Lavados nasales en bebés y niños: Cómo y cuándo hacerlos
Enlace copiadoLos lavados nasales en bebés son muy beneficiosos para ayudarles a respirar cuando están congestionados. Un bebé no sabe sonarse la nariz para expulsar la mucosidad y tampoco ha aprendido a respirar por la boca, por lo que al tener la nariz taponada su respiración se dificulta mucho.
Hacer un lavado nasal es positivo para el pequeño y no provocarle ansiedad ni miedo, por ello es importante saber cuándo hay que hacerlos y cómo.
A continuación, desde Aegon, te explicamos todo lo que tienes que saber para que puedas ayudar a tu bebé a tener una respiración fluida.
Índice
- 1 ¿Cuándo hacer un lavado nasal al bebé?
- 2 Cómo se hace un lavado nasal, paso a paso
- 3 Preguntas y dudas sobre los lavados nasales en bebés y niños
- 3.1 Los lavados nasales son malos porque generan más mucosidad
- 3.2 Al introducir el suero por un agujero, ¿debo tapar el otro?
- 3.3 ¿Es mejor hacer lavados nasales para prevenir la mucosidad?
- 3.4 ¿Es mejor hacer el lavado nasal antes de las comidas?
- 3.5 Los lavados nasales solo se pueden hacer a partir de los 6 meses
- 3.6 Cuando el bebé está congestionado, es bueno hacer un lavado nasal para evitar otitis
- 3.7 Le hago lavados nasales a mi bebé y sigue estando tapado
¿Cuándo hacer un lavado nasal al bebé?
Según la Asociación Española de Pediatría, hacer lavados nasales en bebés con suero fisiológico es la mejor manera de ayudar al pequeño a respirar mejor. Por ello, se pueden hacer tantos lavados nasales como sean necesarios.
Otra cosa es utilizar los aspiradores de secreciones, que pueden resecar la mucosa de la nariz y, además, provocar una sensación desagradable en el oído. Es mejor limitar el uso de estos aparatos a una o dos veces al día y solo en el caso de que sea estrictamente necesario por la gran cantidad de moco y llevando mucho cuidado evitando la brusquedad.
Es preferible llevar a cabo el lavado nasal unos 15 minutos antes de comer o de dormir, así podrán alimentarse mejor y descansar mejor.
Cómo se hace un lavado nasal, paso a paso
A los bebés y a los niños pequeños no les gusta nada que sus papás introduzcan suero en su nariz para eliminar la mucosidad. Por ello, es importante saber cómo hacer los lavados nasales en bebés y niños para evitar provocar miedo o dolor.
Además, como no les gusta, muchas veces hay que ingeniar mil maneras de poder hacerlo, llevando incluso a hacer auténticas peripecias y adaptando posiciones que pueden resultar muy incómodas. Para evitar todo esto, a continuación, te explicamos paso a paso cómo hacerlo.
Si el bebé tiene menos de tres meses, lo ideal es utilizar una monodosis de suero fisiológico, 0’9 hipertónico o agua de mar y, gota a gota, intentar ir drenando la mucosidad, primero por un agujero de la nariz y luego por el otro.
Si el bebé tiene más de 3 meses, los pasos a seguir son:
- Lávate bien las manos y prepara todo lo que vas a necesitar. Suero fisiológico o agua de mar, gasas esterilizadas, monodosis o una jeringuilla sin aguja.
- Tumba al bebé boca arriba o, si te resulta más cómodo, boca abajo pero con la cabeza ladeada.
- Limpia la nariz del pequeño con una gasa humedecida por la parte exterior de los orificios y, así, podrás quitar los mocos que estén más secos.
- Carga una jeringuilla (sin aguja) de suero fisiológico y aplícala por un agujero haciendo una presión leve pero constante. En menores de seis meses, con 2 ml es suficiente. A partir de los dos años, se utilizarán 5 ml.
- Al hacerlo, la mucosidad saldrá por el otro agujero.
- Cuando consideres que el agujero ya está completamente despejado, repite la misma operación en el otro agujero ladeando la cabeza hacia el lado contrario.
- De nuevo, la mucosidad acabará de salir.
- Sienta al pequeño, límpiale la carita y deja que se relaje.
Preguntas y dudas sobre los lavados nasales en bebés y niños
En lo referente a los lavados nasales en recién nacidos, bebés y niños pequeños, existen ciertos mitos, creencias y dudas que son necesarias aclarar.
A continuación vamos a intentar responder a las dudas más frecuentes.
Los lavados nasales son malos porque generan más mucosidad
¡Falso! Los lavados nasales en bebés son muy recomendables cuando tienen la nariz taponada ya que, al hacerlos, se ayuda a expulsar los mocos para que puedan respirar mejor.
Al introducir el suero por un agujero, ¿debo tapar el otro?
No, eso es un error muy común pero que hay que evitar a toda costa. Cuando se introduce el suero o el agua de mar por uno de los agujeros, el otro debe quedar libre. De este modo, la mucosidad saldrá por él y se evitará que el pequeño trague más mucosidad.
¿Es mejor hacer lavados nasales para prevenir la mucosidad?
¡No! Si el bebé está bien y no tiene la nariz taponada, no es necesario hacer ningún tipo de lavado nasal. Si no lo necesita, no se tiene por qué hacer. La finalidad del lavado nasal en bebés es ayudarlos a respirar mejor.
¿Es mejor hacer el lavado nasal antes de las comidas?
Sí, es mejor y muy recomendable. Como ya hemos explicado, los bebés no saben respirar por la boca, así que si tienen que comer y respirar a la vez, les resulta muy complicado. Esto hace que no se alimenten bien y estén más decaídos. Así que lo mejor es hacer un lavado nasal antes de comer para que puedan estar más tranquilos o incluso antes de dormir, para que puedan descansar mejor.
Los lavados nasales solo se pueden hacer a partir de los 6 meses
Falso. Los lavados nasales en recién nacidos, por ejemplo, también se pueden hacer como parte del cuidado del bebé, aunque éste sea prematuro. Pero, como hemos dicho anteriormente, con menos cantidad de suero y mucha paciencia.
Cuando el bebé está congestionado, es bueno hacer un lavado nasal para evitar otitis
Completamente cierto. Si el pequeño o pequeña está congestionado, va acumulando mucosidad. Si esa mucosidad no se elimina puede pasar a los canales auditivos y provocar una otitis. Por tanto, es bueno hacer un lavado nasal cuando el bebé lo necesite.
Le hago lavados nasales a mi bebé y sigue estando tapado
Si eso sucede, lo más recomendable siempre es acudir al pediatra para que valore qué hacer en cada caso y cómo ayudar al bebé a mejorar sus síntomas.
En Aegon cuidamos de ti y de tu familia para que podáis disfrutar de una vida mucho más tranquila y feliz. Los bebés necesitan mucha atención y las visitas al pediatra son más frecuentes en los primeros años de vida. Por ello, es imprescindible contar con un buen seguro médico privado de salud para la familia, que os permita acudir a su consulta para poder resolver todas las dudas que existan y recibir la mejor atención posible.
