La vigorexia o disformia muscular: la obsesión por el gimnasio
Los abusos son siempre malos y un buen ejemplo de ello es la vigorexia. El trastorno de la imagen no atañe solo a la anorexia, en el que la imagen distorsionada de uno mismo lleva a evitar el consumo de alimentos y la delgadez extrema. En el lado completamente opuesto, sucede la vigorexia, donde la obsesión por el físico lleva a la necesidad de obtener cada vez más volumen en el músculo.
En ambos casos la persona afectada lleva a su cuerpo hasta el límite, consumiendo sustancias que perjudican al organismo y realizando actividades muy dañinas para la salud.
En este artículo vamos a explicarte en detalle qué es la vigorexia para que puedas conocer en qué consiste, cuáles son sus síntomas y qué debes hacer en el caso de que tú mismo, o alguien de tu entorno, esté desarrollando este tipo de enfermedad mental.
En Aegon velamos por tu salud y la de los tuyos.
¡Vamos a ello!
Índice
¿Qué es la vigorexia?
La vigorexia es una enfermedad mental que, como hemos dicho, distorsiona la imagen física que tenemos de nosotros mismos, al igual que ocurre con otras enfermedades mentales como la anorexia y la bulimia.
En el caso de la vigorexia, también llamada dismorfia muscular o complejo de Adonis, se trata de un desorden mental que provoca una obsesión y preocupación desmesurada por el aspecto físico.
Como explica la Asociación Española de Médicos Generales y de Familia, el paciente se vuelve obsesivo con su imagen, buscando aumentar su masa muscular a través del ejercicio, llevando a cabo dietas desequilibradas, que no están debidamente homologadas ni aceptadas por un control sanitario, e incluso ingiriendo alimentos muy perjudiciales para el cuerpo. Estos productos pueden ser esteroides, insulina, hormonas, anabolizantes, etc.
¿Cuáles son los síntomas de la vigorexia?
Como en la mayoría de trastornos mentales, la vigorexia en sus inicios puede ser difícil de identificar, pero sin duda es el mejor momento para empezar a tratarla. Así que, es importante conocer cuáles son los síntomas de la vigorexia para acudir con rapidez al médico especialista y tomar las precauciones y medidas que sean necesarias.
Los principales síntomas de este trastorno mental son:
- Hacer ejercicio diariamente con el único objetivo de ganar masa muscular.
- Que el ejercicio se convierta en la principal prioridad, descuidando incluso el trabajo, la escuela, la familia y los amigos.
- Mirarse al espejo continua e incesantemente.
- Comparar su cuerpo con el de cualquier otra persona con frecuencia.
- Sentir ansiedad al saltarse una sesión de entrenamiento o una comida.
- Obsesionarse por el consumo de proteínas diario.
- Llevar a cabo una dieta estricta eliminando ciertos alimentos y comiendo en exceso otros.
- Utilizar de forma abusiva sustancias que ayudan a ganar masa corporal, frecuentemente de forma ilegal.
¿Cuáles son las principales causas de la vigorexia?
La principal causa de la vigorexia es la idealización social y cultural del cuerpo perfecto del hombre y la mujer que, al no ser conseguido bajo esa creencia de perfección, se origina un complejo de inferioridad y baja autoestima. Además, las personas que lo padecen suelen tener un alto nivel de autoexigencia.
Por tanto, puede derivar en un trastorno psicológico del afectado y en problemas fisiológicos que trastoquen las hormonas y los medidores de la transmisión nerviosa del sistema nervioso.
Cuidar de la salud es bueno y hay que hacerlo, pero los límites se superan cuando se crea la obsesión de un cuidado intensivo por y para el cuerpo.
Los últimos estudios realizados al respecto muestran que también se producen alteraciones bioquímicas en el cerebro, con cambios demostrados en los niveles de serotonina. La vigorexia, aunque también existe en mujeres, es mucho más común en hombres. Y se calcula que alrededor de un 5% de los hombres que acuden al gimnasio la padecen. Y la edad media en la que hay más afectados está entre los 25 y los 35 años.
Tratamiento para la vigorexia
El tratamiento para la vigorexia debe enfocarse en intentar modificar la perspectiva que el enfermo tiene sobre sí mismo y cambiar la conducta obsesiva por su cuerpo.
Es vital reducir la ansiedad por la práctica de deporte intensivo y ayudarles a realizar otra actividades que no perjudiquen a la salud ni al cuerpo.
Por tanto, la terapia psicológica es fundamental y, en algunos casos, según la valoración del propio médico especialista, se pueden prescribir fármacos antidepresivos, ansiolíticos, inhibidores de recaptación de serotonina e inhibidores selectivos.
La vigorexia en mujeres
Como hemos dicho anteriormente, la vigorexia en mujeres no es tan frecuente como en los hombres, por lo que todavía es un campo nuevo en el que se están realizando muchos estudios.
Lo que ya se sabe es que, debido a la vigorexia, las mujeres que la padecen disminuyen la secreción de las hormonas necesarias para el desarrollo y la maduración de los óvulos y, por tanto, la fertilidad se reduce considerablemente, llegando a resultar muy difícil poder concebir.
Además, las mujeres también empiezan a tener voz ronca, a ver como el tamaño de sus mamas disminuye, el clítoris les aumenta llegando a triplicar o más su tamaño normal, padecen un aumento de vello facial y pérdida del cabello.
Hacer ejercicio es muy importante para mantenerse sano, tanto en hombres como en mujeres. Pero el ejercicio debe ir acompañado de una dieta sana, equilibrada y un cuidado global del cuerpo, teniendo en cuenta que cualquier sustancia nociva que se tome o inyecte puede ser realmente dañina para la salud si no es por preinscripción médica.
La vigorexia es un problema real que cada vez más está tomando fuerza en la sociedad, por lo que es de vital importancia acudir al médico para llevar a cabo los estudios y análisis que sean necesarios y, en el caso de presentar una obsesión desmesurada por el estado físico y asomar los primeros síntomas de la vigorexia, poder iniciar con los tratamientos que sean necesarios para combatirla. Cuídate y cuida de los tuyos. Estar sano, es una prioridad.