Listeria y listeriosis: síntomas, causas y formas de prevenirla
Desafortunadamente, en los últimos meses hemos escuchado mucho hablar de la listeria. Esta enfermedad puede afectar a cualquier persona puesto que se produce como una intoxicación alimentaria, pero es más propensa a darse en mujeres embarazadas, niños y mayores de 65 años. Vamos a conocer los síntomas, las causas y las formas de prevención de esta infección.
Índice
¿Qué es la listeria o listeriosis?
La listeriosis es una infección transmitida por los alimentos, y causada por la bacteria listeria, nombrada así por el cirujano y pionero de la cirugía antiséptica, Joseph Lister. Puede que no lo sepas, pero existen al menos 10 especies distintas de listeria. La que afecta más a los humanos es la listeria monocytogenes, que es una zoonosis poco habitual o rara en humanos, no obstante cuando ocurre, es realmente grave.
En la mayor parte de los casos, está causada por comer alimentos contaminados como fiambres no bien procesados y lácteos no pasteurizados. Además, es importante destacar que alrededor del 20 o 30% de los casos de listeriosis resultan muy graves para aquellas personas que lo padecen. Es raro en personas sanas, pero pude ser mortal para recién nacidos y personas débiles inmunitariamente.
Síntomas
Los síntomas iniciales de la listeriosis pueden no resultar evidentes en un primer momento, dado que el período de incubación es variable y puede ir desde los 11 a los 70 días tras la ingestión de alimentos que portasen la bacteria.
Los principales síntomas de la listeriosis son:
- Dolores musculares
- Fiebre
- Síntomas similares a la gripe
- Náuseas
- Diarrea
Si bien es cierto que, para muchas personas una infección causada por listeria pasa desapercibida, en otras se puede propagar por todo el sistema nervioso, donde los síntomas pueden incluir:
- Dolor de cabeza
- Confusión
- Rigidez en el cuello
- Temblores y convulsiones
- Pérdida del equilibrio
En aquellos individuos donde el riesgo de infección es mucho mayor, como pueden ser personas mayores de 65 años, con diabetes, mujeres embarazadas e incluso niños, la listeriosis puede provocar una infección sanguínea grave, conocida como septicemia. También podría generar una inflamación de las membranas alrededor del cerebro, la meningitis.
Por tanto, si la listeriosis se propaga al cerebro, esta puede ocasionar resultados extremadamente graves, que pueden incluir:
- Parálisis de nervios craneales: parálisis y temblores.
- Encefalitis: inflamación del cerebro.
- Meningitis
- Meningoencefalitis, una combinación de las dos anteriores.
- Abscesos cerebrales: acumulación de pus localizada dentro del cerebro.
Causas de la listeria
Como ya hemos mencionado al principio del post, la listeriosis es causada por la listeria, un tipo de bacteria que se encuentra en el agua, el suelo y las heces. Los humanos pueden infectarse al consumir alimentos que las alberguen si estos están contaminados. La bacteria de la listeriosis sobrevive hasta los 55 grados. También puede sobrevivir al frío e incluso a lo congelado.
No todos los alimentos pueden contener y contagiar la listeria, pero hay algunos más favorables a contagiarnos si están contaminados:
- Carnes frías contaminadas (como la carne mechada).
- Productos no pasteurizados como leche y derivados.
- Manzanas acarameladas.
- Melones.
- Coles fertilizadas con estiércol de oveja.
En definitiva, cualquier alimento vegetal o animal, que no esté debidamente tratado y que pueda estar contaminado, puede contener y contagiar listeria.
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Diagnóstico
Normalmente se suele diagnosticar mediante un análisis de sangre, aunque hay ocasiones en que también se detecta mediante análisis de orina o incluso analizando el líquido encefalorraquídeo. Si la enfermedad afecta solo en forma de gastroenteritis no es grave ni hay de qué preocuparse.
La parte positiva de la listeria es que al ser una bacteria y no un virus, existen tratamientos antibióticos para tratarla. Normalmente, los pacientes de listeria son vigilados en el hospital en caso de que ocurriera alguna complicación.
Prevención
A pesar de que la listeriosis es una enfermedad extraña y en muchas ocasiones difícil de percibir, es posible reducir aún más las posibilidades de infectarse. Este tipo de precauciones son especialmente importantes durante el embarazo y pueden ser:
- Tener un buen hábito de limpieza, lavándose las manos con agua tibia y jabón antes de manipular cualquier alimento, por ejemplo, así como limpiar los utensilios y las superficies en las que vayamos a cocinar.
- Lavar las verduras crudas siempre antes de cocinarlas.
- Cocinar bien los alimentos, asegurándose de que los platos con carne, aves y huevo se calientan por completo.
- Evitar los quesos blandos, como los quesos brie, camembert, etc., a menos que la etiqueta especifique claramente que el producto ha sido elaborado con leche pasteurizada. Especialmente si estás embarazada.
- También es importante evitar los mariscos ahumados refrigerados, a no ser que estén bien cocinados antes de su consumo.
Pueden darse casos de personas contagiadas de listeria que hayan seguido estas recomendaciones higiénicas y, pese a ello, hayan contraído la enfermedad. Esto se debe a que el contagio por listeria también puede producirse durante el proceso de elaboración o envasado de un producto.
La listeria en el embarazo
Las mujeres embarazadas son más propensas a padecer intoxicación alimentaria por listeria, es por ello que deben de tener bastante cuidado con la alimentación.
Las mujeres embarazadas que se contagian de listeria tienen probabilidades de contagiar al feto, así como de sufrir un aborto. Esta intoxicación puede afectar mucho a la embarazadas puesto que también puede causar partos prematuros, nacimientos de bebés con el peso bajo o enfermedades infecciosas para los bebés como la meningitis.