¿Qué hacer si sufres una tendinitis? Síntomas, causas y tratamiento
Sufrir una tendinitis es mucho más común de lo que podemos llegar a pensar, por lo que es importante saber cómo tratarla cuanto antes y de forma adecuada. La tendinitis es una inflamación de un tendón, la estructura fibrosa que une el músculo con el hueso. Dicha inflamación se produce, generalmente, por un sobreuso de los tendones. Estos tendones son los responsables de transmitir la fuerza producida por los músculos al esqueleto, permitiendo el movimiento y la estabilidad de las articulaciones.
Es muy común que la tendinitis se convierta en una patología crónica, y es que tiene una alta tasa de reincidencia, provocando dolor y aumento de la sensibilidad alrededor de las articulaciones. En este artículo te contamos con detalle en qué consiste, sus causas y qué hacer en caso de sufrirla.
Índice
¿Qué es la tendinitis?
Como ya hemos avanzado en la introducción, la tendinitis es una afección común que afecta a los tendones, que son las estructuras fibrosas que unen los músculos a los huesos en nuestro cuerpo. Cuando se produce una tendinitis, uno o más de estos tendones se inflaman, lo que puede generar dolor, hinchazón y sensibilidad en la zona afectada.
La tendinitis puede ocurrir en diferentes partes del cuerpo, siendo las áreas más comunes el hombro, el codo, la muñeca, la rodilla y el talón de Aquiles. A menudo, esta afección es causada por un esfuerzo excesivo o una sobrecarga en el tendón debido a movimientos repetitivos o actividades intensas y deportivas.
Las personas más propensas a desarrollar tendinitis son aquellas que realizan actividades físicas de manera constante o trabajan en profesiones que requieren movimientos repetitivos, como deportistas, carpinteros, pintores, jardineros o músicos, entre otros.
Causas de la tendinitis
Por tanto, uno de los principales motivos por los que se suele dar la tendinitis, es como consecuencia de una sobrecarga muscular o una lesión. A pesar de ello, también se puede dar por el desarrollo de otra patología o por la edad, ya que al envejecer nosotros, los tendones van perdiendo su elasticidad y se puede producir su completa degeneración.
Es importante tener en cuenta que la tendinitis se puede producir en cualquier tendón del cuerpo. Si bien, las zonas más comunes suelen ser: los hombros, los talones, los codos y las muñecas.
Como ya hemos mencionado anteriormente, existen patologías que pueden provocarnos tendinitis y unas de las principales son: diabetes de tipo 1 y 2 y la artritis reumatoide.
Además, la presión que pueden ejercer algunos tipos de calzado, puede agravar algunos tipos de tendinitis, como la tendinitis aquílea.
Síntomas de la tendinitis
Los síntomas de la tendinitis pueden variar según la ubicación y la gravedad de la inflamación, pero algunos de los síntomas más comunes incluyen:
- Dolor en la zona afectada. Este dolor se agudiza en las zonas más cercanas a las articulaciones.
- Hinchazón y sensibilidad alrededor del tendón.
- Dificultad para mover la articulación afectada.
- Rigidez en la zona.
- Enrojecimiento o calor localizado.
En la primera fase de la tendinitis, solo molesta tras realizar alguna actividad física. Cuando aumenta al grado 2 también duele al hacer ejercicio, y en el grado 3 ya molesta durante la práctica del deporte, aunque no suele ser una molestia que obligue a parar. Es en la fase 4 cuando incapacitan casi totalmente para hacer ejercicio.
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Formas de prevención de la tendinitis
Hay que tener muy en cuenta que no curar bien una tendinitis tiene como consecuencia que se produzcan problemas a largo plazo. Además, si la inflamación se prolonga durante un plazo de tiempo muy largo, el riesgo de lesiones y de rupturas de tendón se incrementa muchísimo más.
Para prevenir esta patología, los expertos recomiendan:
- Para realizar las actividades deportivas, es fundamental realizar un buen calentamiento de manera previa.
- Hay que evitar realizar movimientos repetitivos que puedan llegar a sobrecargar el tronco superior y el inferior. En caso de que realicemos una práctica deportiva que requiera especialmente las repeticiones, es conveniente alterar las series con periodos de descanso y recuperación.
- Debemos ejercitar de manera correcta todos los grupos musculares para mantener una buena flexibilidad y fortaleza.
- Mantener una buena hidratación es fundamental.
- Es importante si se realiza sobrecarga y/o movimientos repetidos que afectan especialmente a un tendón, la aplicaicón de frío al finalizar el ejercicio.
Tendinitis y diagnóstico
El diagnóstico de la tendinitis implica una evaluación cuidadosa de los síntomas del paciente, el historial médico y un examen físico exhaustivo. Los pasos clave en el proceso de diagnóstico incluyen:
- Evaluación de los síntomas: El médico comenzará por preguntar al paciente acerca de los síntomas que está experimentando, como el tipo de dolor, su intensidad, cuándo comenzó y si hay factores desencadenantes específicos. También se indagará sobre las actividades que realiza el paciente y si hay alguna relación entre las actividades y el dolor.
- Historial médico: Es importante conocer el historial médico del paciente, incluyendo cualquier afección previa, lesiones, cirugías o problemas articulares anteriores que puedan estar relacionados con la tendinitis.
- Examen físico: El médico llevará a cabo un examen físico para evaluar la zona afectada. Esto puede implicar palpar el tendón en busca de sensibilidad, hinchazón o cambios en la textura del tejido. También se pueden realizar pruebas específicas para evaluar la fuerza, la amplitud de movimiento y la estabilidad de la articulación.
- Pruebas de imagen: En algunos casos, se pueden solicitar pruebas de imagen para confirmar el diagnóstico y descartar otras posibles afecciones. Las radiografías pueden ayudar a descartar fracturas o problemas óseos, mientras que la resonancia magnética (RM) o la ecografía pueden proporcionar imágenes detalladas de los tendones y tejidos blandos, lo que ayuda a identificar la inflamación y otras lesiones.
Es fundamental que el paciente sea claro y preciso en la descripción de sus síntomas y actividades diarias, ya que esto proporcionará información esencial para el diagnóstico adecuado.
Es posible que el médico realice preguntas específicas sobre las actividades laborales, deportivas o recreativas que el paciente realiza con frecuencia, para identificar posibles causas subyacentes de la tendinitis.
Una vez que el médico ha recopilado toda la información necesaria a través de la evaluación y las pruebas pertinentes, podrá determinar si el paciente sufre de tendinitis y cuál es el mejor enfoque de tratamiento para aliviar los síntomas y promover la recuperación. Es fundamental seguir las recomendaciones y tratamientos prescritos por el profesional médico para prevenir complicaciones y permitir una recuperación exitosa.
Tratamientos a realizar
La finalidad de los tratamientos para la tendinitis son reducir y aliviar el dolor y la inflamación de la zona que se encuentre afectada. Para poder conseguir esto, una de los principales consejos que pueden ofrecernos los expertos, es el reposo para rebajar el tendón afectado y ayudar en su recuperación. Si la tendinitis es grave, hay casos en los que los médicos pueden inmovilizar la zona para garantizar el reposo. Los síntomas también se pueden aliviar con la aplicación de frío tras realizar ejercicio, o incluso calor 48 horas después de realizarlo.
Reposo y tratamiento farmacológico
En la mayoría de las ocasiones, se suele recomendar combinar el reposo con un tratamiento farmacológico, principalmente con antiinflamatorios no esteroideos. El más conocido es el ibuprofeno, ya que favorece la reducción de la inflamación de la zona. En aquellos casos realmente graves, se administran inyecciones de corticoides.
Fisioterapia
Además del reposo y los fármacos, también es frecuente recomendar la fisioterapia para fortalecer el área afectada, garantizar que el tendón se recupere y prevenir futuras lesiones. Junto con la fisioterapia manual, también se suele emplear el ultrasonido o las ondas de choque, pero esto se hace según el tipo de lesión y la persona afectada.
Otros tratamientos
En el peor de los casos, cuando ni el reposo, ni los fármacos, ni la fisioterapia funcionan, es conveniente pasar a una terapia más invasiva, entre las que se encuentra la electrólisis ecoguiada y la infiltración de plasma rico en plaquetas en el tendón.
Aun en el peor de los casos, la cirugía no suele ser común en este tipo de patologías, sin embargo, hay ciertas ocasiones en las que es necesaria para retirar tejido inflamado o calcificado que comprime al tendón.
En resumen, si el paciente sigue las recomendaciones de reposo y el tratamiento indicado por el especialista, lo más probable es que los síntomas vayan mejorando en poco tiempo.