Qué pasa si te quedas sin dinero durante la jubilación
La esperanza de vida cada vez es mayor, eso hace que los años de jubilación se alarguen. En un escenario idílico nuestras pensiones de jubilación bastarían para mantenernos con tranquilidad, desafortunadamente el panorama puede no ser así para muchas personas.
Son muchas las encuestas realizadas en países como Estados Unidos, Alemania, o Reino Unido, en las que se comienza a ver una tendencia que, indudablemente, llegará a nosotros: cada vez hay más personas que tienen miedo a sobrevivir a sus propios ahorros y quedarse sin dinero durante la jubilación.
Podría pensarse que esto sólo es aplicable en países donde los sistemas públicos de pensiones sean diferentes al nuestro, pero, una población cada vez más envejecida y el sistema de pensiones públicas de caja no auguran tampoco un gran futuro en nuestro caso.
En nuestro sistema de pensiones los trabajadores activos son los que mantienen a los trabajadores jubilados. La proporción va rebajándose de manera que cada vez, y en el futuro más, menos trabajadores activos tendrán que mantener a más personas jubiladas. La conclusión es sencilla; el sistema de pensiones o bien acabará reformándose o desapareciendo como tal, pero en cualquier caso las pensiones serán menores en importe que las que conocemos.
Quedarse sin dinero en la jubilación
En nuestro país, al menos en la actualidad, existen tanto las pensiones de jubilación contributivas como las no contributivas. Las primeras son las que conocemos, aquellas presiones que se nos conceden cuando cumplimos un mínimo de años trabajados y cotizados. Las segundas, de mucho menor importe, se conceden a aquellas personas que no alcanzan los requisitos mínimos en cuanto a años cotizados para solicitar una pensión de jubilación contributiva.
En ambos casos, sobre todo obviamente en el segundo, los ingresos derivados de estas pensiones generalmente van a ser bajos y van a obligarnos a modificar determinados aspectos de nuestra vida, salvo que tengamos dinero acumulado gracias al ahorro para la jubilación a través de herramientas como los seguros de ahorro o los planes de pensiones entre otras.
La posibilidad real de quedarnos sin dinero en la jubilación está ahí. Es evidente que con ingresos mínimos es muy difícil mantener el ritmo de vida que hayamos podido llevar durante nuestra vida laboral.
Es verdad, que, se supone, se reducirán algunos gastos: la vivienda en la mayoría de casos ya estará amortizada, los gastos relativos al desarrollo de nuestra actividad profesional se eliminan, y, generalmente, también los gastos generales y de consumos disminuyen.
En el apartado de la salud es donde mejor panorama tenemos. Por un lado el concepto de salud universal que se maneja en nuestro país, proporciona la atención médica y de medicamentos necesaria e incluso a aquellas personas con pensiones no contributivas.
Una esperanza de vida alta y unos ingresos muy bajos durante ese periodo de jubilación puede hacer que, como ocurre ya en otros países, tengamos que tomar decisiones drásticas. A estas alturas se supone que los hijos ya están emancipados y por tanto estas decisiones pueden valorarse.
Vender la vivienda y mudarse a una vivienda de menor valor y con menor coste de mantenimiento es una de las acciones más interesantes en este periodo de nuestra vida, cuando el dinero que manejamos no nos alcanza para mantener el nivel de vida adecuado.
En cuanto al consumo y el ocio son la parte que más se resiente sin duda si hacemos un ejercicio de futurismo. Para aquellas personas que se queden sin dinero durante la jubilación tanto consumo como el ocio serán áreas en las que medir cada céntimo de euro gastado.
Se puede evitar quedarse sin dinero en la jubilación
Lo cierto es que nunca se sabe lo que puede ocurrir. Obviamente quien se queda sin dinero durante la jubilación no lo hace de manera voluntaria, es decir, son las circunstancias las que le llevan a esa situación.
En un modelo del mercado laboral en el que los contratos fijos se han convertido en una rara avis dentro de la oferta de empleo, las situaciones de pocos años cotizados o incluso de falta de años cotizados para la pensión contributiva pueden ser cada vez más.
La única herramienta posible a emplear contra esto es el ahorro. Ahorrar cuanto antes, ahorrar de manera sostenida en el tiempo y ahorrar con conciencia del futuro. Son tres claves básicas que nos permitirán a través de diferentes herramientas de ahorro, poder acumular dinero para emplearlo en complementar nuestros ingresos en la jubilación. Este mensaje es tan básico que debería ser parte de nuestra vida financiera desde que ésta comienza, incluso antes de acceder al mercado laboral.
Es cierto que cuando se es joven cuesta mucho pensar en el futuro, y más en una sociedad consumista donde el gasto inmediato es casi un dogma de consumo. Pero lo cierto, es que aquellas personas que controlen mejor sus finanzas personales desde edad temprana, y se emplean a fondo en el ahorro, podrán evitar con mucha más probabilidad los sinsabores de una vejez con problemas económicos.