Las limpiezas dentales: cómo se hacen y por qué debes hacerte una con frecuencia
Llevar a cabo una limpieza dental de forma periódica es prioritario para poder contar con una buena salud bucal y un buen estado del cuerpo en general. Muchas enfermedades e infecciones empiezan por la boca e, incluso, muchas otras se detectan a través de ellas, por lo que acudir periódicamente al dentista es muy importante.
Según la Organización Colegial de Dentistas de España, uno de cada tres españoles se olvida de limpiarse los dientes correctamente cuando no está en casa, ya sea por pereza, por despiste o por falta de tiempo pero, pese a que se mantenga una buena higiene diaria, la boca tiene muchos recovecos a los que es difícil llegar, además de que entre los dientes se suele acumular sarro y bacterias que solo pueden eliminarse con los instrumentos que utilizan los dentistas profesionales.
A continuación, te explicamos qué es la limpieza bucal, para qué sirve y cómo se hace. Así que sigue leyendo y ¡pide hora con tu dentista!
Índice
¿Qué es una limpieza bucal? ¿Para qué sirve?
La limpieza bucal es un tratamiento que se lleva a cabo, de forma muy habitual, en la consulta de los dentistas.
Consiste en eliminar la placa y el sarro que se acumula en los dientes con el tiempo para evitar caries, gingivitis y otras enfermedades periodontales.
La placa dental es una especie de sustancia viscosa formada por restos de alimentos y bacterias que se va acumulando en el margen del diente y la encía o entre los propios dientes.
Cuando no se trata adecuadamente se solidifica, creando sarro y provocando dolor, malestar e inflamación de las encías entre otras enfermedades. El sarro no puede ser eliminado con un cepillo normal, por lo que solo un dentista puede acabar con él.
Por tanto, la limpieza de boca diaria, con cepillo e hilo dental, es necesaria para evitar que se cree placa y sarro pero, además, es necesario acudir al dentista cada seis meses para poder hacer una higienización más profunda.
Además, la limpieza bucal también sirve para eliminar las manchas de los dientes y prevenirlas.
Muchas personas, a pesar de llevar a cabo una higiene de la boca correcta, tienen tendencia a generar mucho sarro, por lo que es todavía más importante que no se salten su limpieza dental periódica.
¿Cómo se hace una limpieza bucal?
Para realizar una limpieza bucal, se pueden utilizar desde instrumentos ultrasónicos hasta instrumentos manuales como hilo dental, raspadores, curetas, cepillos interdentales, etc.
Para una buena limpieza dental se llevan a cabo varios pasos. En primer lugar, se limpia la línea inferior de las encías que es donde siempre hay una mayor acumulación de bacterias y, cuando se ha llevado a cabo correctamente, se procede a la eliminación del sarro por debajo de las encías, la placa y el cálculo subgingival.
Cuando se ha eliminado todo el sarro, el dentista pasa a limpiar los espacios que hay entre los dientes y, finalizado esto, se pulen los dientes con una pasta específica que elimina manchas y deja los dientes más lisos y brillantes.
El último paso consiste en la aplicación de un gel que es antiinflamatorio y que evita que las encías se inflamen y duelan.
La limpieza dental solo duele cuando hay una enfermedad existente en la boca, pero si no la hay y el especialista lo hace todo bien, no tiene por qué ser molesta. Además, si es necesario y así lo considera el dentista, se procede a llevar a cabo una anestesia local en los casos en los que el tratamiento pueda resultar doloroso.
Es importante saber, además, que la limpieza dental no tiene nada que ver con el blanqueamiento, puesto que son tratamientos diferentes con procedimientos distintos.
¿Cómo hacerme una limpieza dental durante el embarazo?
Como hemos dicho anteriormente este tratamiento no duele, por lo que la limpieza dental y el embarazo no son incompatibles.
Además, es completamente recomendable que se lleve a cabo una limpieza bucal durante el embarazo para así prevenir y evitar enfermedades o patologías como, por ejemplo, la gingivitis.
Los dentistas recomiendan que una mujer con intención de quedarse embarazada acuda a una primera visita para poder llevar a cabo una buena revisión y detectar cualquier riesgo que pueda derivar en malestar, como caries, infecciones y otras patologías de la boca.
La siguiente visita deberá realizarse durante el segundo trimestre del embarazo, a ser posible una vez finalizado el tercer mes.
Durante el embarazo el cuerpo de la mujer sufre muchos cambios y, en la mayoría de ocasiones, la boca es una zona que se resiente mucho. Por ello, es importante llevar un buen control de la misma, además de una buena higiene diaria, por supuesto, y ante cualquier indicio o cambio en la boca de la mujer, acudir al dentista para que valore la situación.
Una vez finalizado el embarazo, es conveniente que la madre acuda de nuevo a la consulta para que el especialista pueda llevar a cabo otra revisión y, de ser necesario, una nueva limpieza dental.
Recuerda que es imprescindible que toda la familia mantenga una buena salud dental y que se acuda periódicamente a la consulta del dentista para llevar a cabo una limpieza dental. Además, una buena higiene diaria de los dientes debe consistir en un cepillado integral, al menos dos veces al día e incluso de la lengua, el uso de hilo dental y la utilización de enjuagues bucales y eliminar, a ser posible, el consumo de azúcar, cafés, tés o bebidas azucaradas.
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¡Cuida de tu boca y de la de tu familia y evita enfermedades, dolores y molestias que se pueden prevenir a tiempo!