Aprende a hacer un buen presupuesto para tus vacaciones
Divertirse no debe ser nunca sinónimo de descontrol financiero. Lo contrario, una planificación y seguimiento de tus gastos llevarán a que puedas disfrutar de más momentos de ocio en el futuro. Por todo ello el presupuesto es un elemento clave tanto en su vertiente de largo plazo como en el corto plazo o día a día. Os dejamos unos consejos para conseguirlo:
Índice
El presupuesto de vacaciones
Una de las tendencias cada vez es más habitual es adelantar o reservar con mucha antelación las vacaciones. Más allá del ahorro que se pueda conseguir, supone la ventaja de distribuir los gastos en el tiempo. Por ello empecemos el presupuesto desde esta fecha de contratación. Con la reserva conoceremos en la mayoría de los casos la parte más importante del gasto (billetes y hotel) y sobre esa cantidad, además de marcar la forma en la que pagaremos, separaremos un porcentaje para el resto de las partidas que necesitemos.
Planificar los gastos
Un buen presupuesto debe incluir todas las partidas, lo que requiere controlar lo que incluye o no tu paquete vacacional. Por ejemplo, si en tu hotel has pagado media pensión y las bebidas no están incluidas, tienes que asignar una partida para comida y bebida. El presupuesto tiene que ser realista e incluso basarse en tu experiencia de gastos anteriores para determinar la cantidad a cada gasto.
Deja un porcentaje para imprevistos
Aunque intentes ser minucioso, siempre surgen imprevistos. Es importante que destines una parte de tu presupuesto total, entre un 10% y un 20% para este tipo de gastos. Intenta ser estricto y que en verdad cumpla su objetivo, no financiar excesos que hayamos cometido en otras partidas.
Además, si cuentas una buena cobertura de asistencia en viajes, como la que ofrece Aegon con tu seguro de salud, tienes la garantía de que estos imprevistos estarán en buena parte cubiertos.
¿Cómo lo pago?
Un presupuesto no es solo una lista de gastos, hay que corresponder todos estos con las formas de pagar los mismos. De hecho, la forma en la que pagas tus vacaciones puede suponer un gasto si lo financias. Por todo esto, relaciona tu presupuesto de vacaciones con el general, en el que si es posible destinarás parte de tus ingresos ordinarios (trabajo) o de tu ahorro disponible a estos días de esparcimiento.
Si financias tus vacaciones una de las consecuencias más evidentes es que tendrás que prolongar en el tiempo tu presupuesto hasta que finalices el pago, para así controlar tus cuotas y los intereses que derivan de esta financiación que en la mayoría de los casos no es gratuita.
Controla tus gastos y sé flexible
El presupuesto no es algo que hay que cumplir rígidamente. La realidad será la que marque como serán los gastos. Eso sí, esta flexibilidad tiene que pivotar alrededor de la cantidad total que hayamos destinado para las vacaciones. Para ello, si no excedemos en alguna partida como excursiones o comidas, procuremos compensarla de otras.
Como hemos adelantado, otro “comodín” es la partida de gastos extra, pero estos pueden surgir en cualquier momento, por lo que mejor es utilizarla lo menos posible y si no la gastamos supondrá menos gasto que nos ayudará a pagar antes las vacaciones o tener un dinero sobrante para la siguiente propuesta de ocio.
Evalúa el presupuesto
El presupuesto de tus vacaciones futuras tiene que basarse en la experiencia de tus vacaciones pasadas. Ya en la tranquilidad del hogar analiza en que te has excedido (y en que no) para intentar que el próximo presupuesto sea lo más exacto posible con la realidad.
Para muchos el final de las vacaciones es el principio de las siguientes y el control financiero un elemento esencial.
💡 ¿Has oído hablar alguna vez del síndrome prevacacional?
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Establecer un presupuesto
A partir de las partidas más importantes (vuelo, aviones, alquileres,…) debemos construir el presupuesto de todas las vacaciones añadiendo el resto de las partidas y dejar una partida para pequeños gastos y otra para imprevistos. Conviene hacerlo lo más realista posible y no dejarlo para la improvisación. Por ejemplo, en gasolina es muy fácil determinar el presupuesto ya que conocemos el consumo de nuestro vehículo, los kilómetros aproximados que vamos a hacer y el precio de la gasolina. En los que no (por ejemplo alimentación) presupuestemos ligeramente al alza para tener margen para no excederse o hacerlo lo menos posible.
Puede ser flexible pero compensando gastos
El tener un presupuesto no significa que lo tengamos que llevar a rajatabla. Por ejemplo, si hemos alquilado un apartamento y tenemos como partida principal de gasto en alimento los productos que cocinaremos no significa que no podamos salir a un restaurante, pero siempre teniendo en cuenta que es conveniente que si subimos en gastos de unas partidas es conveniente reducir en otras.
Cuidado con las compras innecesarias
Regalos, suvenires,… son partidas que muchas veces suponen una parte importante del gasto y que no suelen estar presupuestadas. Controla las mismas, evita compras compulsivas y compara para evitar que se disparen los gastos.
Cuidado con las tarjetas de crédito
Muchos de los gastos, especialmente los imprevistos, se suelen financiar con tarjeta de crédito. El riesgo está en ir sumando gastos que no van descontándose de nuestra cuenta corriente y si acumulando una deuda que luego tenemos que pagar. Y lo peor, si la cuantía es importante se tiende muchas veces a financiar pagando intereses que en la mayoría de los casos superan el 20% anual y con ello generando un importante quebranto el resto del año. Por ello, aunque no los pagues en el momento, lleva un control exhaustivo de su tarjeta de crédito.
No te olvides de los gastos corrientes
Aunque esté disfrutando sus vacaciones, su domicilio habitual sigue generando gastos: hipoteca, recibo de la luz, agua, teléfono, comunidad de vecinos… Algunos pueden disminuir levemente por el menor consumo, pero el ahorro es muy pequeño si tenemos en cuenta que en algunos la parte fija es muy importante (luz, agua) y en otros apenas varía (tarifas planas en telefonía).
Además, en muchos casos, a la vuelta de vacaciones nos encontramos con gastos extraordinarios e importantes como son los derivados de la “Vuelta al colegio”. Es importante tener una partida reservada para los mismos y no usarla para otros gastos.
En definitiva, antes de vacaciones planifica y, durante ellas, tómate un pequeño tiempo en controlar los gastos. A la vuelta, tu bolsillo lo agradecerá.
¿Qué es más rentable, reservar las vacaciones anticipadamente o a última hora?
Las vacaciones son un momento muy deseado por muchos los españoles, en el que los que pueden disfrutarlas de estos días de merecido descanso, vuelven a gastar más dinero. Así se muestra en los últimos datos del Observatorio Nacional del Turismo Emisor (Observatur) que estima que el gasto medio por persona estas vacaciones serán de 719 euros.
Esta estadística también refleja información relevante sobre los hábitos, como es el destino. Aunque el turismo fuera crece, el principal sigue siendo nacional (64% de los casos), y dentro de este las costas. Así, el 37% irá a la playa, el 21% hará un viaje cultural y el 18% buscará relajarse y desconectar.
Pero dentro de estos hábitos está también la forma en la que se planifica y se cierran las vacaciones. Cuando se realizó el estudio entre principios de abril y finales de mayo de 2018, el 73% de los encuestados sabía qué iba a hacer en sus vacaciones, pero solo uno de cada cuatro había realizado una reserva; es decir, la reserva anticipada sigue sin imponerse y lo dejamos mas para última hora. ¿Es este hábito rentable? ¿Cuál es la mejor opción para reservar vacaciones?
No existe una respuesta única, de hecho dependerá mucho de la naturaleza del viaje y nuestras circunstancias, por eso, son importantes los pros y contras de cada una de las alternativas, como veremos a continuación.
Reserva anticipada
El principal reclamo económico para la reserva anticipada son los descuentos y los precios, a priori, más reducidos. Si planificamos nuestro viaje con tiempo, comparamos entre alternativa podemos conseguir un buen precio para nuestro destino deseado. Este punto es importante, para lugares de alta demanda, muy deseados o que tengan limitaciones en vuelos o alojamiento, la reserva anticipada también es necesaria.
Pero en el lado contrario están los puntos desfavorables. En primer lugar, con una reserva anticipada durante mucho tiempo, los imprevistos que pueden hacer imposible el viaje son mayores, desde cambios laborales, a cualquier complicación familiar o de salud, lo que hace fundamental que podamos cancelar el mismo con el menor coste económico posible. En segundo lugar, anticipar la reserva significa también en la mayoría de las ocasiones adelantar pagos. Aunque algunos convierten esta desventaja en lo contrario al poder distribuir el gasto en un periodo más largo.
Última hora
Muchas veces dejar el viaje para última hora nos permite conseguir muy buenos precios en vuelos y hoteles sin tener que hacer un desembolso anterior. Pero también en este punto hay ciertos inconvenientes. El primero, que muchos destinos y especialmente en ocasiones concretas, como suele ser el mes de agosto, es imposible encontrar estos “chollos” o buenos precios, más en un momento como el actual en el que la demanda es mayor.
Por eso, la última hora está recomendada especialmente para el que no busca un destino concreto y en fechas no punta o tiene flexibilidad a la hora de elegir los días.
Si sabemos adaptarnos y sacar partido de ambas oportunidades, podemos conseguir el viaje de nuestros sueños en las mejores condiciones económicas.