El síndrome de Ménière: causas, síntomas y tratamientos
La enfermedad de Ménière consiste en un trastorno de la parte interna del oído. En España afecta a una persona por cada 1300 habitantes, lo que la categoriza dentro del grupo de las enfermedades raras. Afecta por igual a hombres y mujeres de mediana edad (entre 30 y 50 años) y en la mayoría de casos lo hace únicamente en un solo oído.
La patología varía mucho según la persona que la padece y por ello es tratada de distintas maneras en cada paciente. Continúa leyendo el artículo para saber más sobre este trastorno auditivo.
Índice
¿Qué es la enfermedad de Ménière?
También conocido como enfermedad de Ménière, se trata de un síndrome que se caracteriza por provocar vértigo, pérdida de audición, sensación de presión en el oído y zumbidos. Por el momento, carece de cura conocida, aunque actualmente existen numerosos tratamientos para intentar mitigar sus efectos. Esta afección auditiva es una patología crónica del oído interno producida por un exceso de endolinfa, líquido que llena las cavidades del oído interno.
Dicho síndrome se puede iniciar entre los 30 y los 50 años, siendo las mujeres las más afectadas. No hay una causa concreta por la que podamos llegar a padecerla. No obstante, los expertos recomiendan llevar a cabo una dieta sin sal, café o alcohol para poder evitar con más probabilidad los riesgos de padecerla. La prevención en la salud es básica y aquí también puede ayudar.
El día 7 de febrero se conmemora el Día para la Concienciación sobre el síndrome de Ménière. Se trata de una fecha en la que reflexionar sobre esta enfermedad desconocida para muchos.
Síntomas del síndrome de Ménière
Esta enfermedad se manifiesta con los siguientes síntomas y signos:
- Sensación de vértigo. Consiste en episodios intermitentes en los que la persona que los padece tiene la sensación de estar girando. Aparecen repetidas veces sin una frecuencia fija y puede llegar a durar un día entero. Esta sensación puede derivar en nauseas.
- Perdida parcial o total de la audición. Puede aparecer de manera permanente o temporal, pero con el paso del tiempo tiende a perderse capacidad auditiva de manera irreversible.
- Acúfenos o campanilleos en los oídos. Consiste en distintos ruidos que aparecen en el oído. Pueden ser campanilleos, zumbidos, rugidos o silbidos.
- Sensación de tapón en el oído. Es muy recurrente y consiste en la sensación de presión en el oído afectado por esta enfermedad. A esto se le llama también congestión auditiva.
Diagnóstico
Para diagnosticar esta enfermedad, un especialista en otorrinolaringología deberá realizar una exploración de las cavidades nasales, oral y auditivas, la nasofaringe y la laringe. A esta prueba se le suma otra calórica y aceleraciones rotatorias, que se realizan mediante una videonistagmografía y la estimulación rotatoria sinusoidal.
También existe una técnica de exploración nueva llamada posturografía dinámica. Esta técnica permite una evaluación del equilibrio del paciente de manera mas global.
¿Tiene cura? Tratamientos
La enfermedad no tiene una cura como tal, pero existen tratamientos que la hacen más llevadera.
En primer lugar, se debe evitar en la medida de lo posible la sal y eliminar los líquidos ya que, si no, estos se acumulan en el oído interno y pueden provocar los síntomas que hemos mencionado previamente, especialmente los vértigos. Si esto no resulta suficiente, se deberá acudir a un especialista médico.
Normalmente, se recetan distintos fármacos según el paciente, los más frecuentes son diuréticos, Betahistina o antagonistas del calcio. También se suelen recetar protectores celulares como la trimetazidina.
Cerca del 70% de pacientes mejoran su estado de salud tras recibir un tratamiento médico y una dieta adecuada. En caso contrario, se podría llegar a realizar un tratamiento con gentamicina intratimpánica. Si esto no fuera suficiente, se podría recurrir a una intervención quirúrgica.
Consejos para prevenir el síndrome de Ménière
Si entras en el rango de edad y corres peligro de padecer esta enfermedad, te recomendamos que pongas en práctica los siguientes consejos de GAES:
- Fuera estrés. Para aquellas personas que ya padecen el síndrome de Ménière, lo más recomendable es reducir el estrés en la mayor medida de lo posible, ya que se cree que el estrés emocional propicia los ataques.
- Menos sal. Como ya hemos dicho anteriormente, los expertos señalan que reducir la ingesta de sal puede prevenir que suframos esta enfermedad, ya que la sal aumenta la presión de fluido en el oído interno.
- Recurrir a medicación. Como ya hemos dicho, el síndrome de Ménière carece de cura, pero sí que existen medicamentos para reducir sus efectos. Lo mejor es acudir a un especialista que nos aconseje y nos informe sobre ello.
- Hacer uso de los tratamientos. Si el vértigo resulta muy difícil de tratar, se recurre al dispositivo de Meniett. Esta terapia consiste en la aplicación de presión en el oído medio para mejorar el intercambio de líquidos. El tratamiento con gentamicina también puede ser eficaz. Este antibiótico se inyecta en el oído medio, anula el sentido del equilibrio del oído afectado y previene futuros ataques de vértigo. La parte negativa de esta opción es que este tratamiento se asocia con un riesgo de padecer pérdida auditiva.
Por otro lado, si ya padecemos la enfermedad de Ménière y los tratamientos no surten el efecto deseado, siempre se puede recurrir a la cirugía. Una opción es la neurectomía vestibular o sección del nervio vestibular, que suele corregir los problemas de vértigo y conservar la audición del oído afectado, y otra es la laberintectomía, que sólo se practica en caso de pérdida total de audición en el oído afectado.
Contar con un buen seguro de salud puede ayudarte a acelerar procesos y tratamientos paliativos frente a esta dolencia.