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¿Qué es la enfermedad de Lyme? Síntomas, tratamiento y mucho más

Las garrapatas contagian la enfermedad de Lyme

¿Te suena la enfermedad de Lyme? Quizás vagamente… pero es muy posible que cada vez oigas hablar más de ella, pues se trata de una enfermedad que puede tener consecuencias muy graves para tu salud, además por desgracia la incidencia de la enfermedad de Lyme no para de aumentar.

Muchos apuntan a que la causa de este aumento radica en el cambio climático, que favorece la presencia de la principal especie transmisora de esta enfermedad, la garrapata. Este pequeño animal es capaz de contagiarnos con su picadura, y como más vale prevenir, te dejo nuestro artículo sobre tipos de picaduras, para que aprendas a diferenciarlas de otras más inocuas.

Como te decíamos el calentamiento global parece estar favoreciendo la proliferación de las garrapatas. Ahora ya no están activas tan solo durante el verano, sino que pueden estarlo durante muchos otros meses, siendo el mes de Octubre uno de en los que más casos de enfermedad de Lyme se diagnostican.

Este aumento de las temperaturas influye también en qué zonas se da esta enfermedad, pues cada vez son más. En nuestro país, por ejemplo, se ha detectado un importante incremento de su frecuencia, especialmente en muchas áreas del norte peninsular, donde los inviernos cada vez son más suaves.

Enfermedad de Lyme: Garrapatas, bacterias  y roedores

De manera intuitiva seguro que ya percibes que la mezcla de garrapatas, ratas y bacterias patógenas no augura nada bueno… Tienes toda la razón, pero vayamos por partes.

Existen varias especies de garrapatas capaces de transmitir la enfermedad de Lyme, aún así en realidad ellas no son las verdaderas culpables. Podemos decir que ellas son simplemente el vehículo en el que se transporta la bacteria que realmente está detrás de todo esto.

¿Y cuál es esa bacteria? Pues hay distintas especies que pueden provocar la enfermedad de Lyme, y todas pertenecen al género Borrelia.  Si bien la más estudiada es la Borrelia burgdorferi, principal causante de la enfermedad en Estados Unidos, en España la mayor prevalencia se da por la Borrelia garinii.

Ambas son especies muy similares, pero presentan diferencias que influyen incluso en la sintomatología que provoca la enfermedad. Debido al nombre de este género de bacterias, Borrelia, la enfermedad de Lyme se conoce también como borrelosis.

En el ciclo de transmisión de la borrelia, es fundamental además la presencia de roedores. Pues es al alimentarse de su sangre cuando la garrapata se infecta de esta bacteria.

Posteriormente, la garrapata puede infectar con su saliva a otros animales, usualmente ciervos o aves, pero también puede infectarnos a nosotros, al ganado y a nuestras mascotas. Para ello debe estar enganchada al animal al que muerde, durante un mínimo de 24 horas.

Picadura de una garrapata, puede transmitir la enfermedad de Lyme

Los secretos de la Borrelia

Este género bacteriano, causante de la enfermedad de Lyme, tiene un genoma que a menudo se clasifica como el más extraño y complejo de todas las bacterias, esto se debe a que se reparte entre un único cromosoma y varios plásmidos.

Por si la palabreja plásmido la tienes un poco olvidada, te cuento que se trata de una porción de material genético, al margen de los cromosomas, que suele tener forma circular, y que se replica y transmite de manera independiente del resto del ADN.

De hecho lo hacen de forma similar a como lo haría un virus, de los que se considera una estructura análoga. Eso sí, hay una gran diferencia, los virus son parásitos de las células, mientras que los plásmidos viven dentro de ellas y suelen aportar alguna ventaja evolutiva. Por eso “les dejan” estar ahí.

En este caso los genes de uno de los plásmidos, le permite a la borrelia variar en poco tiempo unas proteínas que la bacteria expone en su membrana. Gracias a este cambio al sistema inmune le resulta muy difícil reconocerla, pues primero forma anticuerpos contra unas proteínas que después ya no están.

Por si esto fuera poco, es capaz de inhibir varios mecanismos de defensa, como el sistema de complemento, clave para activar muchas otros procesos inmunes: fagocitosis, destrucción de células, inflamación…

Más sorpresas

Se sabe además que, al menos algunas de sus cepas, tienen también la capacidad de formar biofilms, en los que se agrupan las bacterias y producen una sustancia mucosa, que es capaz de protegerlas.

Otra de sus estrategias es permanecer en un modo que podemos comparar con la hibernación. Con esto quiero decir que puede bajar mucho su metabolismo, volverse inmóvil y permanecer inactiva mientras las condiciones de su entorno sean adversas.

En este estado la borrelia cambia su forma, de helicoidal, la más habitual, a esférica, lo que le permite aislarse parcialmente. Actualmente se está investigando la importancia que estos mecanismos de aislamiento pueden tener para la persistencia de la enfermedad de Lyme.

Si, como a mi, te interesa conocer más en profundidad la multitud de mecanismos por lo que la borrelia ejerce su acción patógena: inhibición inmune, perforación de células… te dejo este artículo científico de una de las mejores universidades canadienses, sobre el ciclo de vida de la borrelia y la enfermedad de Lyme.

Te aseguro que muchas películas de terror son menos interesantes.

Síntomas de la enfermedad de Lyme

Existen diferentes fases de la enfermedad de Lyme y cada una presenta unos síntomas característicos, si bien no siempre tienen porque darse todos. Veamos por tanto cuáles son esos estadios y la sintomatología que les acompaña.

A -Fase temprana localizada:

  1. Erupción macular rojiza
  2. Cansancio físico y mental
  3. Dolores musculares
  4. Cefaleas
  5. Fiebre

Estos primeros síntomas suelen aparecer a los 5 días de haber sido infectado, y pueden durar pocas semanas o un mes. La erupción rojiza, conocida como  eritema migratorio, es el más específico. Aparece sobre el 70% de los casos, y suele rondar los 15 cm de diámetro, aunque se ha informado de casos en los que incluso alcanzó los 70 cm.

B- Fase con diseminación temprana:

  1. Eritemas persistentes
  2. Fatiga intensa
  3. Dolores musculares y articulares
  4. Inflamación cardiaca
  5. Alteraciones neurológicas

Si la enfermedad de Lyme no es tratada a tiempo, tras unas semanas o meses el cuadro suele empeorar. Esto es debido a que la bacteria viaja por el cuerpo provocando la inflamación de diferentes tejidos.

La borrelia más habitual en España, Borrelia garinii, tiene una especial afinidad por el sistema nervioso, lo que desde luego no resulta tranquilizador.

Esto da lugar con frecuencia a cefaleas y letargia cognitiva, pero hay mucho más, porque estas manifestaciones pueden avanzar a cuadros más graves, como puede ser la radiculopatía (daño de una raíz nerviosa), neuritis, descoordinación, parálisis facial, visión borrosa e incluso alucinaciones y meningitis.

C- Infección persistente o tardía:

  1. Artritis
  2. Erupciones cutáneas
  3. Trastornos neurológicos
Infección de una picadura de garrapata

En esta última fase de la enfermedad de Lyme se pueden detectar un amplio abanico de alteraciones a nivel del sistema nervioso: pérdidas de memoria que pueden confundirse con demencias, encefalopatía, polineuropatías o encefalomielitis (con síntomas similares a la esclerosis múltiple). No sé a ti, pero a mí me resulta estremecedor.

Consecuencias de la enfermedad de Lyme

Lo primero que me gustaría aclarar es que en la mayoría de los casos, y tras el tratamiento adecuado, la enfermedad de Lyme no tiene porque dejar secuelas.

Es cierto sin embargo que, cuando no se dan síntomas cutáneos, o estos son muy leves, puede confundirse con muchas otras enfermedades, por eso a menudo se la describe como “la gran imitadora”. Esta confusión restrasará el tratamiento y empeorará el pronóstico.

En estos casos, las bacterias pueden haberse diseminado mucho, y se sospecha que tras alcanzar lugares  poco accesibles, como el líquido cefalorraquídeo del cerebro, pueden permanecer allí latentes, incluso durante años.

Esto se cree que podría favorecer el desarrollo del “Síndrome del la enfermedad de Lyme posterior al tratamiento”. Caracterizado por cuadros de fatiga y dolor muscular, que se mantienen a pesar de que, aparentemente la bacteria ha sido eliminada.

Este cuadro está siendo aún investigado, y existen muchas dudas en torno a él.  Algunos investigadores apuntan a que podría deberse a una reacción autoinmune derivada de la infección, y no a la pervivencia de la bacterias. Como en tantas cosas los estudios deben continuar.

ℹ️ Para más información, consulta con el especialista de tu seguro médico.

Tratamiento de la enfermedad de Lyme

Por suerte la enfermedad de Lyme puede ser tratada  gracias a antibióticos, como la doxiciclina, la amoxicilina o cefuroxima . Cuando se trata de las etapas iniciales estos suelen administrarse oralmente, pero en etapas más avanzadas se suele recurrir a la vía intravenosa, con lo que su potencia y efectividad serán mayores.

El año pasado se publicó además una investigación, en la que se recomendaba la combinación de 3 antibióticos para tratar los casos de enfermedad de Lyme “persistente”, pues la administración conjunta resultaba considerablemente más eficaz frente a las formas latentes de borrelia.

En cualquier caso la búsqueda de alternativas más eficaces continúa, y en este sentido este mismo año se está llevando a cabo un estudio clínico esperanzador, por el éxito de sus resultados preliminares.

En esta investigación se evalúa la eficacia de la azlociclina, un antibiótico que parece mejorar los resultados con respecto a los antibióticos habituales, empleando además dosis menores.

Para terminar

Como nada es perfecto, me parece importante recordarte que los antibióticos dañan también a nuestra microbiota intestinal, que es, entre otras muchas cosas, responsable de reforzar a nuestro sistema inmune y de mejorar la digestión.

💡 Por eso aprovecho aquí a enlazarte nuestro artículo ¿Qué es la microbiota? Y porqué es tan importante para tus defensas, para que conozcas su importancia y los consejos que te ayudarán a cuidar de este complejo ecosistema microbiano, el tuyo.

Con esto ya terminamos, espero que te haya gustado nuestro artículo, que te haya resultado útil y que, a partir de ahora, te cuides mucho de las garrapatas, y de paso de la enfermedad de Lyme. ¡Ah! Y si quieres ayudarnos a divulgar salud ¡Comparte y cuéntaselo a tus amigos!

Especialista en Salud Natural y Dietética

Máster Universitario en Salud Natural y Nutrición. Experta en Alimentación Antiinflamatoria y psiconeuroendocrino-inmunología, el área de la ciencia que estudia la relación del sistema nervioso con el resto de nuestro organismo. Diploma de estudios avanzados en: Microbiota, inmunidad y sistema digestivo. Cursos de doctorado en: Biología del Cáncer. Autora de los libros: "¿Y ahora qué puedo comer?" y "Comer para cuidarse". Compagino la pasión de mi trabajo en consulta con la impartición de diversos cursos y las charlas divulgativas.

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