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¿Necesitas un seguro de vida una vez jubilado?

Necesitas un seguro de vida una vez jubilado

Un seguro de vida no tiene por qué ser exclusivo de personas jóvenes. También puede ayudar a personas jubiladas.

Los tiempos han cambiado, antes se daba por sentado que para cuando los padres alcanzaban cierta edad, sus hijos ya estaban independizados y los padres no tendrían ningún tipo de préstamo pendiente.

Ahora, la crisis ha provocado que muchos hijos tengan que seguir viviendo con sus padres, y que éstos aún tengan hipotecas en curso.

Además, la esperanza de vida se ha visto incrementada. Los hombres viven una media de 78 años, y las mujeres de 84. En España, según un estudio bastante reciente, residen más de 8.500.000 de personas mayores de 65 años.

Como es lógico, las aseguradoras han tenido que aprender adaptarse a estos cambios, y ofrecen su seguros de vida también a mayores y jubilados. El requisito para poder contratarlo se basa en que tendrán que realizar unos chequeos médicos para que la compañía pueda determinar el riesgo. Claramente, el coste que les supondrán las cuotas, no va a ser igual de barato que para una persona que sea mucho más joven.

Los seguros de vida

Un seguro de vida, es una póliza en la que la persona que está asegurada protege a sus familiares, siempre en función de las coberturas contratadas y del importe de la prima abonada, y les protege ante dos supuestos:

  • Si la persona asegurada muriese, algunos seguros suelen adelantar una cantidad de dinero, destinada a cubrir los gastos del sepelio.
  • Si la persona asegurada llegase a sufrir un accidente y sobreviviese, pero los ingresos de los parientes que tuviera a su cargo se vieran mermados de alguna manera, la aseguradora abonará la indemnización fijada.

Contratar un seguro de vida siendo jubilado, puede ser una oferta realmente interesante que todos deberíamos plantearnos, ya que nunca sabemos lo que nos puede pasar, y sobre todo por dos motivos fundamentales:

  • La tranquilidad económica para la persona que esté asegurada y también para sus seres queridos.
  • La protección ante cualquier acontecimiento imprevisto o accidente que podamos llegar a sufrir.

La principal cobertura que nos ofrece este tipo de seguros, es la del pago del capital estipulado en caso de fallecimiento. Sin embargo, hay otras muchas opciones que debes conocer y tener en cuenta, como por ejemplo:

  • Repatriación. Si fallecemos fuera de nuestra ciudad, la compañía se hará cargo de los gastos generados por el traslado.
  • Invalidez por accidente de tráfico. Si la minusvalía se llegase a producir por un accidente de tráfico, el tomador recibirá una cantidad adicional a la que contrató en la póliza.
  • Fallecimiento por accidente de circulación. Los beneficiarios obtendrán un dinero complementario al importe del propio seguro.
  • Fallecimiento del tomador y del cónyuge en un accidente. El adjudicatario o los hijos percibirán una cuantía del mismo importe al estipulado en el seguro por fallecimiento en otra situación.
  • Asesoramiento psicológico. Si fallece el asegurado, sus familiares de primer grado podrán recibir asistencia de este profesional.

Bien es cierto que tanto el seguro de vida como el de Decesos, se encargan de facilitar la situación a los familiares cuando la persona asegurada fallece. Sin embargo, las finalidades son distintas.

El primero se encarga de compensar económicamente a los beneficiarios para que vida cambie lo menos posible, por lo menos en términos económicos. Además, si la persona asegurada no muere, es ella misma la que recibe la indemnización, en caso de incapacidad.

Por otro lado, el seguro de decesos se ocupa de abonar los gastos del entierro y de sus gestiones.

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Experto en Ahorro y Finanzas
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Soy un apasionado de las finanzas personales y los impuestos. Me decido desde hace más de 15 años a escribir sobre ahorro, dinero, inversión y fiscalidad en diferentes medios.
Me gusta pensar que ayudo a las personas a mejorar su formación financiera y a tomar mejores decisiones sobre el dinero. De hecho, las finanzas conductuales son una de mis grandes pasiones. Y es que cuando se trata de nuestro dinero, somos mucho menos racionales de lo que pensamos. En mis artículos entenderás por qué.