Trastorno bipolar: descubre sus síntomas y cómo se trata
El trastorno bipolar es una de las enfermedades mentales más importantes. Quienes la sufren experimentan cambios de ánimo rápidos e importantes.
Así, pueden pasar de la apatía y la tristeza a la felicidad e hiperactividad. Entre medias de estos ciclos, que son muy habituales, también pueden tener otros con estado de ánimo normal.
El resultado es una enfermedad que afecta tanto a la persona, reduciendo su rendimiento en trabajo y estudios y, especialmente, a sus relaciones sociales.
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El trastorno bipolar puede comenzar en cualquier momento, pero es más común al inicio de la edad adulta. Una vez diagnosticado, como norma general, dura toda la vida.
Afortunadamente, existen tratamientos en los que se combinan medicamentos y terapias que son muy eficaces.
Índice
Síntomas del trastorno bipolar
El trastorno bipolar se fundamenta por sus dos estados extremos:
- Estado de depresión: Conlleva tristeza, pérdida de interés y del placer de las actividades que se realicen.
- Estado de manía: O de hipomanía si es menos extrema. En esta situación se genera euforia, mucha energía, pero también de irritabilidad.
Los cambios de ánimo también afectan funciones tan importantes como el sueño, la capacidad de razonar con claridad o el nivel de actividad.
La forma en la que se desarrolla es variable según el caso. En algunas personas se desarrolla pocas veces por año, en otras se suceden los cambios muy rápidamente.
Diferentes tipos de trastorno bipolar
Esta combinación de cambios entre manía o hipomanía y depresión, así como su velocidad marca los diferentes tipos de trastorno bipolar:
- Trastorno bipolar I: Se determina como tal si se ha sufrido al menos un episodio maníaco precedido o seguido de un episodio hipomaníaco u otro depresivo mayor. En determinados casos, la manía puede provocar psicosis o desconexión de la realidad.
- Trastorno bipolar II: Cuando al menos se ha sufrido un episodio depresivo mayor y al menos un episodio hipomaníaco, pero no un episodio maníaco.
- Trastorno ciclotímico: Cuando durante dos años (o un año en el caso de niños y adolescentes) se han producido diferentes períodos con síntomas de hipomanía y períodos con síntomas depresivos.
Son diagnósticos diferentes con también problemas distintos. Así, el trastorno bipolar I puede ser grave y el trastorno bipolar II pueden conllevar a una depresión prolongada que desemboque en un deterioro de salud importante.
Diferencia entre manía e hipomanía
Es importante diferenciar entre manía e hipomanía. Ambas tienen los mismos síntomas, pero la manía es más grave y causa más problemas en trabajo, colegio y relaciones sociales.
Ambos comparten los mismos síntomas:
- Episodios anormales de optimismo y tensión.
- Aumento de energía y agitación.
- Euforia.
- Menos necesidad de dormir.
- Distracción.
- Locuacidad.
- Decisiones compulsivas e incluso absurdas.
Su diferencia principal está en que la a hipomanía no hay síntomas psicóticos y su impacto en la funcionalidad del día a día es menor.
Depresión mayor
También es importante distinguir la depresión mayor de los episodios más leves. Una depresión mayor es aquella que causa un impacto grave en nuestras actividades diarias ya que combina bastantes de estos síntomas:
- Estado anímico dominado por la tristeza o desesperanza.
- Pérdida de interés por realizar cualquier actividad.
- Trastornos del sueño: insomnio o dormir demasiado.
- Agitación.
- Pérdida de energía y fatiga.
- Sentimiento de culpa.
- Falta de concentración.
- Disminución del apetito y pérdida de peso.
- Pensamientos e incluso actos de autolesiones e incluso suicidio.
Causas del trastorno bipolar
La causa del trastorno bipolar es desconocida, pero si existen algunos factores de riesgo:
- Tener algún familiar cercano, especialmente de primer grado de consaguinedad, que lo haya sufrido.
- Acumular largos periodos de estrés.
- Sufrir experiencias traumáticas.
- El abuso de drogas o alcohol.
Diagnóstico y tratamiento del trastorno bipolar
El trastorno bipolar no se puede prevenir. Pero si es importante el tratamiento rápido y adecuado para evitar que síntomas leves se conviertan en otros más graves y con efectos muy perjudiciales.
Por ello es importante prestar atención temprana a cualquier tipo de síntoma, y ante cualquier duda acudir a un médico.
Un profesional de la salud especializado, como es el psiquiatra, es, junto al apoyo a la familia y amigos, fundamentales para su tratamiento.
Así los tratamientos eficaces combinan:
- Medicamentos: Para equilibrar el estado de ánimo. Es imprescindible que se cumpla a rajatabla con el tratamiento, ya que abandonar la medicación multiplica los riesgos de provocar un episodio.
- Psicoterapia: Fundamental para controlar sus síntomas, combinando sesiones individuales con otras en grupos de apoyo.
Por todo ello el apoyo de su entorno es fundamental. En primer lugar, ayudando y aceptando su trastorno, entendiendo sus síntomas y reconociendo los indicadores. También en acompañarle a terapia y controlar la medicación. Pero lo fundamental es dedicar tiempo de calidad a quien lo sufre y procurando toda la ayuda con las que evitar situaciones complicadas que pueden desencadenar episodios de este trastorno.