El tiempo, tu aliado y tu enemigo: así afecta a tu dinero
La influencia del paso del tiempo sobre tu dinero es tremendamente importante. Dependiendo de lo que hagas con el dinero, el tiempo puede convertirse en tu aliado o en tu peor enemigo.
Cuando pensamos en el ahorro, al menos en su fase inicial, solemos centrarnos en los objetivos que queremos lograr con ese dinero y pocas veces en los medios necesarios para lograrlo. Sin embargo, mal empleado, los resultados pueden ser tremendamente negativos.
Uno de los factores que más influye en un buen o mal aprovechamiento del dinero ahorrado es el paso del tiempo.
Índice
El tiempo como enemigo de tu dinero
Si inmovilizamos nuestro dinero, aquello tan famoso de guardar el dinero bajo el colchón, podemos ir acumulando cantidades importantes a lo largo del tiempo. El problema es que el dinero guardado en casa habrá perdido valor con los años. Esto es producto de lo que conocemos como inflación.
Básicamente, este factor viene a decirnos que si hemos acumulado 10.000 € en 10 años, es probable que al final del ahorro no podemos comprar las mismas cosas que al principio; los precios habrán subido. Donde antes podías comprar un coche con 10.000 € ahora necesitarás 15.000 €, por ejemplo.
La inflación es el aumento del precio de los bienes y de los servicios con el paso del tiempo. Desde un punto de vista técnico, diríamos que es el incremento del nivel general de precios que se representa, por ejemplo, en el índice de precios al consumo, IPC.
Este índice, se crea a partir del precio diferentes productos y servicios de la cesta de la compra, y, viene a marcar la inflación en cada momento. Por ejemplo, se compara el IPC de un año a otro para ver la variación que ha sufrido. Cuando los precios aumentan se conoce como inflación, si los precios bajan se produce lo que se llama deflación.
En buena lógica, cuando la inflación sube, aumentan los precios y el valor de tu dinero es menor. Dicho de otro modo, puedes comprar menos cosas por lo que tu poder adquisitivo disminuye.
La inflación y tu ahorro
Cuando ahorras tu objetivo debería ser obtener la mayor rentabilidad posible del ahorro. Esto se adquiere a través de la rentabilidad que te otorgue la inversión o el destino del dinero. Sin embargo, para saber realmente la rentabilidad final, es decir lo que tu ahorro ha ganado, siempre deberías restar la inflación.
Hay un binomio que es infalible, cuanto mayor es el tipo de interés mayor es la ganancia, pero, con toda probabilidad, también la inflación. Generalmente cuando los tipos de interés son elevados, la inflación también lo es. En definitiva, el objetivo de tu ahorro siempre debería ser como mínimo batir a la inflación. De lo contrario, de hecho, tu dinero podría no sólo no generar más dinero sino también perder parte del capital, además de no obtener valor añadido.
Atendiendo a lo anterior se comprende fácilmente que inmovilizar el ahorro no es nunca una buena idea, porque, el paso del tiempo es negativo para el dinero inactivo. El valor de ese dinero se devalúa con la inflación y el paso de los años. Calcula lo siguiente, exagerando un poco: desde 10.000 € guardados en tu casa enfrentados al cabo del año a una inflación del 3% disminuirá tu poder adquisitivo en 300 €. Aunque tengas la misma cantidad tu dinero valdrá menos.
El tiempo como aliado de tu dinero
Visto lo anterior parece claro que algo debemos hacer con nuestro dinero ahorrado para tratar de batir a la inflación. Aquí tenemos diferentes opciones, productos de ahorro variados, opciones de inversión etcétera. Desde productos interesantes por lo garantizado y la ausencia de riesgo como los seguros de ahorro, hasta inversiones más arriesgadas, por ejemplo participando en activos en bolsa. Todos estos elementos son opciones legítimas para que tu dinero gane más dinero, pero, la magia del asunto se encuentra en algo que se llama interés compuesto.
Cuando hablamos de interés compuesto, nos referimos a aquellos intereses que vas a recibir sumados al capital que hayas aportado a una inversión, pero, también a los intereses que se van acumulando sobre el resultado total. Es decir, cuando sumamos los intereses obtenidos al capital que a su vez vuelve a generar intereses, que a su vez sumados al capital vuelve a generar intereses… Esto es un efecto bola de nieve que hace que con el paso del tiempo un ahorro sostenido, por modesto que sea, puede convertirse en una importante cantidad.
El tiempo es el principal aliado del interés compuesto, realmente es la clave fundamental para que éste funcione de manera perfecta. Por tanto, cuanto antes comencemos a ahorrar antes nuestro ahorro irá creciendo y multiplicándose.
Pongamos un ejemplo sencillo para verlo más claro. Si inviertes 1000 € al 4% al final del año habrás obtenido como resultado 40 € de rentabilidad, pero, una nueva inversión al año siguiente al 4% ya no se calcula sobre los 1000 € iniciales, sino sobre los 1040 € de tu ahorro. Y así sucesivamente.
La regla del 72
Una manera interesante para tratar de calcular cuánto tiempo debes invertir si quieres duplicar el capital que vas a ahorrar es la llamada regla del 72.
Esta regla viene a decir que una inversión se duplica en un período de años que resulta de dividir 72 entre el interés que consigas en tu inversión. Por ejemplo, siguiendo con el ejemplo de una inversión al 4%, esta regla nos diría que 72/4=18. Por tanto, con una rentabilidad media del 4%, en 18 años tu capital se había multiplicado por dos.