Estrés laboral, qué es y qué puedes hacer para evitarlo
El estrés laboral es un problema de salud cada día más frecuente y que afecta tanto al bienestar físico como psicológico, es un factor de riesgo que aumenta las probabilidades de desarrollar otras enfermedades y dolencias y también condiciona tu actividad diaria, no solo laboral también tus relaciones sociales.
Los problemas derivados del estrés laboral no dejan de aumentar debido a los cambios de tipos de tareas, en la que cada vez se necesitan menos atributos físicos y más mentales y el ritmo de trabajo se incrementa. Eso sí, no consideremos todo el estrés o respuesta para hacer frente a las demandas diarias como algo negativo, ya que el estrés, en su justa medida, es necesario. En el pasado el estrés ha sido indispensable para la supervivencia. Un hombre o mujer del paleolítico necesitaba de ese estrés para cazar o para huir de un depredador. En el presente, sigue siendo importante, pero para superar muchos retos.
Por eso hay que distinguir entre eustress o estrés “bueno” el mecanismo necesario para proteger nuestro organismo y ayudarnos a progresar al distress o estrés negativo, que se produce por una excesiva reacción al estrés, generalmente por una demanda muy prolongada de una actividad como es la laboral.
Índice
Los síntomas del estrés laboral
Afortunadamente cada vez se tiene más conciencia del estrés laboral, se conoce más en profundidad y se toman más medidas para evitarlo o paliar sus consecuencias. Así entre otros puntos se cuidan factores ambientales como la comodidad del puesto de trabajo, el ruido y la luz o se ayuda en cuidar aspectos interpersonales como la conciliación de la vida familiar o la relación entre compañeros o superiores. Todos podemos sufrir estrés laboral, pero algunas actividades, como muchos trabajadores autónomos, y personas son más susceptibles de padecerlo, como aquellas entusiastas, empáticas con los problemas de sus compañeros, sensibles, obsesivas o que tienen una dedicación laboral excesiva.
Para ello hay lo primero que hay que identificar son las diferentes respuestas que podemos tener ante el estrés laboral, desde las fisiológicas (incremento del ritmo cardiaco, tensión muscular, sudoración, respiración agitada), cognitivas (olvidos, pérdida de atención), conductuales (mayor agresividad, incremento consumo de estimulantes como el café) o emocionales (pérdida de motivación, irritabilidad, ansiedad).
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Controlar el estrés laboral
Si primero nosotros, y posteriormente con ayuda de un profesional, identificamos o se nos diagnostica más de una de estas respuestas de diferentes áreas, el resultado más probable es que sufras estrés laboral y toca ponerse manos a la obra para acabar con el problema. Esto se consigue en primer lugar identificando la fuente de este estrés, lo que se denominan estresores.
Los estresores pueden ser muy variados, están desde el ambiente laboral, las relaciones entre otros trabajadores y superiores, la falta de promoción profesional, nuevas tecnologías o métodos de trabajo en los que no tenemos conocimientos suficientes, problemas de conciliación laboral y personal, etc. Si sabemos que nos causa el problema podremos poner el remedio.
Cómo superar el estrés laboral
Más allá de problemas laborales concretos o de problemas de conciliación, en los que es vital hablar con tu jefe o responsable de recursos humanos, una de las causas principales es el tiempo, medido no solo por su falta para realizar todas las tareas, también por el ritmo de realización y, por supuesto, por el que sea necesario para obtener el conocimiento o destreza necesaria para trabajar de forma eficiente.
En este punto, organizarte de forma correcta corrige buena parte de los problemas de estrés. Una forma de organizarte consiste en poder discernir entre las tareas importantes y las rutinarias y priorizar tu trabajo planificando un control adecuado del tiempo. Si a esto le sumamos algo de actividad física, conseguiremos una buena gestión del estrés.
En esta planificación no deben faltar dos puntos clave. En primer lugar, poner topes a tu actividad laboral, no debes estar disponible las 24 horas del día, desconectar tu móvil en tus horas libres o dejar el ordenador en su trabajo o casa es una medida muchas veces imprescindible. La segunda, son los pequeños descansos que debes tomar en tu trabajo, en los que debes desconectar de tu actividad laboral, por ejemplo, no comiendo en tu mesa de trabajo o saltándote las comidas para continuar con tu actividad. También es importante evitar las interrupciones innecesarias y las pérdidas de tiempo, ya que nos desconcentran y desconectan de las tareas realmente importantes.
Por último, intenta potenciar actividades fuera del ámbito laboral, aprendas y realices actividades relajantes, que no dediques a otras actividades familiares y sociales solo el tiempo que “te sobra” del trabajo y te apoyes en tu círculo más cercano de familia y amigos, y, por supuesto, si necesitas más ayuda la busques en profesionales.
Las causas del estrés laboral
El entorno en el que se trabaja, las situaciones que este genera o simplemente la naturaleza de algunas labores puede derivar en problemas físicos o psicológicos en las personas. Estas situaciones a menudo derivan en estrés laboral. Debido a la falta generalizada de prevención de estos problemas, debes estar informado y tratar de evitar en la medida de lo posible estas situaciones.
Para ello, es importante que conozcas qué situaciones te generan estrés laboral. Entre las más comunes se encuentran las excesivas cargas de trabajo, las funciones mal definidas y las malas condiciones laborales. Otros factores que también pueden afectar a nuestro nivel de estrés laboral son la poca participación en la toma de decisiones, los problemas que puedan existir con otras personas del ámbito laboral y la incertidumbre con situaciones futuras relacionadas con la relación contractual.
Estas no son las únicas causas del estrés que pueda generar tu puesto de trabajo, por eso es importante que cada persona sea capaz de identificar que situaciones le generan una carga de estrés excesiva.
Efectos sobre el trabajo
Es un hecho que los principales afectados por el estrés laboral son los trabajadores. Sin embargo y de manera evidente, esto también puede acarrear consecuencias para la empresa y para el desempeño de los trabajadores.
El estrés de los trabajadores puede tener influencia directa en las rotaciones laborales, la dedicación de los trabajadores, el aumento de las quejas por parte de los trabajadores (incluso de los clientes), la degradación de la imagen de la empresa y en la productividad general. Es más, cuando el estress se pronlonga en el tiempo puede incluso llegar a causar dolor de cabeza, fatiga crónica o alteración del sueño.
💡 Descubre qué es el síndrome de burnout o del trabajador quemado. Este surge a consecuencia de una exposición continua al estrés laboral, desembocando en un estrés crónico y un estado de apatía y desmotivación por parte del trabajador.
Levantarse con el pie izquierdo: el estrés matutino
“Hoy te has levantado con el pie izquierdo”, seguro que tú también has escuchado esa frase en algún momento de tu vida. Y es que por un motivo u otro, prácticamente todo el mundo ha visto como su día se torcía casi nada más poner un pie en la cama.
La realidad es que no nos equivocamos al pensar que va a ser así, aunque una reciente investigación ha descubierto que la culpa es más bien nuestra. Según un estudio de la Universidad Estatal de Pennsylvania publicada en Journal of Gerontology el simple hecho de levantarse con una percepción negativa de nuestro día hará que las siguientes 24 horas sean negativas, por más que no haya hechos concretos que los respalden.
Para llegar a esta conclusión los investigadores trabajaron durante dos semanas con 240 participantes, que respondieron a preguntas relacionadas sobre su nivel de estrés y de ansiedad siete veces al día, incluyendo una por la mañana y otra por la noche. Los investigadores descubrieron que las personas que por la noche esperaban altos niveles de estrés al día siguiente y se levantaban con una sensación de agobio, vivían efectivamente un día agobiante. Lo más curioso es que al hacer balance de la jornada, muchos no encontraban los motivos concretos de ese estrés.
Así te afectan los pensamientos negativos
El estudio se completó con cinco pruebas al día para medir la memoria de trabajo. Gracias a ellas, los investigadores llegaron a la conclusión de que la ansiedad matutina afecta a nuestras habilidades a corto, lo que a su vez podía acrecentar esa sensación de estrés. En concreto, el estrés matutino tiene efectos negativos sobre la memoria de trabajo y la memoria a largo plazo. Esta última nos ayuda a completar tareas básicas diarias como recordar direcciones o hacer la lista de la compra sin olvidar nada.
Anticipar que un día va a ser estresante no te ayudará a rendir más. De hecho, hará que te cueste más aprender y retener información. Así sucedió en la investigación realizada, que estableció una relación negativa entre el pensamiento a largo plazo y la memoria diaria, a corto plazo.
En cierto sentido, esa capacidad humana de anticipar que es buena para planificar la jubilación o elaborar estrategias a largo plazo, se vuelve en nuestra contra cuando no somos capaces de controlarla. Y es que el estrés, un mecanismo de defensa que nos ha ayudado a sobrevivir como especie, se está convirtiendo en uno de nuestros peores enemigos en la sociedad moderna.
Cómo evitar el efecto pie izquierdo
Ahora que ya sabes por qué debes ser más positivo a la hora de cerrar el día y de iniciar una nueva jornada, vamos a ver cómo combatir el estrés matutino.
Una buena fórmula de evitar este problema es anticiparse con ejercicios de relajación nocturnos. También ayudan técnicas propias para evitar la ansiedad y que incluyen este tipo de ejercicios, además de visualizar el problema desde una perspectiva diferente. Lo mismo puede decirse de la meditación, que nos ayudará precisamente a verlo todo desde un ángulo menos tenso, más calmado y realista.
Desde un punto de vista más práctico, si quieres empezar el día con buen pie debes empezar a planificarlo la noche anterior. Uno de los trucos de productividad que mejor funcionan es tener claro cuáles van a ser tus primeros pasos en la jornada. Para ponerlo en práctica sólo tienes que elaborar una lista la noche anterior con las acciones que quieres llevar a cabo y su orden. Esta técnica es muy útil si tienes muchas tareas diferentes porque te ayudará a ganar foco.
Además, en lugar de ver el día como un compendio de grandes tareas irrealizables, lo verás como una concatenación de pequeñas acciones más asequibles y para las que, encima, cuentas con tu propia hoja de ruta.
Al planear tu día, recuerda que es más productivo abordar primero las tareas más complicadas o que más pereza te da llevar a cabo. La razón es que somos más productivos a primera hora. Nuestra energía irá descendiendo conforme avancen las horas y nos costará más hacer ese proyecto más complicado.