El edadismo: qué es, cómo se manifiesta, entre otros
Las diferencias generacionales, y con ello la existencia de formas de vida y de pensamiento distintas, no es ni nuevo, ni fuera de lo normal, ni tampoco negativo. El problema es cuando se genera estereotipos que dan lugar a uno de los problemas sociales más relevantes en las relaciones intergeneracionales: el edadismo.
No se trata de crear un mundo homogéneo, en el que todos pensemos de la misma forma y valoremos igual distintos aspectos de la vida, sino en que este genere fracturas e incluso discriminación. Aunque el edadismo puede desarrollarse entre todos los grupos de edad, el problema principal se da entre las generaciones más jóvenes y nuestros mayores.
Si tenemos en cuenta los cambios que se están produciendo en los más mayores, en aspectos como la mejora de su calidad de vida y también una esperanza de vida superior, este problema gana cada día más importancia. Por todo ello es importante conocer qué es el edadismo, cómo detectarlo y las estrategias adecuadas para combatirlo y erradicarlo.
Índice
¿Qué es el edadismo?
Como se ha avanzado, cuando hablamos de edadismo nos referimos a prejuicios y estereotipos que asociamos a personas de determinada edad y que en los casos más extremos genera discriminación.
Estas diferencias pueden ser naturales, en muchos casos aceptadas o no perceptibles. Esto no significa que no sean perjudiciales, ya que generan estereotipos que involucran las relaciones intergeneracionales que todos tenemos. Por todo ello, hay ejemplos de edadismo de generaciones mayores a más jóvenes y también en viceversa. De hecho, en la práctica, este fenómeno perjudicial se centra en la imagen que tenemos sobre las personas mayores. Lo hace a diferentes esferas, que debemos considerar en su totalidad en estos aspectos clave:
- Cómo son nuestras relaciones intergeneracionales.
- La comprensión que tenemos del proceso de envejecimiento.
- Si en esta doble vertiente se crean y perpetúan estereotipos.
- Finalmente, si como resultado de todo esto se producen limitaciones en la comprensión de la diversidad existente en la sociedad.
El resultado final de no ser conscientes y no manejar de forma correcta estas dinámicas está en que afectan no solo nuestras relaciones personales y sociales en general, sino las familiares e incluso las profesionales, al tratar casi todos diariamente con personas mayores.
¿Cómo se manifiesta el edadismo?
El problema del edadismo está en la persona que lo recibe, que percibe y siente un trato diferente y que le margina e infravalora. Esto puede conllevar tanto efectos físicos como psicológicos.
De hecho, uno de los problemas más comunes es que se pasa de un edadismo producido por las actitudes ajenas, a un autoedadismo, definido este como una “automarginación” impuesta tras interiorizar y hacer suyos estos estereotipos impuestos por otros.
Psicológicamente
La principal consecuencia del edanismo para quien lo sufre es el sentimiento de estar aislado, no solo con personas de distinta edad, incluso con otras más cercanas y de su mismo círculo. Este sentimiento de autoexclusión conlleva:
- Dejar de relacionarse.
- No salir de casa.
- Negarse a tener ayuda, tanto de otras personas como incluso no afrontar la adecuación de la vivienda o transporte. Con ello se encierra más en sus problemas.
Físicamente
El estrés se desplaza a problemas de diferente índole físicos, que empeoran su calidad de vida. Estos se centran en:
- Problemas cardiovasculares, incluido la tensión arterial.
- Dolores estomacales e intestinales.
- Cefaleas.
Institucionalmente
Muchos medios, e incluso instituciones tienden a centrarse casi exclusivamente de los jóvenes, o tratan a los mayores de forma peyorativa y con ello reafirman el edadismo:
- Perpetúan creencias estereotipadas.
- Reducen su presencia en actividades públicas.
- Complica el acceso a actividades laborales, incluso algunas muy acordes a su experiencia, como pueden ser las de voluntariado.
- Se crea una brecha digital, excluyendo o disminuyendo el acceso y la formación en nuevas tecnologías.
- También disminuye su acceso en los procesos de información y con ello de toma de decisión, hasta en actividades fundamentales para su día a día.
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¿Cómo se puede evitar el edadismo?
Tal y como hemos señalado el edadismo provoca consecuencias a distintos niveles, limitando la vida social, pero también la afectiva y física. Por todo ello es importante realizar esfuerzos en rodos los niveles para reducir o eliminar las desventajas que genera. Para ello hay que centrarse en medidas en distintas esferas:
Institucional
Se deben realzar nuevas leyes y normas, o cambios legislativos que fortalezcan los derechos de los más mayores, con normas que vigilen que no se aplica el edanismo.
En este sentido no solo es necesario la colaboración de las administraciones, sino también de otras organizaciones y empresas privadas, con un papel muy importante de los medios de comunicación a través de campañas de concienciación.
También es fundamental la atención sanitaria para evitar concepciones negativas, que conlleven una reducción en la prestación de cuidados.
Social
El aspecto social es fundamental y debe concretarse en el fomento distintas iniciativas que mejoren los vínculos intergeneracionales. Estos deben basarse en la tolerancia y respeto.
Igualmente se debe incentivar la relación intergeneracional, con actividades comunes, en los que más jóvenes participen en las de los mayores, como en actividades deportivas o viajes, y viceversa, invitar a los mayores a las que hagan los más jóvenes.
Educación
Enseñando una visión sana del envejecimiento, que no deja de ser una etapa más de la vida en la que además se pueden seguir haciendo muchas de las cosas que se hacían anteriormente. Por ello, ante todo, hay que desterrar el estereotipo que iguala vejez con enfermedad.
Hay que incidir en este punto desde las etapas más jóvenes, en la escolar obligatoria, pero también con otras campañas de educación que remarque estos puntos básicos a lo largo de la vida.
El edadismo es un problema grave, que incluso conlleva a que la esperanza de vida se reduzca de forma importante, hasta 7,5 años. Por ello hay que incidir en su conocimiento, pero también en sus soluciones y hacerlo de forma integral. Es una labor de todos, con múltiples capas, que empieza desde la familiar en el respeto y ayuda a los mayores, y acaba en lo institucional, con políticas que eliminen este tipo de discriminación tan peligrosa.
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