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Lumbalgia: síntomas, tratamiento y ejercicios

lumbalgia

¿Quién no ha tenido un dolor de espalda alguna vez? Según datos de la Organización Mundial de la Salud, 8 de cada 10 personas o lo ha tenido o lo tendrá a lo largo de su vida. De todos ellos, destaca fundamentalmente la lumbalgia.

La lumbalgia, lumbago o dolor lumbar, como también se denomina es un dolor en la parte baja de la espalda, en la región lumbar.

Sus causas son muy variadas, desde lesiones a distintas afecciones. En algunos casos, es tan intenso que puede limitar todo tipo de actividad.

Por todo ello, conocer sus causas, poder prevenirlas, saber como se diagnostica y su tratamiento es muy importante.

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¿Qué es la lumbalgia?

Tanto hombres como mujeres pueden sufrir lumbalgia, sin que exista una diferencia en incidencia.

Si existe una clara diferencia en intensidad: de ser un dolor constante de poca intensidad a un dolor agudo y repentino que puede dejar a la persona incapacitada.

De hecho, la mayoría de las lumbalgias son agudas y de una duración breve, unos pocos días o semanas.

Pero también existen episodios más largos, como la lumbalgia subaguda, que puede prolongarse 2 o 3 meses. Si supera este tiempo estaríamos hablando de lumbalgia crónica. Estos casos, que rondan 2 de cada 10 lumbagos, suelen estar relacionados con efectos de una lesión inicial.

Lo que si parece claro es que la vida sedentaria y la reducción del ejercicio físico están incrementando el número de lumbalgias.

Causas de la lumbalgia

Antes de analizar las causas de la lumbalgia es importante conocer la anatomía de la parte baja de la espalda.

La zona lumbar está formada por cinco vértebras lumbares (L1 a L5). Estas vértebras sostienen el peso de la parte superior del cuerpo. Entre las vértebras hay discos que actúan como amortiguadores de la columna vertebral, protegiendo los huesos cuando el cuerpo se mueve. Sobre esta estructura se producen las lumbalgias.

La gran mayoría son lumbalgias mecánicas, producidas por diferentes causas:

  • Esguinces: causados ​​por el estiramiento excesivo o el desgarro de los ligamentos.
  • Distensiones musculares: desgarros en el tendón o en el músculo.
  • Degeneración vertebral: por el desgaste del disco por envejecimiento y degeneración. A medida que los discos se deterioran, pierden su capacidad de amortiguación.
  • Ciática: Es un tipo de radiculopatía; es decir, lesión, comprensión o inflamación de la médula de un nervio, en este caso el ciático.
  • Estenosis espinal: estrechamiento de la columna vertebral que presiona tanto la médula espinal y los nervios.

Existen otras causas menos frecuentes de las lumbalgias entre las que están:

  • Infecciones: Como osteomilitis (vértebras) o discitis (discos intervertebrales).
  • Tumores: Especialmente como resultado de metástasis de cáncer en alguna otra zona del cuerpo.
  • Aneurismas aórticos abdominales: Por agrandamiento de la arteria aórtica.

También la lumbalgia puede ser resultado de otras enfermedades subyacentes:

  • Enfermedades inflamatorias de las articulaciones: como la artritis, espondilitis o la artritis reumatoide.
  • Osteoporosis: la disminución de densidad de los huesos puede producir fracturas en las vértebras.
  • Fibromialgia: es un síndrome de dolor crónico que afecta a los músculos y genera fatiga.

Factores de riesgo de la lumbalgia

Además de todas estas causas, existen factores de riesgo que incrementan las posibilidades de sufrir lumbalgia.

Edad

La lumbalgia tiene una incidencia mayor en las personas mayores. El primer ataque de lumbago se suele producir entre los 30 y 50 años, siendo más común la repetición cuanto mayor edad se tiene.

Esto es debido a la degeneración de los discos intervertebrales, lo que conlleva una menor protección de las vértebras.

Forma física

La lumbalgia es mucho más común entre las personas que no están en buena forma física. Unos músculos debilitados en espalda y abdomen no soportan correctamente la columna.

Este riesgo se incrementa para aquellos que practiquen deporte o un esfuerzo físico de forma ocasional. Por todo ello, es importante realizar actividad física moderada a diario.

Aumento del peso

El sobrepeso es un riesgo importante, ya que la zona lumbar tiene que aguantar más peso. Lo es especialmente si este aumenta de forma rápida, ya que incluso queriendo reforzar la musculatura, tarda mucho más tiempo en conseguirlo.

Embarazo

Es uno de los factores de riesgo más comunes, debido a los cambios en la pelvis y el aumento de peso. Desaparece después del parto.

Hábitos y razones laborales

Una de las causas más comunes de lumbalgias prematuras se debe a una sobrecarga en la mochila de libros y materiales escolares en niños y adolescentes.

También hay trabajos que requieren levantar, empujar o trasladar objetos o mercancías pesadas. Pero no solo son estos casos. En trabajos completamente diferentes, donde se esté mucho tiempo sentado, también hay un gran riesgo de lumbago por tener una mala postura.

¿Cómo se diagnostica la lumbalgia?

Las lumbalgias son generalmente muy fáciles de diagnosticar. Generalmente con un examen físico es suficiente para diagnosticarla. Durante este examen se tomarán datos muy importantes como:

  • Cómo se inició el dolor lumbar.
  • Su intensidad.
  • El tiempo que lleva con el dolor.
  • Si tiene antecedentes de lumbalgias.
  • Posibles limitaciones en el movimiento.

Solo en ocasiones, si el dolor es muy intenso y/o persistente, se suelen añadir otro tipo de pruebas diagnosticas como:

  • Radiografía:  el objetivo es comprobar si hay algún problema en la estructura ósea.
  • TAC: en este caso busca explorar toda la estructura de la columna, más allá de los huesos, pudiendo detectar tumores, roturas de discos y estenosis espinales.
  • Resonancia magnética: Se pueden comprobar los tejidos blandos, como músculos, tendones y ligamentos. Se suelen solicitar si se sospecha la existencia de una infección, tumor, inflamación, hernia o ruptura de disco o presión sobre un nervio.

Tratamiento del lumbago

Las posibilidades de tratamiento del lumbago son amplias y dependen especialmente si el dolor es agudo o crónico.

lumbago

El tratamiento para el dolor lumbar generalmente depende de si el dolor es agudo o crónico.

Actividad y ejercicios

El reposo en cama si se sufre lumbalgia debe ser limitado. Por lo contrario, se debe comenzar a realizar actividad diaria y ciertos ejercicios son positivos para mejorar la lumbalgia:

  • Estiramientos: para ir recuperando la flexibilidad, deben ser los primeros a realizar.
  • Ejercicios de fortalecimiento: son especialmente importantes en el caso de lumbar agudo. Los más recomendables son la plancha lateral y frontal.
  • Balanceos sentados: sentado en una posición neutral con los pies apoyados en el suelo, hay que girar las caderas y la parte lumbar.
  • Caminar: siempre erguido, cualquier inclinación genera presión en la espalda.

Se puede también pedir ayuda a un fisioterapeuta para fortalecer los grupos principales de músculos que sostienen la zona lumbar a la vez de mejorar la flexibilidad.

Combinación de calor y frío

Se puede aplicar calor, no mucho más de unos 20 minutos y combinarlos con compresas frías.  Se puede repetir la operación varias veces en el día.

Medicamentos

Existen una gran variedad de medicamentos, con objetivos distintos, para tratar la lumbalgia, pero principalmente se agrupan en dos categorías:

  • Analgésicos: Su objetivo es aliviar el dolor.
  • Antiinflamatorios: Reducen la inflamación e indirectamente también disminuyen el dolor.

¿Como cuidar la espalda?

La lumbalgia suele repetirse, por ello, la prevención es fundamental. Esta se debe basar en diferentes aspectos:

Ejercicio

Hay que mantener una actividad moderada de forma diaria si es posible, entre las que pueden estar: caminar rápido, nadar o montar en bicicleta estática, al menos unos 30 minutos diarios.

También el yoga es uno de los mejores ejercicios para prevenir, o al menos disminuir, la lumbalgia.

Trabajar o estudiar de forma adecuada

La mesa debe estar a una altura adecuada, para así evitar que se fuerce la postura. También es fundamental que la silla tenga un buen soporte lumbar y alineada con la altura de la mesa, especialmente si se trabaja con ordenador.

Si está mucho tiempo sentado utilice un reposapiés o taburete para mantenerlos más altos.

Descanso

La mejor postura para dormir es de lado, en posición fetal y con las rodillas recogidas. Con esta postura no presionará la columna.

El colchón debe ser firme, pero no excesivamente duros.

Alimentación

Una buena dieta también ayuda. Como ya hemos señalado se debe prevenir el sobrepeso, especialmente alrededor de la cintura y así no castigar los músculos lumbares.

Igualmente es positivo tener una ingesta adecuada de nutrientes que refuerzan los huesos como calcio, fósforo y vitamina D.

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Redactor Salud y Consumo
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Licenciado en ADE por la Universidad Autónoma de Madrid y especialista en comunicación por la Universidad Complutense, lleva desde el año 2002 escribiendo sobre temas de consumo, salud y divulgación en general, tanto en revistas escritas como Dinero y Salud, asociaciones y diversas páginas web. Además de ser colaborador en medios escritos (Expansión, Cinco Días, idealista.com, El País, Libertad Digital, El Confidencial,…) Radio (COPE, Onda Cero, Cadena Ser, Onda Madrid…) y Televisión (Telecinco, Antena 3, Telemadrid…).