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Aspirina: usos, beneficios y efectos secundarios

Aspirina

La aspirina es uno de los medicamentos más conocidos en el mundo desde hace décadas. Actúa frente al dolor, la fiebre y la inflamación. En su composición se encuentra el ácido acetilsalicílico, que pertenece al grupo de los antiinflamatorios no esteroideos (AINE).
En el siguiente artículo veremos qué es la aspirina, para qué se utiliza, sus efectos secundarios y sus interacciones con otros medicamentos.

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Qué es la aspirina y cuáles son sus componentes principales

El ácido acetilsalicílico es el principio activo de la aspirina (nombre comercial). Este compuesto se obtiene a partir del ácido salicílico, una molécula con propiedades analgésicas usada desde la antigüedad, ya que se extraía de la corteza del sauce.
El mecanismo de acción del ácido acetilsalicílico consiste en bloquear la síntesis de prostaglandinas, sustancias que intervienen en los procesos inflamatorios asociados al dolor y la fiebre. Al inhibir su síntesis, se logra disminuir la inflamación, bajar la fiebre y aliviar el dolor, reduciendo el malestar general.
En función de la concentración de ácido acetilsalicílico, puede usarse para tratar síntomas como dolor y fiebre o para prevenir accidentes cardiovasculares (en dosis más bajas y siempre bajo control médico).
Aunque la venta de aspirina se ha reducido en España, su principio activo sigue siendo muy utilizado en numerosos medicamentos.

Para qué sirve la aspirina

La aspirina se utiliza principalmente para aliviar síntomas de dolor leve o moderado y reducir la fiebre. Se emplea en casos de:

  • Dolor de cabeza o migraña leve.
  • Dolores musculares.
  • Fiebre asociada a infecciones o resfriados.
  • Dolor de espalda o lumbago.
  • Dolor dental.
    La aspirina puede ser tomada por adultos y adolescentes mayores de 16 años, de forma puntual y siempre siguiendo la dosis recomendada por el médico o farmacéutico.

Propiedades analgésicas, antipiréticas y antiinflamatorias de la aspirina

Los efectos terapéuticos de la aspirina incluyen:

  • Acción analgésica: reduce el dolor leve o moderado al inhibir las prostaglandinas responsables de la sensibilidad al dolor.
  • Acción antipirética: disminuye la fiebre actuando sobre el centro termorregulador del hipotálamo.
  • Acción antiinflamatoria: reduce la inflamación muscular y articular.
    Gracias a esta triple acción, la aspirina se ha convertido en un medicamento de referencia para tratar el dolor leve o moderado, aunque debe usarse con precaución en personas con problemas gástricos o cardiovasculares.
Fiebre

Diferencias entre Aspirina y Adiro

Ambos medicamentos contienen el mismo principio activo, el ácido acetilsalicílico, pero sus usos y concentraciones son diferentes.

  • Aspirina: contiene 500 mg de ácido acetilsalicílico y se utiliza como antiinflamatorio, analgésico y antipirético.
  • Adiro: contiene 100-300 mg de ácido acetilsalicílico y se emplea como antiagregante plaquetario, ayudando a prevenir la formación de trombos y a reducir el riesgo de infarto o accidente cerebrovascular.
    En resumen, la Aspirina se usa para aliviar el dolor y la fiebre, mientras que el Adiro se utiliza para proteger el sistema cardiovascular.

Efectos secundarios de la aspirina

Como cualquier medicamento, la aspirina es segura si se usa correctamente, pero puede provocar efectos adversos, especialmente si se toma durante periodos prolongados o en personas con problemas de salud previos.
Los efectos secundarios más frecuentes son:

  • Alteraciones gastrointestinales: dolor abdominal, acidez, náuseas, úlceras gástricas o incluso hemorragias digestivas.
  • Trastornos respiratorios: en personas con asma o alergias, puede agravar una crisis asmática.
  • Reacciones cutáneas: erupciones, picor o urticaria.
  • Alteraciones en la coagulación: puede aumentar el riesgo de sangrado.

Otros efectos adversos menos comunes pero graves incluyen:

  • Síndrome de Reye: aparece en menores de 16 años, asociado a fiebre, gripe o varicela (por ello, la aspirina está contraindicada en niños).
  • Alteraciones hepáticas o renales en tratamientos prolongados.
  • Anemia o zumbidos en los oídos en casos de sobredosis.

Si aparecen síntomas graves como dolor abdominal intenso, sangre en las heces o dificultad respiratoria, hay que suspender el tratamiento y acudir a urgencias de inmediato.

Contraindicaciones del uso de la aspirina y cuándo evitar su consumo

No se aconseja el consumo de aspirina en los siguientes casos:

  • Alergia al ácido acetilsalicílico u otros AINE.
  • Úlcera gastrointestinal o hemorragia digestiva.
  • Asma o reacciones alérgicas previas a otros antiinflamatorios.
  • Trastornos de coagulación (hemofilia).
  • Tratamientos con anticoagulantes orales (acenocumarol, warfarina…).
  • Enfermedades hepáticas o renales.
  • Embarazo y lactancia.
  • Menores de 16 años (riesgo de síndrome de Reye).

Debe tenerse precaución en personas con hipertensión, insuficiencia cardíaca o alteraciones hepáticas, ya que la aspirina puede favorecer la retención de líquidos y afectar la función renal.

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Consumo de aspirina de forma segura

Para un uso seguro de la aspirina, hay que tener en cuenta la dosis, la forma de administración y la edad del paciente:

  • Adultos y adolescentes mayores de 16 años: un comprimido de 500 mg cada 6-8 horas.
  • Tomar el comprimido con agua y después de las comidas para evitar irritación gástrica.
  • No tomar con el estómago vacío.
  • Utilizar la dosis mínima eficaz durante el menor tiempo posible. Si el dolor o la fiebre persisten más de 5 días, hay que consultar al médico.

Además, deben tenerse en cuenta estas precauciones:

  • Alcohol: aumenta el riesgo de hemorragia gástrica.
  • Interacciones medicamentosas: la aspirina puede interferir con anticoagulantes, antidepresivos, antidiabéticos, corticoides, diuréticos y antihiperuricémicos. Siempre hay que informar al médico o farmacéutico antes de iniciar el tratamiento.
  • Puede alterar los resultados de análisis de sangre y orina.
  • En mayores de 65 años, se debe evitar la polimedicación.

Una sobredosis de aspirina puede causar zumbidos en los oídos, mareo, visión borrosa, confusión, náuseas o vómitos. En ese caso, hay que acudir urgentemente al médico.

En conclusión, la aspirina es un fármaco eficaz y seguro gracias a su acción analgésica, antipirética y antiinflamatoria, siempre que se use con responsabilidad. Sin embargo, puede provocar efectos secundarios graves si se combina con otros medicamentos o se utiliza sin control. Por ello, es importante consultar con un profesional sanitario antes de su uso, especialmente en personas con tratamientos crónicos o enfermedades previas.

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Farmacéutico
Mi LinkedIn

Licenciado en Farmacia y colegiado por el colegio Oficial de Farmacéuticos de Toledo, en colaboración con la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha. Además, amplié mis competencias con una Diplomatura en Nutrición Humana y Dietética. Poseo calificación profesional como técnico ortopédico y me he especializado en el campo de la nutrición y el deporte.