¿Qué es un absceso y cómo saber si necesita tratamiento?

Los abscesos son acumulaciones de pus a causa de una infección del tejido. Son una afección bastante habitual que afecta indistintamente a hombres y mujeres de todas las edades.
Puede presentarse de maneras muy variadas y en diversas partes del cuerpo. En la mayoría de los casos, su tratamiento puede realizarse desde casa, siguiendo unas pautas básicas, pero en caso de complicación, puede requerir de intervención médica.
Por eso, a continuación, desde Aegon, vamos a explicarte qué son los abscesos, que tipos hay y, especialmente, cómo identificarlos para poder tratarlos lo antes posible y evitar que se conviertan en algo más molesto.
Índice
Qué es un absceso y cómo se forma
Un absceso es una acumulación localizada de pus en una zona en concreto del cuerpo, siendo visible en la piel y que viene causado por una infección.
Es importante saber que la pus es un conjunto de gérmenes, tejido muerto y células sanguíneas blancas que normalmente presenta un color que puede ir desde el blanco hasta el marrón. Y que, además, tiene una función defensiva, es decir, nuestro cuerpo lo produce para defenderse ante infecciones, ya que concentra la infección en una zona en concreto para evitar su propagación en el cuerpo y, a su vez, combatir la infección.
La formación de un absceso de pus comienza cuando las bacterias, generalmente estafilococos o estreptococos, penetran en el organismo a través de una herida o una glándula bloqueada, entre otros.
Esto genera inflamación, dolor y eventualmente la formación de pus.
Es importante no confundir un absceso con otras formaciones benignas bajo la piel, como aquellas masas blandas que suelen estar compuestas por grasa y no presentan infección ni dolor, muy frecuentes en adultos y generalmente inofensivas.
Es necesario ser consciente de la seriedad de tener un absceso en nuestro cuerpo, ya que aunque en muchos casos puede suponer una simple molestia localizada, perfectamente tratable desde nuestra propia casa, también es posible la aparición de abscesos en áreas como el cerebro, lo que puede ser promotor de enfermedades, como por ejemplo, la ataxia.
Tipos de absceso según su localización
Teniendo en cuenta que los abscesos pueden presentarse por todo el cuerpo, la clasificación es tan amplia como nuestro organismo, por eso vamos a explicar algunos de los tipos más comunes:
- Cutáneos: El tipo de absceso más habitual y se presenta como un bulto bajo la piel en cualquier parte del cuerpo, aunque las zonas más habituales para su aparición son donde hay más sudoración.
- Perianal o rectal: Localizado cerca del ano y habitualmente relacionado con infecciones de las glándulas anales o enfermedades intestinales inflamatorias.
- Absceso dental: Es una infección bacteriana en los dientes o encías que provoca un dolor agudo, inflamación en la cara y fiebre.
- Absceso en la garganta: Son casos poco frecuentes, pero pueden presentar complicaciones, afectando incluso a la respiración.
- Mamario: Generalmente, aparece en mujeres durante la lactancia a causa de complicaciones.
Por último, los más complicados de detectar, son los que aparecen en el interior del cuerpo y que pueden formarse en diversos órganos, como el cerebro o los pulmones. Aparecen generalmente a causa de infecciones profundas.
Imagen 2: absceso cutaneo.avif alt text: “Absceso cutáneo en el codo”

Principales síntomas
Teniendo en cuenta que los abscesos pueden aparecer en diversas áreas del cuerpo, cada uno de ellos puede presentar una sintomatología variada dependiendo de la zona.
Aun así, hay una serie de signos comunes que pueden servirte para identificarlos fácilmente:
- Inflamación o dolor en la zona.
- Rojez en la zona y sensación de calor.
- Protuberancia visible en algunos casos con pus.
- En el caso de que la zona con pus presente supuración, puede detectarse un olor desagradable.
- Si el absceso es más serio, puede provocar malestar general, fiebre, cansancio, etc..
Estos síntomas generales son más habituales en los abscesos más superficiales, pero si el caso es de mayor gravedad, debido a una infección generalizada, pueden aparecer escalofríos, sudoraciones e incluso dificultades respiratorias.
Si detectas en tu cuerpo alguna señal de alarma, acude con urgencia a tu doctor. Es común en algunas personas buscar en internet fotos de abscesos y de otras afecciones para comparar lo que tienen, pero en muchos casos puede generar confusión.
¿Cuándo un absceso puede ser peligroso?
La mayoría de los casos de abscesos se quedan en simples infecciones benignas, aunque aun así pueden resultar molestos. Desgraciadamente, si el bulto no drena y persiste en el tiempo, puede ser un absceso maligno.
Hay una serie de señales que pueden alertarnos de que la gravedad del absceso puede estar aumentando:
- Como en cualquier caso de infección, la fiebre es un claro indicativo, junto con los escalofríos.
- En los pacientes que padezcan enfermedades crónicas, como en el caso de la diabetes, hay que prestar especial atención a la evolución de los abscesos.
- El absceso está localizado en ciertas zonas, como la columna vertebral o la zona genital.
- El crecimiento se descontrola o no se puede drenar.
💡 Cuando se trata de cuidar tu salud y evitar complicaciones, algo que puedes considerar es contar con un seguro de salud como el de Aegon, para asegurar la tranquilidad y el bienestar que tú y tu familia necesitáis.
Tratamientos médicos y cuidados en casa
Dependiendo de la gravedad y de donde esté localizado, las opciones de tratamiento son las siguientes:
- Drenaje médico: En casos de abscesos profundos o de tamaño considerable, se puede realizar al paciente una incisión para liberar el pus.
- Si la infección no está localizada en una área en concreto, se recomienda el uso de antibióticos.
En el caso de poder tratarlo de manera independiente desde casa, es recomendable seguir las siguientes recomendaciones:
- Utilizar compresas calientes varias veces al día para aumentar el flujo de sangre en la zona y acelerar la maduración del absceso.
- Mantener la zona limpia y seca.
- Sobre todo, evitar explotarlo en casa para evitar la diseminación de la infección.

¿Cuándo acudir al médico por un absceso?
Pese a que en ocasiones es posible tratar un absceso desde casa y de manera independiente sin requerir de ayuda profesional, hay ocasiones en las que los métodos caseros son insuficientes.
Si después de utilizar compresas tibias en casa, o en el caso de que el dolor sea más intenso, haya muestras de inflamación en la zona, u otros síntomas relacionados como podría ser la fiebre, es necesario acudir a tu médico.
Los autodiagnósticos que muchas personas tienden a realizarse, pueden tener resultados positivos en algunos casos, pero en caso de complicación puede suponer un perjuicio para nuestra salud, cuando si hubiera estado supervisado por un especialista, se hubiera solucionado de una forma mucho más efectiva.
En Aegon te ofrecemos una gran oferta de seguros médicos privados para que nos dejes cuidar de tu salud y de la de tu familia y, ante cualquier posible signo de cambio de salud, poder estar bien atendido.
Fuentes: