¿Qué pasa en el cerebro de una persona con depresión?
Si has estado cerca de una persona con depresión, o si la has padecido tú mismo, te darás cuenta de que en esta situación el mundo se percibe de manera diferente, pues todo se ve más gris y negativo, y probablemente te hayas planteado qué pasa en el cerebro de una persona con depresión y si le falta alguna sustancia. Para sacarte de dudas y aclarártelo todo hemos escrito este post.
📍 Te dejo además información muy detallada sobre las alteraciones de pensamiento más características del estado depresivo, para conocerlas no te pierdas nuestro artículo: Cómo combatir la depresión, en el que hablamos de eso y mucho más.
Antes de continuar debes saber, todos deberíamos saberlo, que existen distintos tipos de depresión: trastorno depresivo mayor, depresión distímica, ciclotímica… y que según de qué clase se trate, los cambios cerebrales predominantes pueden ser unos u otros.
La depresión es una afectación del estado de ánimo, los pensamientos y a nivel cerebral, variando en intensidad los síntomas, y con diferentes factores causales (psicológicos, sociales, genéticos y neuroquímicos).
¿Qué pasa en el cerebro de una persona con depresión?
Cuando una persona padece depresión durante años, la escasez de neurotransmisores y de factores neurotróficos, origina nuevas alteraciones, que a menudo retroalimentan las disfunciones iniciales.
Se trataría por tanto de algo así como un círculo vicioso en el que unas alteraciones favorecen la aparición de otras, dificultando la resolución de la depresión.
Entre estas modificaciones destacan:
- Inflamación cerebral.
- Desconexión de la amígdala cerebral.
- Reducción del tamaño del hipocampo.
Recuerdo mi sorpresa cuando uno de mis profesores, especializado en mindfulness, nos contó que el cerebro con depresión menguaba, así sí, tal cual.
En mi mente apareció en ese momento la imagen de un jersey de lana lavado a más de 60º, y reducido a la mitad de su tamaño ¿Es para tanto? Obviamente no, pero es cierto que mengua, y a día de hoy ese dato me sigue impactando. Así que comencemos por ahí.
1. Reducción del tamaño del hipocampo.
El hipocampo es un área cerebral muy importante para la memoria y las emociones. Cuando padecemos depresión el cerebro se inflama, de lo que hablaremos en seguida, y eso provoca una pérdida conexiones interneuronales y que se reduzca la neurogénesis (generación de nuevas neuronas).
¿Resultado? El volumen de distintas áreas cerebrales merma, y es que si bien este fenómeno afecta especialmente al hipocampo, también puede darse en la corteza prefrontal y en la amígdala cerebral, tres zonas muy implicadas en la generación de emociones.
Estas modificaciones hacen que estas áreas se vuelvan funcionalmente más ineficientes, lo que da lugar a mayores niveles de estrés y miedo (Puedes leer más sobre “Cómo combatir el estrés y el miedo“)
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Por suerte se sabe que es un fenómeno reversible, y tanto los antidepresivos como la intervención psicológica pueden hacer que recuperen su tamaño inicial.
3. El cerebro se inflama
Este fenómeno está muy bien contrastado, a pesar de que hasta hace pocos años se desconocía. Lo que se ha descubierto es que las emociones negativas producen la liberación de moléculas proinflamatorias, como las citoquinas IL-6 e IL-1, o el cortisol, que son capaces de dañar al cerebro de diversas formas:
- Menor producción de neurotransmisores.
- Disminución del hipocampo.
- Aterosclerosis en los vasos sanguíneos cerebrales.
De esta última alteración aún no habíamos hablado, resumiendo da lugar a una reducción del flujo sanguíneo en algunas zonas, lo que empeora su funcionamiento y se vincula con más probabilidades de padecer depresión.
Si la inflamación se produce por otras causas que no sean las emociones negativas, también se favorecen estos procesos. Por tanto la relación entre depresión e inflamación es bidireccional, una favorece siempre a la otra.
Si quieres saber más sobre el efecto de la inflamación cerebral en la depresión, te dejo este artículo del Instituto de Neurociencias de Canadá, que nos explica además cómo afecta a la fatiga, y es que en nuestro cuerpo todo está relacionado.
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Desconexión de la amígdala cerebral
La amígdala cerebral es como un centinela de las emociones, que valora cada situación y, de manera casi inmediata, da la voz de alarma cuando percibe una potencial amenaza.
Su activación se da de manera inconsciente, pues las áreas cerebrales que procesan la información a nivel consciente actúan más lentamente.
Se sabe desde hace tiempo que, cuando la amígdala se activa en exceso, favorece los miedos y el estrés, pero hace poco se ha descubierto además que en depresiones prolongadas, pierde en parte su conexión con otras áreas cerebrales que la modulan.
Esto contribuye a que los estímulos neutros se cataloguen como negativos, favoreciendo esa visión gris de los acontecimientos, que caracteriza a la persona con depresión.
Causas de la depresión
Tras hablar de qué pasa en el cerebro con depresión, considero muy importante que también repasamos sus causas. Nuestro sistema nervioso es muy complejo, por eso no es de extrañar que las particularidades del cerebro con depresión afecten a diferentes aspectos de su funcionamiento, y que aún no sepamos si algunas de ellas son causa o efecto de la depresión.
Se ha constatado incluso, que en muchos casos, un mismo factor puede actuar como desencadenante de la depresión en algunas personas, y en otras sin embargo haberse desarrollado a posteriori, como consecuencia del proceso depresivo.
En este primer apartado nos centraremos en las disfunciones que suelen ser causa de la depresión, sin olvidar que muy frecuentemente esas alteraciones se desencadenan por factores psicosociales, como el estrés crónico o un trauma emocional.
Se tratan de:
- Insuficiente producción de neurotransmisores.
- Disfunción en los receptores de serotonina.
- Escasez de factores neurotróficos.
1. Insuficiente producción de neurotransmisores:
Los neurotransmisores son mensajeros moleculares, que “viajan” entre las neuronas, favoreciendo unas emociones u otras. Lo que sucede en el cerebro con depresión, es que algunos de ellos se producen en baja cantidad.
La escasez de serotonina, el neurotransmisor relacionado con la sensación de bienestar, es la que más influye en el desarrollo de depresión, pero también se ha detectado una disminución de norepinefrina, que favorece la vigilia, de dopamina, que nos aporta motivación, y de GABA, que es relajante. Curiosamente se ha demostrado también, que esa reducción de neurotransmisores no nos afecta a todos por igual, ya que en algunos casos esto provoca síntomas depresivos, pero no siempre.
2. Disfunción en los receptores de serotonina
Otra alteración del cerebro de las personas con depresión, es que determinados tipos de transportadores de serotonina, tengan poca afinidad por ella. La serotonina interviene en la regulación del deseo sexual, la modulación de la agresividad y la ansiedad, etc. También es importante para la producción de melatonina, que también guarda relación con el estado de ánimo, la emoción y el ciclo vigilia-sueño.
Se ha comprobado que cuando esto sucede en las neuronas de la amígdala cerebral, una de las principales áreas que regula las emociones, se incrementan considerablemente las probabilidades de padecer tanto ansiedad como depresión.
A continuación te enlazo una investigación sobre la serotonina, sus receptores y la depresión, del Instituto de Neurociencias y la Universidad de Cambrigde, que ha sido realizado en monos titis, y que resulta sorprendente por la contundencia de sus resultados.
Se ha visto además que la alteración en estos transportadores de serotonina de las neuronas, aunque tiene una base genética, suele desencadenarse por eventos traumáticos en la infancia (maltrato, abusos…) haciendo a estas personas más vulnerables a la depresión.
La afinidad de los receptores de otras moléculas implicadas en la gestión del estrés, como el cortisol, ha mostrado también estar relacionada con la depresión.
📍 Y hablando de las emociones, queremos recordarte otra lectura muy interesante “Alimentación y emociones” ¿Te has parado a pensar cómo influye lo que comes en cómo te sientes?
3. Escasez de factores neurotróficos
¿Y eso qué es? Posiblemente ya habrías escuchado mucho sobre la serotonina, sin embargo los factores neurotróficos son menos conocidos, y yo diría que muy injustamente, porque son fundamentales para prevenir muchas patologías del sistema nervioso.
Existen distintos tipos de factores neurotróficos, pero todos ellos se caracterizan por ser moléculas que favorecen la neurogénesis, es decir la producción de nuevas neuronas ¿O aún creías que en el cerebro no se creaban neuronas? Si era así, creo que acabo de darte una buena noticia.
Estas moléculas participan además en la formación de nuevas conexiones interneuronales, siendo muy importantes para el aprendizaje y la prevención de enfermedades como las demencias.
Pues bien, por si todo esto fuese poco, algunos de ellos, especialmente el BDNF (siglas en inglés de: factor neurotrófico derivado del cerebro) han mostrado tener una destacada actividad antidepresiva, por eso estoy segura que cada vez oiremos más hablar de él.
Por cierto, si te interesa cómo favorecer la producción de BDNF te diré que la actividad física moderada, la variedad de aficiones y las relaciones sociales positivas, tienen un gran impacto en nuestra capacidad de sintetizarlo.
Podríamos extender muchísimo más este artículo, pues la depresión es una patología muy compleja, y en ella hay más zonas que se hiperactivan, como la corteza prefrontal media, y más células que se inactivan, como las de la glía, que ayudan a nutrir a las neuronas y a limpiar su entorno.
Todo esto y más, se vincula con la depresión, pero nuestra intención aquí no es resumirte una tesis doctoral. Tan solo queremos contarte lo que a día de hoy parece más relevante, para tratar de comprender este trastorno, desestigmatizarlo y ayudar así a las personas que lo padecen.
Si necesitas ayuda profesional a este respecto, no dudes en acudir a tu médico o psicólogo de confianza. Si eres cliente Aegon, puedes buscar a tu especialista más cercano en nuestro cuadro médico.
¿Y a ti? ¿Qué te ha parecido nuestro artículo sobre lo que pasa en el cerebro con depresión? ¿Te imaginabas que la depresión afectaba tan profundamente al cerebro? ¿Has aprendido algo interesante? Si crees que es así no dejes de contarlo y comparte este post.