Las lesiones de rodilla más habituales y cómo tratarlas
Las lesiones de rodilla son mucho más frecuentes de lo que podríamos pensar. Si bien todos estamos expuestos y somos susceptibles a su padecimiento, existen ciertos grupos de población que pueden resultar más vulnerables, sobre todo en aquellas personas que realizan actividades físicas de alta intensidad, ya sea de manera profesional o no. Igualmente corren este riesgo quiénes padecen de sobrepeso u obesidad. Y también influye el hecho de contar con una debilidad intrínseca y/ o factores biomecánicos predeterminados, por ejemplo. Pero antes de entrar al detalle de los diferentes tipos de lesiones de rodilla, creemos que es importante que entiendas cómo funciona la rodilla.
La rodilla es una de las articulaciones más complejas del organismo. Es la articulación central de los miembros inferiores y la articulación más grande del cuerpo. Está compuesta por la acción conjunta de los huesos fémur, tibia, rótula y dos discos fibrocartilaginosos que son los meniscos. A través de la rodilla, el principal movimiento que realizamos es el de flexo extensión, aunque también posee una pequeña capacidad de rotación. Y es precisamente su complejidad anatómica la que da lugar a múltiples patologías que pueden clasificarse según su localización anatómica.
Entre las lesiones de rodilla más frecuentes que se puede padecer se se encuentran las que se enlistan a continuación, pudiendo llegar a coexistir entre ellas:
- Uso excesivo o sobrecarga.
- Contusión simple.
- Contusiones de los ligamentos y menicos, donde este fibrocartílago que sirve de amortiguador de la rodilla puede fisurarse o incluso fracturarse. Es una lesión muy habitual que puede venir dada por esfuerzos, o una tensión o golpe muy fuerte.
- Esguince de rodilla, en el cual uno o varios ligamentos se estiran demasiado y puede llegar a romperse o desgarrarse. Esto generalmente ocurre debido a una torcedura o a un tirón.
- Fracturas
- Luxación
- El desgarro de estructuras tendinosas, musculares y ligamentosas.
- Enfermedades articulares degenerativas.
La enfermedad articular más común que puede afectar a la rodilla es la artritis, sufriendo un desgaste gradual que provoca un fuerte dolor e inflamación.
Índice
Síntomas de las lesiones en la rodilla
Uno de los problemas cuando sufrimos una lesión de rodilla es que nos cuesta identificar de manera inmediata lo que está sucediendo, esto es porque muchos síntomas se parecen entre sí. Una vez detectados estos síntomas, independientemente de si son agudos o crónicos (persistentes en el tiempo), debes utilizar tu seguro de salud y acudir a tu médico de manera inmediata para que te ofrezca un diagnóstico adecuado.
Existen síntomas que son comunes a todas las lesiones de rodilla particularmente si se trata de un evento traumático, entre estos se encuentran:
Dolor agudo o crónico en la rodilla e inflamación
Cuando se trata de lesiones de ligamentos, independientemente de cuál de ellos se haya dañado, los síntomas suelen ser muy parecidos y generalmente se traducen en dolor agudo o crónico en la rodilla e inflamación, que puede venir acompañada de inestabilidad o sensación de que la articulación queda trabada.
Impotencia funcional
Esta impotencia conlleva imposibilidad o dificultad para apoyar el miembro y realizar la flexo extensión con la pierna.
Sensación de rotura, estallido o chasquido
Suele ser habitual experimentar sensaciones como de rotura, estallido o chasquido en el momento de producirse la lesión: en casos graves incluso puedes llegar a escuchar un sonido de rotura. Las lesiones más graves te van a impedir estirar de manera correcta la pierna, e incluso, apoyar el peso de tu cuerpo sobre la misma.
Sin dolor excesivo
Cuando el daño se produce en el cartílago de la rodilla no siempre se sienten dolor de manera directa. A veces se producirán inflamaciones, y estás, sí te producirán dolor o molestias. Dependiendo de dónde se haya producido la lesión puedes sufrir este dolor en la parte interior o exterior de la articulación.
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Causas habituales de las lesiones de rodilla
Como mencionábamos arriba, la complejidad anatómica de la rodilla hace que sea asiento de múltiples patologías, que se pueden clasificar según su localización anatómica. Esto hace que resulte muy complicado describir en detalle todas ellas, pero vamos a mencionar las más frecuentes.
Las causas de lesión son variadas, se incluyen traumatismo, así como trastornos de tipo degenerativo, infecciones intraarticulares entre otras.
La estabilidad funcional de la rodilla se debe en parte a la normalidad de las estructuras óseas, pero fundamentalmente está determinada por la integridad funcional de los cuatro ligamentos mayores:
- Cruzado anterior: las lesiones ligamentarias del ligamento anterior cruzado están relacionadas con la práctica de deportes o caídas, siendo el fútbol el deporte en el que se presentan con mayor frecuencia.
- Cruzado posterior: las lesiones del ligamento posterior se encuentran relacionadas principalmente con accidentes de tráfico o traumas directos causados por algún objeto sobre la rodilla.
- Colateral medial
- Colateral lateral
Tipos de lesiones de rodillas
Así, las lesiones en cualquiera de estas estructuras suelen provocar una alteración o variante de la estabilidad biomecánica y funcional de la articulación.
Lesión del ligamento cruzado anterior
La lesión más común es la que afecta al ligamento cruzado anterior, representando el 50% de las lesiones ligamentosas de la rodilla y produciéndose el 75% durante actividades deportivas.
¿Y cómo se produce esta lesión? pues bien, el mecanismo de lesión más frecuente en el LCA es la rotación del fémur sobre la tibia fija (pie apoyado) durante un movimiento de valgo excesivo o forzado (pivote). También es común la hiperextensión de la rodilla, aislada o en combinación con rotación interna de la tibia. También se pueden llegar a ver lesiones del LCA durante una flexión forzada de rodilla.
Luxación de la rodilla
Debido a que estas lesiones son típicamente resultado de un mecanismo de alta energía. La aplicación de una fuerza significativa sobre la rodilla produce una lesión multi-ligamentaria que puede terminar en luxación. Una rodilla luxada habitualmente presenta una lesión de la mayoría de los tejidos blandos estabilizadores, lo que tiene como consecuencia una inestabilidad multidireccional.
La luxación anterior es la más frecuente, presentándose en el 40% de los casos y generalmente es causada por un mecanismo de hiperextensión. Mientras que la luxación posterior se presenta en un 33 % ocasionada por impactos de alta energía aplicados sobre la rodilla. La luxación lateral o medial son menos comunes y se presentan en un 18 y 4% respectivamente, con un mecanismo de impacto violento sobre la rodilla en varo o valgo.
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Roturas meniscales
Las roturas meniscales se han relacionado comúnmente con traumatismos de diversa intensidad. En pacientes jóvenes con un tejido meniscal sano, generalmente se requiere un traumatismo importante para que se vea comprometido el tejido meniscal.
Los traumatismos capaces de producir roturas meniscales suelen ser las torsiones de rodilla con el pie fijo en el suelo.
El menisco se lesiona esencialmente por un mecanismo rotacional en el que la rodilla del miembro está apoyado en semiflexión. Se estima que solamente el 80-90% de los pacientes refieren un mecanismo de lesión de estos un 50-60% están relacionados con una actividad deportiva.
💡 Después de este artículo puedes continuar leyendo nuestro post sobre Lumbalgia: síntomas, tratamiento y ejercicios.
Tratamiento de las lesiones de rodilla
El tratamiento en las lesiones de rodilla dependerá del tipo de lesión sufrida. En todo caso, es muy importante que dicho tratamiento sea el recomendado por un profesional médico. Idealmente, y dependiendo de su complejidad, será el instaurado por el servicio especialista en el área de Ortopedia y Traumatología.
En todo caso, algunas medidas básicas que se pueden adoptar hasta que sean instauradas las medidas terapéuticas emitidas por el profesional médico son:
- Protección del miembro afecto.
- Reposo-inmovilización de la articulación
- Analgesia a través de medios físicos. Esta puede ser igualmente manteniendo la inmovilización y/o reposo del miembro afecto. Se debe evitar la automedicación y la ingesta de líquidos en caso de ocurrir de manera traumática.
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La protección junto con el reposo tiene por objetivo evitar el agravamiento de las lesiones de rodilla.
La rehabilitación en las lesiones de rodilla
Las fases del programa de rehabilitación para las lesiones de rodilla estarán basadas en las prioridades y los objetivos establecidos. Podemos diferenciar entre:
- Fase inmediata (posterior a la lesión): en la que se persigue minimizar la inflamación y evitar el dolor, conservando o aumentando el arco de movilidad.
- Postquirúrgica
- Entrenamiento funcional
- Retorno a la actividad física
La decisión sobre el tratamiento quirúrgico o conservador dependerá de diferentes variables, tales como el grado de inestabilidad y limitación funcional de la rodilla. También se tendrán en cuenta otros factores como: los objetivos futuros en la actividad física, la presencia de lesiones asociadas, la edad del paciente, etc.
Prevención
Aunque cualquiera puede sufrir una lesión en la rodilla, es cierto que hay algunas cosas que puedes hacer para prevenirlas.
- Estar en forma: lo primero es mantenerte en el mejor estado de forma posible. Hacer ejercicio de manera regular ayuda a que tus músculos estén más fuertes y sostenga mejor las articulaciones, incluyendo las rodillas.
- Sesiones de aproximación: antes de practicar cualquier ejercicio dedica entre cinco y diez minutos al calentamiento muscular. Esto ayudará a que aumentes el flujo sanguíneo en dirección a los músculos y reduzcas las posibilidades de sufrir una lesión.
Ejercicios para lesiones de rodilla
Existen una amplia variedad de ejercicios indicados para lesiones de rodilla, es recomendable que se lleve a cabo los recomendados por tu médico tras analizar el origen y estado de tu lesión. A continuación, repasamos algunos de los más habituales:
- Eleva una pierna manteniéndola extendida, mientras la otra la doblas apoyando la planta del pie sobre el suelo. Debes hacerlo tumbado en el suelo y boca arriba. Este movimiento te ayudará a fortalecer tus cuádriceps. Puedes hacer 3 series de 10 repeticiones con cada pierna.
- Estira los isquiotibales. Boca abajo y estirado, empieza doblando una pierna hacia atrás hasta alcanzar las nalgas con el pie, y repite alternando las dos piernas. Pues hacer 20 repeticiones entre las dos piernas.
- Sentadillas contra la pared. De pie, con los pies paralelos a tus hombros y con la espalda apoyada contra la pared. Despacio, dobla las rodillas, manteniendo siempre la espalda y la pelvis contra la pared. Es importante que no te separes y permanezcas recto.
- Estira la rodilla. Sentado, con las rodillas dobladas en ángulo de 90 grados, eleva una pierna hasta que esté en sentido horizontal a tu cuerpo. Después vuelve a su posición inicial y repite con la otra. Puedes realizar 20 repeticiones entre las dos piernas.
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Por último, si has sufrido anteriormente una lesión de rodilla observa de manera escrupulosa las recomendaciones que los profesionales médicos te hayan dado. Una recaída puede agravar la lesión inicial.