Hiperlaxitud: qué es y cómo me puede afectar
La hiperlaxitud es algo más común de lo que se cree. Y no consiste en poder hacer estiramientos ni posturas más raras, sino de un trastorno de las articulaciones.
Desde la infancia todos hemos tenido facilidad para realizar estiramientos en educación física, pero siempre ha habido algún compañero que, sorprendentemente, tenía más flexibilidad que el resto y, aunque lo desconocíamos, puede que ese compañero sufriera de hiperlexia.
Esta enfermedad articular comienza a manifestarse desde la infancia y sigue desarrollándose en la etapa adulta.
Las articulaciones de las personas que padecen hiperlaxitud manifiestan en sus movimientos una distensión de las articulaciones y tendones exagerada. La hiperlaxitud tiene aspectos negativos ya que, aunque en menor proporción, las personas que padecen dicha laxitud corren el riesgo de sufrir esguinces, dislocaciones y subluxaciones.
Las personas que la padecen pueden llegar a sufrir una disminución importante en su calidad de vida cuando se llega a la etapa adulta.
Índice
Qué es la hiperlaxitud
La hiperlaxitud es una enfermedad de consideración reumática poco conocida, habitualmente suele ser hereditaria y se manifiesta a través del aumento exagerado de las articulaciones.
Para ser más explícitos, la hiperlaxitud es la facultad de tener más flexibilidad.
Una manera de manifestarse que tiene la hiperlaxitud es, a modo de ejemplo, poder doblar un dedo de la mano hacia atrás, realizando un giro de 90º.
Las articulaciones, los músculos, los cartílagos y los tendones de las personas que padecen esta laxitud presentan una elasticidad exagerada.
La hiperlaxitud, con el paso de los años y llegada la edad adulta, debido a la debilidad que tienen los tejidos por la distensión, puede llegar a afectar a algunos órganos.
Esta condición, por sí sola no lastima ni es dolorosa para la persona que la padece, pero debido a esa laxitud, es más probable que las articulaciones muestren debilidad y, por ende, sean susceptibles a lesiones.
Por ello, es importante acudir al médico especialista si se detecta en un menor una laxitud exagerada para que, de este modo, se pueda corregir debidamente y poner en marcha el tratamiento que sea necesario.
Tipos de hiperlaxitud
Los dos principales tipos de hiperlaxitud son la articular y la ligamentosa.
Ambas sufren los mismos síntomas, con la diferencia que la característica principal, que es tener una elasticidad exagerada, se presentan en el primer caso en las articulaciones y, en el segundo, en los ligamentos.
La hiperlaxitud ligamentosa produce hipermovilidad y articulaciones mal posicionadas que a la larga suelen ocasionar dolor muscular y articular.
En el caso de la hiperlaxitud articular, puede ocasionar otros trastornos en el aparato locomotor incluyendo lumbalgias, escoliosis o desviaciones en la columna vertebral.
Síntomas de hiperlaxitud
Los síntomas en las personas con hiperlaxitud, son variados, aunque los más frecuentes, como hemos indicado anteriormente son:
- Dolor muscular
- Dolor en las propias articulaciones, suele afectar más intensamente a los miembros inferiores.
Aunque es menos frecuente, también podemos encontrar entre los síntomas derrames de las articulaciones por el sobre esfuerzo y carga de la propia articulación, sobre todo en las rodillas. En estas se pueden escuchar chasquidos sin mayor complicación, pero con el paso del tiempo, y la falta de colágeno, la hiperlaxitud en la rodilla, puede venir asociada a una mayor predisposición de padecer artrosis.
Así mismo, las personas hiperlaxas también pueden sufrir;
- Tendinitis
- Capsulitis
- Torceduras de tobillo
- Dolores cervicales
- Dislocaciones
Además existen, aunque son menos los casos, de personas hiperlaxas con un aumento poco común en la elasticidad de la piel o mayor propensión a tener “moratones”.
Las hernias o las varices también son síntomas que puede llegar a padecer una persona con hiperlaxitud.
Consecuencias de ser hiperlaxo
Ser hiperlaxo, además de los dolores musculares y los síntomas habituales, puede afectar, en adultos, a algunos órganos debido a la debilidad de los tejidos por el exceso de colágeno o la falta de proteínas.
Las consecuencias de ser laxo en los órganos puede provocar artralgias, mialgias, varices, hernias y distensión de la piel.
Además, podemos asociar la hiperlaxitud con el cansancio, el dolor que causa en las articulaciones puede llevarte a padecer fatiga.
A largo plazo, esa fatiga se convierte en disfunción, toda afectación al buen funcionamiento del cuerpo produce un efecto negativo emocional, y es por ello que muchos profesionales médicos asocian la hiperlaxitud con la ansiedad.
La detección precoz de esta enfermedad es clave para mejorar la calidad de vida de las personas que la padecen, sobre todo en cuanto a las consecuencias emocionales.
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No todo es negativo en una persona laxa, también tienen aspectos positivos. Por ejemplo, tienen una mayor agilidad para realizar actividad física y, por tanto, poder llegar a ser un fenómeno en habilidades artísticas como la gimnasia, la danza o llegar a ser un gran artista, ya que las personas con hiperlaxitud son más habilidosos para tocar instrumentos que requieran de mayor flexibilidad en los dedos como el piano.
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Fuentes: