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Ejemplos de economía colaborativa de los que sacar provecho

El ahorro, no solo económico, sino también considerado como beneficio social y medioambiental, es sin duda un aspecto muy importante. Es por ello por lo que la economía colaborativa es cada vez más relevante, tanto por el número de personas que aprovechan sus oportunidades, como por los sectores en los que está creciendo.

Con la economía colaborativa se busca crear fórmulas que vayan más allá de las transacciones económicas para conseguir una gama muy amplia de beneficios. Te explico en qué consiste y cuáles son las últimas tendencias.

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¿Qué es la economía colaborativa?

Como su propio nombre indica, la economía colaborativa es un modelo de intercambio en el que los protagonistas son solo los consumidores y no la relación entre consumidor y empresa, que en todo caso proporciona una infraestructura, esencialmente tecnológica de intercambio.

Es decir, son los propios consumidores los que compran y venden productos y servicios, pero con especial peso en alquilar y compartir. Con ello se busca:

  • Ahorrar dinero
  • Hacer más rentables decisiones económicas importantes, como comprar un vehículo e incluso un inmueble
  • Alargar la vida de distintos productos, dándoles una segunda oportunidad
  • Reducir el consumo y con ello hacer un mundo mucho más sostenible

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Tipos de economía colaborativa

La economía colaborativa es algo vivo, con un concepto muy abierto que se pude aplicar a diferentes esferas. Así, podemos distinguir estos grandes tipos:

Consumo colaborativo

Es, sin duda, el tipo de economía colaborativa más conocido. Se trata de intercambiar productos y servicios de forma directa entre consumidores y de distintas formas, ya sea con intercambio económico (comprando y vendiendo), en especie (trueque) o compartiendo.

En el consumo colaborativo el único espacio que se da a las empresas está en ofrecer plataformas de intercambio, teniendo un peso importante las webs.

Producción colaborativa

También tiene un peso muy importante, por ofrecer diferentes formas. De hecho, aunque formalizado como sociedad, las cooperativas están basadas en estos principios.

Encontramos otras fórmulas de producción colaborativa cuando profesionales intercambian ideas, experiencia y trabajo en proyectos. Como ocurre por ejemplo en campos de la ingeniería pero también, en ámbitos rurales con huertos compartidos.

Conocimiento abierto u Open Access

Es uno de los ámbitos en los que se está produciendo un mayor crecimiento. Todo tipo de investigadores ofrecen su conocimiento en abierto, desde repositorios universitarios a otras instituciones de investigación o plataformas.

Los niveles de colaboración son también muy amplios y van desde compartir resultados a trabajar en proyectos en común.

Finanzas colaborativas

Su campo también es cada vez más amplio. El crowdfunding es la forma genérica pero tiene muchos matices. Desde en el que se donan pequeñas cantidades de forma altruista (ya sea sin recibir nada o a cambio de una recompensa) a otros que sí buscan un beneficio económico, ya sea prestando dinero (crowdlending) o realizando aportaciones económicas para una empresa (equity crowdfunding).

Ventajas y desventajas

En los puntos anteriores ya se han desgranado las ventajas principales de la economía colaborativa, destacando:

  • Una oferta más amplia de productos y servicios: creando un segundo mercado más allá de los que ofrecen las empresas a los consumidores.
  • Ahorro económico: estos productos son más económicos que lo que sería si se compraran de primera mano.
  • Fuente adicional de ingresos: el consumidor consigue recuperar parte de lo invertido, ya sea vendiendo el producto de segunda mano o compartiendo.
  • Apoyo a la sostenibilidad y al medioambiente: al darles una segunda vida o un mejor uso como cuando se comparte un vehículo favoreciendo una movilidad más sostenible.

También existen una serie de inconvenientes, especialmente por su velocidad de crecimiento, que va muchas veces por encima de su control.

  • El principal inconveniente es la menor protección del consumidor. Aunque existen normativas de garantía y devolución, el intercambio de productos de segunda mano es un mercado más desprotegido ante problemas de pago y devolución.
  • En muchos casos no es un intercambio en el que participen solo los consumidores. Las plataformas tecnológicas que permiten ventas e intercambios son propiedad de empresas, generalmente originan un coste que en ocasiones es elevado y repercute sobre el vendedor.

Ejemplos y aplicaciones de economía colaborativa

Existen muchos ejemplos de economía colaborativa, tanto de productos como de servicios:

  • Compartir coche o car sharing: es uno de los más conocidos, con distintas modalidades, desde poner el coche a disposición de otros usuarios que lo pueden utilizar cuando no se use, hasta ceder plazas durante un viaje determinado.
  • Nuevas opciones de alojamiento: existen igualmente distintas formas, desde el alquiler entre particulares a directamente intercambiar vivienda en distintos lugares o países durante un tiempo, abaratando así las vacaciones.
  • Financiar proyectos: como te he señalado, se puede conseguir dinero de distintas formas. Una de las más usuales para proyectos culturales y artísticos es el micromecenazgo. También se pueden buscar otro tipo de captación de recursos como para proyectos personales y negocios con préstamos o aportaciones de capital.
  • Mercados de segunda mano: las fórmulas también son muy variadas. Las más conocidas son a través de plataformas de intercambio, pero también hay otros tipos de mercadillos, incluso privados, en el que no solo hay intercambio monetario, sino que también hay trueque.
  • Huertos compartidos: en esta forma de economía colaborativa se busca aprovechar espacios comunes, ya sea en el ámbito rural, como también en el urbano, para conseguir productos ecológicos y más económicos compartiendo trabajo y costes, como semillas, tierra, etc.

💡 Te enlazo nuestro artículo con consejos para montar un huerto en casa.

La economía colaborativa es una realidad en crecimiento, con muchas ventajas y algunos inconvenientes que hay que analizar. Pero en todo caso proporciona una oportunidad más para los productos y para los compradores y vendedores interesados.

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Redactor Salud y Consumo

Licenciado en ADE por la Universidad Autónoma de Madrid y especialista en comunicación por la Universidad Complutense, lleva desde el año 2002 escribiendo sobre temas de consumo, salud y divulgación en general, tanto en revistas escritas como Dinero y Salud, asociaciones y diversas páginas web. Además de ser colaborador en medios escritos (Expansión, Cinco Días, idealista.com, El País, Libertad Digital, El Confidencial,…) Radio (COPE, Onda Cero, Cadena Ser, Onda Madrid…) y Televisión (Telecinco, Antena 3, Telemadrid…).

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