis
En el año 1882, el Dr. Robert Koch descubrió que la tuberculosis estaba provocada por la infección de la bacteria Mycobacterium tuberculosis. Hasta ese momento, era una enfermedad mortal que provocaba la muerte en una de cada siete personas que la padecían.
Gracias a este descubrimiento se pudieron empezar a hacer grandes avances para tratarla e incluso prevenirla. Y, aunque todavía no se ha conseguido su eliminación, los investigadores siguen buscando la manera de erradicarla por completo.
Para concienciar a la población de la importancia que supone llevar a cabo el control, la prevención, el tratamiento y la eliminación de esta enfermedad, existe el día Mundial de la Tuberculosis, que se celebra el 24 de marzo. En España, por ejemplo, se ha creado un Plan para la prevención y el control de la tuberculosis que ayuda a reducir las incidencias que la enfermedad provoca.
Personas con factores de riesgo, como VIH, diabetes, enfermedades renales graves, con algunos tipos específicos de cáncer o en tratamiento oncológico, casos de malnutrición, bajo peso corporal o que estén tomando medicamentos para prevenir el rechazo de órganos trasplantados, están más expuestos a contraer la enfermedad.
Es fundamental, en cualquier caso, acudir a las visitas médicas concertadas para poder evaluar el estado y el progreso de la salud de los pacientes.
¿Cómo se contagia?
La tuberculosis se contagia a través del aire cuando una persona con tuberculosis activa, es decir, con síntomas y sin tratar de forma adecuada, tose, habla, estornuda, escupe, ríe o canta.
Cuando la persona ha sido diagnosticada y se está tomando el tratamiento prescrito, a las dos semanas deja de ser contagiosa, por lo que aunque siga mostrando síntomas, ya no es capaz de contagiar a otras personas.
Síntomas
Como en todas las enfermedades, sean contagiosas o no, cada paciente puede desarrollar determinados síntomas o todos ellos. Los síntomas más comunes de la tuberculosis son:
- Malestar general
- Tos intensa
- Dolor en el pecho
- Tos con sangre o esputo
- Debilidad
- Fatiga
- Falta de apetito
- Pérdida de peso
- Escalofríos
- Fiebre
- Sudores nocturnos
- Dificultad para caminar
- Dificultad para llevar a cabo actividades cotidianas
- Dolor intenso de cabeza
- Sensación de mareo
- Náuseas
Tratamiento
Ante la aparición de los diferentes síntomas, el médico llevará a cabo ciertas pruebas para poder establecer un diagnóstico correcto.
La primera será la prueba cutánea, pero es posible que esta dé resultados incorrectos, por lo que se seguirán haciendo más pruebas para poder identificar la presencia de la enfermedad.
Los análisis de sangre son capaces de confirmar o descartar si el paciente tiene tuberculosis, ya sea de forma activa o latente. También se pueden llevar a cabo pruebas por imágenes, como una radiografía o una tomografía del pecho, para detectar manchas blancas en los pulmones, o incluso llevar a cabo un examen de laboratorio del esputo, en el caso de que los resultados por imágenes hayan dado muestras de la posibilidad de que el enfermo esté infectado.
Una vez se ha detectado la enfermedad, y confirmado que el paciente está infectado, el médico impondrá un tratamiento. Por norma general, en casos de tuberculosis activa, la toma de antibióticos podrá durar entre 6 y 9 meses, siendo completamente imprescindible que el paciente se tome toda la medicación siguiendo las pautas médicas.
El tiempo dependerá de las recomendaciones del médico, dependiendo de la gravedad, la edad del paciente, el estado general de salud que presente, la resistencia que la enfermedad tenga a los medicamentos y la ubicación en la que se encuentre la infección.
En los casos de tuberculosis latente, es decir cuando la persona está infectada pero no tiene síntomas ni es capaz de contagiar, es probable que el médico recete como tratamiento la toma de diferentes medicamentos como la Isoniacida, la Rifampicina, el Etambutol o la Pirazinamida. Si la tuberculosis se hiciera resistente a estos medicamentos, el médico pasaría a utilizar una combinación de antibióticos fluoroquinolonas con amikacina o capreomicina.
¿Cómo prevenir la tuberculosis?
No es sencillo controlar el contagio en las enfermedades infecciosas que se transmiten a través del aire pero, según los expertos, la mejor forma de prevenir la tuberculosis es:
- Mantener unas buenas condiciones de vida y de higiene.
- Alimentarse adecuadamente.
- Evitar el contacto con personas que presenten tuberculosis activa.
- Utilizar medicamentos prescritos por el médico como prevención si se es una persona con riesgo elevado.
La tuberculosis es una enfermedad grave, de larga duración, que de no ser tratada puede llegar a ser mortal. Por ello es tan importante contar con un buen seguro médico privado que ofrezca amplias coberturas y el acceso a especialistas médicos, para así tener la posibilidad de recibir atención sanitaria cuando sea necesario, sin necesidad de esperar interminables listas de espera.