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La importancia de las revisiones ginecológicas a partir de los 40

revisiones ginecologicas

Muchas veces tendemos a entender el cuidado de la salud con acudir al médico en caso de accidente o enfermedad. Así, nos olvidamos de la enorme importancia de su labor preventiva. Esto ocurre en demasiadas ocasiones con la ginecología. Se suele acudir al ginecólogo solo cuando se está embarazada o se tiene algún problema o molestia. Con esto, se obvia la importancia de las revisiones ginecológicas a partir de los 40. Estas alertan de cualquier alteración que esté en una primera fase, sin síntomas aparentes.

El ginecólogo no solo se ocupa de la salud reproductiva, también se ocupa de todos aquellos cambios que se producen en la vida de la mujer, desde la menstruación hasta la menopausia, resolviendo consultas y dudas, y tratando de prevenir cualquier patologia que pueda surgir.

La primera visita es recomendable hacerla entre los 13 y los 15 años (pubertad), salvo que exista algo que obligue a adelantarla.

Si quieres saber en qué consisten estas revisiones ginecológicas, cuándo se deben hacer y cómo prepararte para ellas, sigue leyendo.

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¿Qué se hace en una revisión ginecológica?

Una revisión ginecológica es una evaluación médica periódica que se realiza a las mujeres para examinar y mantener la salud de su sistema reproductivo. Este control de salud debe realizarse de forma regular, una vez al año. En las revisiones ginecológicas a partir de los 40, esta periodicidad se vuelve especialmente importante.

Aunque los detalles pueden variar según cada caso y la edad de la paciente, generalmente una revisión ginecológica incluye:

  • Entrevista médica: la ginecóloga o el ginecólogo recopila información sobre el historial médico y reproductivo de la paciente. Aquí se incluyen antecedentes familiares, enfermedades previas, medicamentos que esté tomando y cualquier síntoma o inquietud relevante.
  • Examen físico general: se realiza una evaluación general de la salud, que puede incluir medición de la presión arterial, pulso y peso. También se pueden realizar otras evaluaciones, como la exploración de los ganglios linfáticos.
  • Examen de mamas: se realiza una exploración de los senos para detectar cualquier anomalía, como bultos, cambios en la piel o secreción anormal.
  • Examen pélvico: incluye la inspección visual de los genitales externos y la realización de un examen interno mediante la introducción de un espéculo en la vagina para examinar el cuello uterino y la vagina. Además, se pueden realizar pruebas como el Papanicolaou (citología cervical) para detectar células anormales. Dependiendo de la edad y los factores de riesgo, se pueden solicitar pruebas adicionales, como la detección del virus del papiloma humano (VPH) o cultivos vaginales.
  • Ecografía/mamografía: la revisión se suele complementar con una ecografía, con el objetivo de diagnosticar alteraciones del útero y ovarios, como miomas, pólipos, quistes o tumores. Si la exploración mamaria indica algo sospechoso, también se complementará con una ecografía o mamografía.
  • Discusión y asesoramiento: durante la revisión, se abordan temas relacionados con la salud sexual y reproductiva. Entre otros, anticoncepción, planificación familiar, enfermedades de transmisión sexual, menopausia y cualquier otra preocupación o pregunta que la paciente pueda tener. En función de los resultados de esa revisión exhaustiva, se pedirán pruebas complementarias

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Es importante destacar que cada paciente es única y que el alcance de la revisión ginecológica puede variar según la edad, el historial médico y las necesidades individuales. Es fundamental que se establezca una comunicación abierta y sincera con la ginecóloga o el ginecólogo para abordar todas las inquietudes y recibir una atención personalizada y adecuada.

La importancia de la prevención

Todas estas pruebas ayudan a prevenir dolencias importantes cuya sintomatología no se puede advertir fácilmente. Por ejemplo, la citología ayuda a prevenir el cáncer de cuello de útero, de progresión muy lenta, pero muy invasivo.

Detectar las lesiones precursoras gracias a la citología permite realizar pruebas complementarias (como el test del virus del papiloma humano, uno de los causantes de estas alteraciones) y comenzar con el tratamiento mucho antes, mejorando su diagnóstico.

Lo mismo ocurre con la ecografía, que detecta tumores y cáncer en sus fases iniciales, permitiendo aplicar con anterioridad su tratamiento y aumentando las posibilidades de curación.

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¿Cuándo se deben hacer revisiones ginecológicas?

Se debe realizar una revisión periódica cuando ya se es sexualmente activa, o al menos desde los 20-25 años, aunque las revisiones ginecológicas a partir de los 40 años son más relevantes en cuanto se aumenta el riesgo de padecer enfermedades o dolencias más graves.

Entonces, ¿cada cuánto hay que hacerse revisiones ginecológicas? Las recomendaciones sobre la frecuencia de estas revisiones pueden variar según la edad y los factores de riesgo individuales, pero a continuación te contamos algunas pautas generales:

  • Entre los 13 y 15 años: se recomienda que comiencen a tener revisiones ginecológicas a esta edad, o al inicio de la actividad sexual, para discutir temas de salud sexual y recibir orientación sobre anticoncepción y enfermedades de transmisión sexual.
  • Entre los 21 y 29 años: en general, se sugiere que se realicen un examen ginecológico, que incluya una citología cervical (Papanicolaou), cada tres años. También es un momento adecuado para discutir la anticoncepción, la salud sexual y cualquier preocupación específica. Si además se busca quedarse embarazada, ahora o en el futuro, es recomendable tener una consulta con la o el especialista en la que revise que todo es normal.
  • A partir de los 30 años: se recomienda que las mujeres se sometan a un examen ginecológico y una citología cervical cada tres años. Si se combina la citología con la prueba del virus del papiloma humano (VPH), el intervalo entre las pruebas puede ser de cinco años.
  • A partir de los 40 años: en lo que se refiere a revisiones ginecológicas a partir de los 40, se debe realizar un examen ginecológico anualmente, que incluya una citología cervical. Además, se pueden discutir otros exámenes o pruebas específicas según los antecedentes personales y familiares de cada mujer, como la mamografía para la detección temprana del cáncer de mama.
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¿Cómo prepararse para un chequeo ginecológico?

Prepararse adecuadamente para un chequeo ginecológico puede ayudar a que la visita sea más cómoda y efectiva. Algunos pasos para ello son programar la cita, recopilar información, limpieza personal, evitar relaciones sexuales los días anteriores, llevar ropa adecuada y pensar preguntas que se le quiera hacer al especialista.

Los vemos:

  1. Programa la cita: coge una cita con anticipación con una ginecóloga o ginecólogo. Intenta programarla durante un momento en que no estés menstruando, ya que algunos exámenes pueden ser más incómodos durante el período.
  2. Recopila información: antes de la cita, prepara información relevante sobre tu historial médico y reproductivo. Esto incluye detalles sobre tu ciclo menstrual, cualquier síntoma o cambio que hayas experimentado, medicamentos que estés tomando y antecedentes familiares relevantes.
  3. Limpieza personal: realiza una higiene íntima adecuada antes de la visita. Lava el área genital con agua tibia y un jabón suave. Evita el uso de duchas vaginales o productos perfumados, ya que pueden interferir con los resultados de algunos exámenes.
  4. Evita relaciones sexuales: en los días previos al chequeo ginecológico, es recomendable abstenerse de tener relaciones sexuales, ya que esto puede afectar los resultados de algunos exámenes, como la citología cervical.
  5. Ropa adecuada: elige ropa cómoda y de fácil acceso. Algunos exámenes pueden requerir que te desvistas de la cintura para abajo, por lo que es conveniente usar ropa interior que puedas quitar fácilmente.
  6. Preguntas y preocupaciones: prepara una lista de preguntas o inquietudes que desees discutir con tu ginecóloga o ginecólogo durante la visita. Esto te ayudará a aprovechar al máximo el tiempo y aclarar cualquier duda que puedas tener.

Si tienes alguna pregunta sobre la preparación para el chequeo ginecológico, no dudes en comunicarte con la clínica u hospital al que vayas a acudir para obtener información adicional o aclaraciones sobre los requisitos específicos.

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Alvar Ocano
Doctor especialista en Medicina Familiar

Licenciado en Medicina y Cirugía, en la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria, con más de 29 años de experiencia. En mi formación cuento además con un Máster en Salud Pública y Epidemiología y con un Máster en Cuidados paliativos.

Nº de Colegiado: 282834486