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¿Qué es el IPC o Índice de Precios de Consumo?

familia comprando en supermercado

En la vida cotidiana, los precios están presentes en prácticamente todo lo que hacemos, desde hacer la compra semanal a pagar el alquiler. Cada subida o bajada en los precios afecta directamente a nuestro bolsillo, a nuestra capacidad de ahorro y a las decisiones financieras que tomamos. Por eso, entender cómo evolucionan los precios y los instrumentos que miden estas variaciones, como es el IPC en España, es tan importante.

El Índice de Precios de Consumo (IPC) permite conocer cuánto se encarece o se abarata la cesta de bienes y servicios que compramos habitualmente, convirtiéndose en una herramienta clave para medir la inflación y entender cómo cambia el coste de la vida. A continuación os explicamos los puntos clave para entender su importancia y lo más importante, podar tomar decisiones que nos ayuden en el día a día.

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Qué es el IPC y para qué sirve

El IPC mide la variación del precio de una cesta representativa de bienes y servicios que consumen los hogares incluyendo, entre otros, alimentación, vivienda, transporte, ocio, sanidad, educación y todo tipo de gastos habituales. Este punto es importante, ya que los hábitos de consumo cambian a lo largo de tiempo y por ello la cesta tiene que ir actualizándose. En España se hacen los ajustes de acuerdo con otra fuente que realiza el Instituto Nacional de Estadística (INE) periódicamente: la Encuesta de Presupuestos Familiares.

Su función principal es reflejar el cambio en el coste de la vida. Cuando el IPC sube, muestra que hay inflación: el dinero pierde valor porque se necesita más para comprar los mismos productos. En cambio, si el IPC baja, el dinero gana poder adquisitivo. El IPC tiene múltiples usos prácticos:

  • Actualización de salarios y pensiones: muchos convenios colectivos o nuestro sistema de pensiones se ajustan según el IPC para mantener el poder adquisitivo.
  • Revisión de alquileres y contratos: los contratos de arrendamiento o de servicios suelen incluir cláusulas de revisión anual basadas en su variación.
  • Política económica: se utilizan para analizar la inflación y decidir medidas de política monetaria, subir o bajar tipos de interés, o fiscal, modificando impuestos.
  • Comparación económica: permite conocer cómo varía el nivel de precios entre distintos años o regiones, y compararlo con otros países.

¿Qué tipos de IPC existen?

Aunque cuando se habla de IPC se suele hacer siempre del IPC general, existen diferentes tipos que ayudan a tener una visión más amplia de cómo se comportan los precios.

  • IPC general: es el más conocido y refleja la variación global de los precios de la totalidad de la cesta de bienes y servicios. Es el indicador que suele mencionarse en los medios de comunicación cuando se habla de inflación.
  • IPC subyacente: excluye los productos energéticos y los alimentos no elaborados, que suelen tener variaciones más importantes por factores externos como el clima o el coste del petróleo. De esta forma, el IPC subyacente muestra una visión más estable y realista de la inflación estructural.
  • IPC armonizado (IPCA): se calcula con una metodología común para todos los países de la Unión Europea, con el fin de comparar la evolución de la inflación entre ellos. Es el índice que usa el Banco Central Europeo para analizar la situación de la zona euro.

También existen subíndices por sectores como alimentación, transporte, vivienda u ocio, que permiten identificar qué áreas están impulsando las subidas o bajadas de precios. Así se puede saber, por ejemplo, si el encarecimiento general se debe más a la energía o a los alimentos.

Con todo ello podremos obtener una imagen más completa y matizada de cómo varían los precios y qué factores están detrás de esas variaciones.

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¿Quién publica el IPC y con qué frecuencia?

En España, el organismo encargado de calcular y publicar el IPC es el Instituto Nacional de Estadística (INE). Cada mes recopila datos de cientos de establecimientos repartidos por todo el país, abarcando comercios, supermercados, gasolineras, peluquerías, restaurantes y muchos otros tipos de punto de venta. Esta periodicidad permite seguir de forma continua la evolución de los precios y anticipar cómo pueden afectar al consumo, a las inversiones y al coste de la vida.

El INE publica dos versiones cada mes del IPC:

  1. IPC adelantado: se difunde a finales de mes y ofrece una previsión basada en los primeros datos disponibles.
  2. IPC definitivo: se publica a mediados del mes siguiente e incluye todos los desgloses detallados por grupos de productos y regiones, pudiendo existir pequeñas modificaciones con respecto al adelantado.

¿Cómo se calcula el IPC en España?

El cálculo del IPC combina datos estadísticos, hábitos de consumo y fórmulas matemáticas. El proceso se desarrolla en varias etapas.

1. Selección de la cesta de bienes y servicios

El INE elabora una cesta que representa el consumo típico de los hogares españoles, incluyendo alimentos, vivienda, transporte, ocio, tecnología, sanidad o educación. Esta cesta se revisa periódicamente, tomando como hemos visto los datos de la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF) para adaptarse a los cambios en los hábitos de consumo.

2. Ponderación

No todos los productos tienen el mismo peso en el presupuesto familiar. Por eso, cada uno recibe una ponderación según su importancia en el gasto total. Así, la vivienda o la alimentación tienen un peso mucho mayor que otros bienes menos esenciales.

3. Recogida de precios

Cada mes se recopilan más de 200.000 precios reales en miles de establecimientos de todo el país. El objetivo es obtener una muestra representativa y homogénea que refleje las variaciones de precios reales en el mercado.

4. Cálculo de las variaciones

Se compara el precio actual con el del mes anterior, para saber la variación mensual, o con el del mismo mes del año anterior, para hallar el interanual. Esa variación se convierte en un porcentaje que indica cuánto ha subido o bajado.

La tasa interanual es la más usada porque muestra cómo ha cambiado el coste de la vida a lo largo de los últimos doce meses.

cesta de la compra

¿Cómo interpretar el IPC?

El IPC no solo indica si los precios suben o bajan, sino también la velocidad y el alcance de esos cambios. Para interpretarlo adecuadamente hay que tener en cuenta estos puntos clave:

  1. Variación mensual e interanual: la variación mensual refleja los cambios más recientes y puede verse afectada por factores estacionales como rebajas, vacaciones, cambios en hábitos de consumo energético por las estaciones del año, etc. Mientras, la variación interanual ofrece una visión más completa al comparar el mismo mes con el año anterior, eliminando los efectos temporales.
  2. IPC positivo o negativo: un IPC positivo indica que los precios, han subido, lo existe inflación. Si es negativo, se habla de deflación, es decir, los precios bajan de forma generalizada.
  3. Mirar la inflación subyacente: el IPC subyacente elimina las oscilaciones más bruscas y ayuda a entender la tendencia de fondo. Si esta se mantiene alta, es señal de que la inflación es estructural y no es efecto de una coyuntura determinada.
  4. Hay que tener en cuenta algunas limitaciones: el IPC es una variable cuantitativa, por lo que no tiene en cuenta aspectos relacionados con el comportamiento de los consumidores como cambios en la calidad de los productos.

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Cómo afecta el IPC a tu economía

La inflación es una de las variables económicas más importantes, tanto a nivel global (macroeconómico), como en el de día a día de los consumidores. Si el IPC mide subidas, estas influyen en ingresos, gastos y decisiones financieras presentes y futuras:

  • Poder adquisitivo: cuando los precios suben y los ingresos no lo hacen al mismo ritmo, el poder adquisitivo se reduce. Es decir, puedes comprar menos con el mismo dinero.
  • Salarios y pensiones: muchos convenios colectivos y el sistema actual de pensiones actualizan las remuneraciones en función del IPC. De esta manera se intenta mantener la capacidad de compra frente al encarecimiento general de los precios.
  • Alquileres y otros contratos plurianuales: en los contratos de alquiler, el IPC suele utilizarse como referencia para actualizar la renta cada año. Si el IPC sube, el alquiler también puede hacerlo, aunque actualmente existen topes legales para evitar incrementos excesivos. Esto se aplica a otros tipos de contratos, como los de telefonía.
  • Ahorro e inversión: cuando el IPC sube, el valor real del dinero ahorrado disminuye. Por eso, en contextos de inflación alta, los ahorradores buscan alternativas que ofrezcan rentabilidad real, que una vez descontada la inflación genere rendimientos positivos.
  • Deudas e hipotecas: la inflación, si se mantiene en el tiempo, suele ir acompañada de subidas de tipos de interés. Esto encarece las hipotecas variables y nuevos préstamos personales, afectando directamente a la economía de los hogares.
  • Expectativas de consumo: las expectativas sobre el IPC también influyen en el comportamiento de los consumidores. Si se espera que los precios sigan subiendo, muchas personas adelantan compras, lo que puede aumentar la demanda y presionar los precios al alza.

Por todo ello, el IPC es mucho más que un dato, es un reflejo directo del coste de la vida. Entender cómo se calcula, qué mide y cómo interpretarlo permite anticipar sus efectos sobre la economía personal y colectiva. Cada variación del IPC afecta a nuestras decisiones, desde la cesta de la compra hasta las inversiones o los contratos de alquiler. Por eso, conocerlo y seguir su evolución es fundamental para gestionar mejor nuestras finanzas, proteger el ahorro y planificar el futuro con más seguridad.

Fuentes:

El IPC en un clic. Instituto Nacional de Estadística (INE). https://www.ine.es/dyngs/IPC/es/index.htm?cid=1425

Índice de precios de consumo (IPC). Tasas anuales. Instituto Nacional de Estadísticas. https://www.ine.es/dynInfo/Infografia/TreeMapTabla/treemap.html?peso85451=3_16466&t=25333&rows=85456&cri85457=684699&geo=85455&tipodato=85457

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Redactor Salud y Consumo
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Licenciado en ADE por la Universidad Autónoma de Madrid y especialista en comunicación por la Universidad Complutense, lleva desde el año 2002 escribiendo sobre temas de consumo, salud y divulgación en general, tanto en revistas escritas como Dinero y Salud, asociaciones y diversas páginas web. Además de ser colaborador en medios escritos (Expansión, Cinco Días, idealista.com, El País, Libertad Digital, El Confidencial,…) Radio (COPE, Onda Cero, Cadena Ser, Onda Madrid…) y Televisión (Telecinco, Antena 3, Telemadrid…).