Dermatitis atópica: causas, prevención y tratamiento
La dermatitis o eccema es la inflamación de las capas superficiales de la piel. Es muy común y casi todos en alguna ocasión la podemos sufrir, y con ello todos sus síntomas: prurito, enrojecimiento, hinchazón e incluso ampollas y descamación.
Todo ello afecta a la capa más externa de la piel y en la mayoría de los casos no causa complicación, el problema es cuando esta dermatitis se convierte en atópica, es decir crónica, y muchas partes de nuestra piel sufre una agresión continua.
Conocer las causas, mantener la piel en el mejor estado para minimizar las agresiones y tratarla de forma adecuada es fundamental para minimizar las complicaciones y molestias de la dermatitis atópica, que puede afectar tanto
💡Para empezar te dejamos estos consejos para el cuidado de la piel
Índice
¿Qué es la dermatitis atópica?
El tipo de dermatitis que más conocemos es la dermatitis atópica, que es la que actúa durante un periodo de tiempo más largo, con episodios de calma, pero que vuelve a aparecer de forma recurrente, provocando enrojecimiento y picor en amplias zonas de la piel.
En general, el término dermatitis abarca un gran número de trastornos en la piel, que van desde infecciones micóticas, por contacto, alérgicas o numular entre otras. Todas ellas tienen puntos en común, la sequedad de la piel y que una sustancia irritante o alérgeno actúa sobre ella causando molestias.
¿Qué es la piel atópica?
La piel atópica, como hemos explicado antes, es una enfermedad que se caracteriza por tener la piel seca hasta tal punto que esta se irrita y provoca picores muy molestos. Por lo general, se da en los tipos de piel seca que tienen poca agua y poca grasa, lo que provoca que sea fácil de irritarse. Esta condición de la piel suele ser genética, es decir heredada y no es algo que podamos cambiar. Sin embargo, también hay estudios que demuestran la influencia de factores alérgicos, ambientales y alimenticios; esta influencia puede ser negativa o positiva en nuestra dermatitis según a lo que estemos expuestos.
Síntomas de la dermatitis atópica
Los síntomas de la dermatitis varían entre diferentes personas, pero los más comunes son los siguientes:
- Piel seca: Lo que permite que los alérgenos actúen y ataquen la piel.
- Piel engrosada, agrietada y escamosa
- Enrojecimiento, con manchas que especialmente afectan a las extremidades (piel y manos), cuello, zonas especialmente más secas como rodillas y codos y en los bebés especialmente en la cara.
- Sensibilidad e inflamación en la piel.
Los problemas principales de estos síntomas son dos:
- Condicionan tu día a día, especialmente cuando el picor incluso altera tu sueño.
- Pueden conllevar problemas de salud más importantes en tu piel como infecciones debido a la mayor fragilidad que provoca en la dermis.
Dermatitis atópica en el niño y en el adulto
Otro de los puntos más importantes que tiene la dermatitis atópica es que se relaciona con los más pequeños. Todos podemos sufrir dermatitis atópica, pero si es muy común que aparezca antes de los 5 años, con una incidencia más importante cuando se es pequeño, incluso bebé.
En muchas ocasiones desaparece o sus síntomas disminuyen cuando se crece, pero pueden continuar hasta la adolescencia y la edad adulta.
Incluso hay muchos casos que puede desaparecer durante años para aparecer de nuevo. Por todo ello, todo el que ha sufrido algún episodio de dermatitis atópica debe mantener el máximo cuidado de su piel.
¿Cómo saber si tu niño tiene dermatitis atópica?
La dermatitis es una enfermedad que podemos transmitir de forma genética, es por ello que si tienes dermatitis deberás vigilar si tu hijo también la tiene y avisar a tu médico, ya que este puede ser el primer indicio. El segundo son las alergias, si tu hijo tiene alguna alergia también tiene mayor probabilidad de tener dermatitis atópica.
Si crees que tu hijo tiene dermatitis atópica debes de vigilar los síntomas de esta puesto que pueden aparecer y desaparecer. La mayoría de los síntomas suelen mostrarse en la zona de la cara y el cuello, las rodillas y codos o en las manos. Los síntomas son similares a los de los adultos, por lo tanto los bebés pueden ser piel seca y escamas, rojeces o inflamación en ciertas zonas del cuerpo, pequeñas protuberancias o costras, picores en el cuerpo y cambios en la piel. Lo mejor si detectas estos síntomas es comentarlo con el médico para que pueda hacer un análisis adecuado de la sintomatología.
Causas de la dermatitis atópica
La piel sana conserva la humedad y nos protege contra agentes externos como alérgenos, irritantes e incluso bacterias.
Si nuestra piel no mantiene este equilibrio, se reseca, porque somos más propensos por razones genéticas, la dejamos expuesta a factores ambientales y diferentes alérgenos que la irritan y originan todos los problemas que hemos descrito.
Si tenemos algún tipo de antecedente de dermatitis o de alergia somos mucho más susceptibles de sufrir dermatitis atópica.
Complicaciones
No tratarla de forma adecuada puede conllevar una serie de problemas y complicacione:
- Descamaciones crónicas: Por un continuo rascado, muchas veces compulsivo.
- Infecciones en la piel: Las llagas abiertas y grietas, aumentan el riesgo de infecciones a causa de bacterias y virus, como el virus del herpes simple.
- Dermatitis alérgica de contacto: Es mucho más común en las personas con dermatitis atópica.
- Problemas de sueño: Cuando el picor nos impide dormir, afectando al tiempo y/o calidad del sueño.
Prevención de la dermatitis atópica
Ciertas pautas ayudan a disminuir los efectos de esta dolencia. La principal es mantener la piel hidratada usando cremas o lociones que mantengan la humedad. Existen muchas cremas adecuadas, pero ante tan importante oferta es importante dejarse asesorar por tu dermatólogo o tu farmacéutico.
Es importante también disminuir la irritación. Por ello, procura que las duchas sean cortas y que el agua no esté excesivamente caliente.
También es importante que los jabones que uses sean suaves, con un pH bajo y que no contengan sustancias artificiales.
Sécate también con cuidado con pequeños “golpecitos” sin frotarte con fuerza. A continuación, aplícate la crema hidratante.
¿Qué evitar si tienes la piel atópica?
Estos son los hábitos que debes evitar si tienes piel atópica:
- Evita usar prendas de lana o tejidos similares que provocan picor, en su defecto es mucho mejor el algodón. Esto también se aplica a la sábanas, toallas y otros tejidos que puedas usar a diario.
- La sudoración excesiva no ayuda nada a la piel atópica, evítala todo lo posible llevando ropa ligera y tejidos transpirables en verano.
- No uses jabones, detergentes o suavizantes con químicos fuertes, intenta cambiarlos por otros más naturales que sean menos agresivos para tu piel.
- Cuando te bañes intenta que el agua no esté excesivamente caliente, no frotar la piel demadiado (sobre todo si está seca).
Tratamientos
Los tratamientos se centran generalmente cremas que disminuyan los picores, la inflamación y que a la vez ayuden a reparar la piel. Por ello, lo normal es que contengan algún tipo de corticoide de uso tópico.
Solo en casos graves se añaden otros tipos de tratamientos como medicamentos si hay infección en la piel y en caso de una inflamación más importante corticoides orales.
En todo caso, una mayor prevención y cuidado suelen llevar a controlar esta molesta enfermedad que es la dermatitis atópica, que, de la mano de los mejores profesionales de tu seguro de salud, podrás conseguir que altere lo menos posible tu día a día.
¿Qué es bueno para la piel atópica?
El mejor consejo para mantener cuidada nuestra piel atópica es mantenerla lo más hidratada y húmeda posible. Si usas cremas, aceites o cualquier loción intenta evitar las que tienen alcohol, esencias, colorantes y químicos agresivos.
Es mucho más efectivo hidratar la piel después de la ducha, de esta forma la piel que ya está húmeda se mantiene hidratada. Hablando de la ducha, ten cuidado al secar tu piel ya que es delicada e intenta secarla dando golpes suaves con la toalla.
Nadie conoce tu cuerpo mejor que tú, así que si sientes que necesitas más hidratación en tu piel durante el día y no solo después de la ducha échate crema o humedécela.
Si vives en un sitio de clima seco también puedes ayudarte de un humidificador para que el ambiente de tu casa sea más adecuado para tu piel.
En caso de tener la piel irritada puedes usar algunos remedios caseros como ponerte un paño de agua fría en la zona irritada, usar cremas específicas antiinflamatorias y sobre todo estar clamado ya que el estrés puede contribuir a la dermatitis.