TDAH. Qué es, síntomas, tratamiento y medicación
En la actualidad, muchos problemas psicológicos merecen un tratamiento con psicofármacos, aunque otros no la necesitan. Uno de los que más se habla en los últimos tiempos es el TDAH o trastorno por déficit de atención con hiperactividad, un trastorno cada vez más diagnosticado especialmente en niños, aunque no únicamente.
Índice
Qué es el TDAH
El TDAH significa Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad. Cuando hablamos de TDAH hacemos referencia a un trastorno de tipo neurobiológico el cual implica déficit de atención con hiperactividad.
Aunque se considera un trastorno propio de la infancia, el TDHA en adultos también puede estar presente, principalmente debido a que los síntomas no desaparecen al pasar a la edad adulta. Por tanto, el trastorno puede persistir en adultos.
Síntomas del TDAH
Los síntomas del TDAH son debidos principalmente por un déficit en neurotransmisores: dopamina y noradrenalina. Estos son sustancias químicas o “mensajeros químicos” que utilizan los circuitos neuronales encargados de realizar funciones tales como:
- Atención: mantener la atención en las tareas monótonas
- Planificación: realizar los pasos necesarios para conseguir un objetivo
- Control de impulsos: pensar antes de realizar una acción
- Necesidad de estar en continuo movimiento
- Tomar decisiones de manera razonada y teniendo en cuenta varias alternativas
- Focalizar o centrar la atención y escuchar
En caso de detectar que tu hijo presenta problemas en alguna de estas áreas, te recomendamos consultar con un especialista como un neuropediatra o neurólogo.
Recuerda, para relacionar estos problemas con el TDAH hay que cumplir ciertas condiciones:
- Edad: que los síntomas se presenten en edades muy tempranas (antes de los 7 años)
- Permanencia: que los problemas permanezcan en el tiempo
- Ámbitos de la vida afectados: que los problemas afecten a varios ámbitos de su vida, como el colegio, el hogar o su vida social
- Impacto: que los problemas detectados estén afectando de un modo significativo su rendimiento
Los síntomas del TDAH en adultos pueden verse reducidos, principalmente en relación con la hiperactividad. También hay que tener en cuenta que los síntomas en adultos pueden solaparse con los de otros trastornos: depresión, etc., lo cual hace más difícil su diagnóstico.
En general, se puede hablar de tres síntomas del TDAH principales: déficit de atención, hiperactividad e impulsividad.
TDAH Tratamiento
Un tratamiento adecuado más una detección temprana han demostrado ser la mejor fórmula para una evolución positiva del trastorno.
Los tratamientos habituales para el TDAH son: medicamentos, terapia conductual, asesoramiento al niño/adulto y a su familia, apoyo educativo.
Los tratamientos van enfocados a aliviar los síntomas, más no es una cura para el trastorno.
Medicación para el TDAH ¿Qué medicamentos se utilizan en el tratamiento de las personas con TDAH?
A grandes rasgos podemos decir que los medicamentos que se recetan en los casos de TDAH son aquellos que aumentan la cantidad de estos neurotransmisores en las áreas cerebrales encargadas de las funciones anteriormente descritas. En el cerebro de la persona con TDAH, estas áreas funcionan por debajo de su nivel normal, por lo que la medicación actuaría aumentando su actividad. Las personas que tienen predominio de déficit de atención como las que sufren más de impulsividad y de hiperactividad, requieren el mismo tipo de medicación.
Es importante tener en cuenta que la medicación debe dar un balance positivo a favor de los beneficios del tratamiento farmacológico por encima de los efectos secundarios.
Hay que destacar que estos efectos secundarios de la medicación para el TDAH se producen principalmente al inicio del tratamiento o al aumentar la dosis, por lo que este tratamiento se debe iniciar de manera gradual.
¿Qué problemas puede presentar nuestro hijo al iniciar el tratamiento con esta medicación?
Es de vital importancia para nuestra tranquilidad y la de nuestro hijo, el tener una buena comunicación con su médico. Este deberá aportarnos toda la información sobre los efectos que puede tener estos medicamentos en nuestro hijo, tanto buenos como malos.
Entre los efectos adversos que puede tener esta medicación en nuestro hijo están los siguientes:
- Disminución del apetito: suele ser muy habitual pero no es un problema que revista gravedad. Recomendamos administrar el medicamento después de las comidas.
- Problemas en conciliar el sueño por la noche: suele ser transitorio y se controla estableciendo unas pautas de higiene de sueño.
- Nerviosismo, labilidad emocional e irritabilidad: son también transitorios y se pueden reducir con un escalonamiento de la dosis. En caso de no remitir con el tiempo, deberemos reconsiderar el diagnóstico y el tratamiento.
¿Cómo evaluar su eficacia?
Hay que tener en cuenta que la medicación para el TDAH empieza a tener efecto unos 20 o 45 minutos después de su administración hasta 5 a 12 horas después dependiendo del fármaco. A partir de esto, podemos evaluar su eficacia, efectos y resultados. Además, es conveniente dejar un cierto margen de tiempo para hacer esta valoración, ya que, como muchos medicamentos, necesitan su tiempo para actuar y observar las mejoras.
Para realizar un buen diagnóstico de la eficacia del tratamiento hay que tener claras las expectativas que tenemos sobre él. Por ello, una mención especial necesita los trastornos que se suelen dar ligados a este trastorno.
El que no existan mejoras en problemáticas tales como conductas desafiantes, problemas emocionales (ansiedad y depresión principalmente), problemas sociales o de lectura, no quiere decir que se trate de un fracaso terapéutico. En cambio, sí debemos estar alerta de la mejora o no de áreas como el rendimiento escolar, atención en clase, capacidad de escucha, atención en la tarea, autocontrol, terminación de tareas y seguimiento de instrucciones.
Conclusión
No debemos perder de vista el papel del maestro y el psicólogo, que puede contribuir en la mejora de nuestro hijo, para tratar las problemáticas ligadas a este trastorno que no mejoran con la medicación.
Como hemos dicho, una buena comunicación con el médico especialista acerca de los efectos de la medicación es crucial para dar con el tratamiento adecuado y obtener unos buenos resultados. El medicar a un niño es un asunto serio, por lo que aconsejamos pedir siempre otra opinión de otro nuero pediatra o neurólogo.
Para poder disfrutar de una atención inmediata, sin esperas y de tener al alcance varios especialistas en esta área, puede ayudar tener un seguro de salud familiar privado y así poder cuidar de los tuyos de la mejor manera posible.
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