Herpes labial: qué es, por qué se produce y cómo se cura
El herpes labial es una infección vírica que todo el mundo conoce porque, aunque es posible que nunca lo hayamos padecido en nuestra propia piel, todos tenemos a nuestro alrededor personas que, esporádicamente, suelen ver cómo se les desarrolla de nuevo.
Pero, aun así, y aunque estemos acostumbrados a verlo con frecuencia, existe mucho desconocimiento en torno al herpes labial. ¿Qué es, porqué aparece, cómo se cura…?
Así que, en este artículo, vamos a explicarte todo lo que necesitas saber para entender mejor en qué consiste el herpes labial. Ya lo sabes, en Aegon Seguros, ¡siempre estamos cuidando de ti!
Índice
¿Qué es el herpes labial?
El herpes labial, también conocido como “herpes febril”, es una infección viral muy frecuente entre la población, consistente en ampollas pequeñas llenas de líquido. Suele aparecer alrededor de los labios, la barbilla, las mejillas, dentro de las fosas nasales, en las encías o hasta en el paladar. Aunque, estas dos últimas posibilidades son muy poco frecuentes.
¿Cuáles son las causas del herpes labial?
Según informa la OMS (Organización Mundial de la Salud), las principales causas del herpes labial son la infección por el virus del herpes simple tipo 1 (HSV-1) y, aunque con menos frecuencia, también el tipo 2 (HSV-2).
Cuando una persona ha sufrido un primer episodio de infección por herpes labial, el virus permanece latente, esperando que se den las condiciones adecuadas para volver a aparecer en el mismo lugar.
Las condiciones que propician la reaparición del herpes labial suelen ser los cambios hormonales, por norma general en los periodos de menstruación, por otras infecciones virales o la aparición de fiebre, por verse sometido a un elevado estrés o la fatiga, al padecer cambios en el sistema inmunitario o, también, por la exposición prolongada a la luz del sol o al viento.
¿Cuáles son los síntomas del herpes labial?
El herpes labial y sus síntomas pueden variar según la persona, la edad y si es la primera vez que se padece o es una recurrencia.
Las diferentes fases por las que pasa se inician con un leve hormigueo en la zona, acompañado de picazón o ardor, que dura durante uno o dos días hasta que empieza a hacerse visible un pequeño punto duro y doloro que acaba por convertirse en ampolla. Una vez aparecen las ampollas pasan a reventarse dejando llagas abiertas poco profundas que terminan por formar una costra.
Cuando es la primera vez que aparece el herpes labial, los primeros síntomas suelen aparecer entre 15 y 20 días después de haberse contagiado con el virus y pueden empezar con fiebre, dolor de encías, de garganta, de cabeza o musculares, y en ocasiones ganglios linfáticos inflamados.
En criaturas menores de 6 años, los herpes labiales suelen aparecer dentro de la boca, por lo que suelen confundirse con aftas que nada tienen que ver con el virus simple que causa el herpes labial.
¿Cómo curar un herpes labial?
Tras muchas investigaciones realizadas, y según la OMS, a día de hoy no es posible saber cómo curar el herpes labial. Existen medicamentos antivíricos como el Aciclovir, el Famciclovir o el Valaciclovir, que calman los síntomas y reducen la gravedad de las ampollas.
Por tanto, todo cuanto se puede hacer hasta el momento es intentar calmar los síntomas, una vez ya han aparecido, y los expertos demandan que se investigue una vacuna que pueda proteger de la infección.
¿El herpes labial es contagioso?
El herpes labial es muy contagioso. Y se transmite de una persona a otra por contacto cercano. Es decir, a través de los besos, de compartir vasos, tenedores…
Los dos virus que causan este herpes, y que hemos mencionado anteriormente, pueden afectar tanto a la boca como a los genitales, por lo que su contagio puede producirse también a través del sexo oral.
Además, el contagio puede producirse en cualquier momento desde que se inicia la primera fase, puesto que aunque no exista la presencia de ampollas, el virus está activo y puede infectar a la otra persona.
¿Qué duración puede tener el herpes labial?
Los medicamentos para el herpes labial pueden ayudar a que la duración de éste sea menor. Pero, a pesar de ello, el proceso debe completarse y pasar por todas sus fases.
Por norma general, suele curarse definitivamente entre dos o tres semanas, eliminándose por completo las costras y sin dejar ningún tipo de cicatriz en la zona afectada.
También cabe destacar que muchas personas infectadas por el virus que provoca el herpes labial nunca manifiestan signos o síntomas.
Relación entre embarazo y herpes labial
Durante el embarazo, las mujeres sufren constantes cambios hormonales lo que, como hemos dicho anteriormente, es una de las principales causas por las que pueden aparecen los rebrotes del herpes labial. Si, en el momento del parto, la madre tiene un herpes labial, debería intentar evitar el contacto directo (boca-piel) con el bebé y llevar a cabo una exhaustiva limpieza de manos para prevenir que el pequeño pueda contagiarse. Aún así, la lactancia materna puede llevarse a cabo sin ningún riesgo.
Un estudio realizado por científicos en la Escuela Geisel de Medicina de Datmounth College, en Hanover, Estados Unidos, revela que las mujeres embarazadas que, con anterioridad, han estado infectadas con el virus del herpes simple tipo 1, mantienen anticuerpos activos en su cuerpo, lo que se transmite a los bebés y ayuda a prevenir que éstos puedan sufrir infecciones neurológicas en un futuro.
El herpes labial es una infección muy común que, a pesar de no provocar trastornos graves, puede resultar muy dolorosa e incómoda para todas aquellas personas que la sufren. Por tanto, es fundamental que, ante cualquier síntoma de la posible aparición del herpes labial, se lleven a cabo todas las precauciones posibles para evitar el contacto con los demás y, así, el contagio. Debemos evitar besar, utilizar utensilios, toallas, protectores labiales y otros artículos personales, asi como lavarnos bien las manos antes de tocar a otras personas, en especial a los bebés. Además, es imprescindible, en cuanto sea posible, acudir al médico de cabecera para poder iniciar con los tratamientos que ayuden a paliar los efectos que éste provoca en la piel.
Contar con un buen seguro de salud que te permita poder acceder a tu médico de confianza cuando lo necesitas, es la mejor opción para mantener una vida sana y sentirse seguro y tranquilo ante la posibilidad de cualquier problema de salud que pueda surgir.
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