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Fiebre del Nilo Occidental: Cómo se contagia, síntomas, tratamiento y más

El virus del Nilo occidental infecta a insectos y aves

Cuando comenzamos a oír hablar de la fiebre del Nilo occidental, y del virus que la provoca, llamado de manera homónima, virus del Nilo occidental, todos pensamos ¿De verdad? ¿Otra enfermedad contagiosa? Porque las comparaciones con la COVID-19 y el coronavirus, eran inevitables.

Así que lo primero que me parece interesante contaros, es que a diferencia de la COVID-19 no se trata de una enfermedad que pueda contagiarse entre personas. Aunque beses, toques o tosas junto a una persona afectada por la fiebre del Nilo occidental, no te pasará nada. Al menos en ese aspecto, podemos estar tranquilos.

¿Entonces por qué se está diseminando tanto? Puede que te hagas esta pregunta, y es normal, pues desde Agosto no paramos de escuchar como aumentan los infectados por la fiebre del Nilo occidental, y por desgracia también los fallecidos.

Aún así no debemos alertarnos en exceso, porque la enfermedad suele cursar de manera leve, como veremos más adelante.

En cualquier caso como prevenir siempre es mejor que curar, comencemos por conocer cómo se disemina el virus del Nilo occidental. Solo así podremos evitar infectarnos.

Cómo se contagia la fiebre del Nilo Occidental

Es interesante saber que todos los virus tienen un ciclo vital, en el que a menudo aparecen animales que actúan como reservorios naturales. No es que hablemos de reservorios naturales todos los días en el “súper”, así que toca hacer un poco de memoria, porque seguro que el concepto ya lo conoces.

Los reservorios naturales son las especies animales que sirven de hospedadores de un virus a largo plazo, sin que normalmente les afecte sustancialmente, ni ponga en peligro su vida.

En el caso del virus de la fiebre del Nilo occidental, su reservorio son las aves, de hecho existen muchas especies que conviven perfectamente con el patógeno tras infectarse. Un buen ejemplo de esto son los gorriones y los pinzones.

Para otras aves sin embargo, la infección resulta a menudo mortal, como les sucede a los cuervos. Cuando las aves migratorias viajan desde África a Europa, y viceversa, transportan con ellas multitud de potenciales patógenos. Algunos de los cuáles pueden “saltar” a los humanos, y transmitir enfermedades como la fiebre del Nilo.

Mosquitos y virus del Nilo Occidental

Aquí nos toca matizar el párrafo anterior, y es que simplificar tiene sus riesgos. Si alguien había entendido que este virus es capaz de pasar directamente de las aves a las personas, y que eran ellas las que nos contagiaban, debemos aclarar que para nada es así.

En el ciclo vital del virus hay otro protagonista indiscutible, que son los mosquitos. Hay varias especies de mosquitos que sirven de “vector de transmisión” del la fiebre del Nilo occidental, desde las aves a otros animales.

Los mosquitos transmiten la fiebre del Nilo occidental cuando nos pican
Con las picaduras de mosquitos se inocula el virus del Nilo occidental

Esto quiere decir que los mosquitos primero pican a las aves, infectándose, y luego cuando nos pican a nosotros, o a otros mamíferos, nos transmiten al virus. Los humanos y los caballos somos, por desgracia, los mamíferos más afectados.

La polémica

Respecto a qué especie de mosquito estaba propagando la fiebre del Nilo occidental, ha habido cierta polémica. Esto se debe a que en un inicio se “acusó” al mosquito Aedes japonicus, una especie asiática invasora, pero que se encuentra  asentada ya en buena parte de nuestra cornisa cantábrica.

El anuncio se hizo desde la Junta de Andalucía, y pronto los expertos comenzaron a señalar una clara incongruencia. Si la fiebre del Nilo estaba apareciendo fundamentalmente en el suroeste de Andalucía ¿Cómo su vector podía ser un mosquito que habita normalmente en el norte peninsular?

Poco después llegaron las aclaraciones, esa era tan solo una hipótesis de trabajo, y quizás el vector  transmisor de la fiebre del Nilo sea el mosquito común (Culex pipiens). Esta es una especia autóctona, mucho más abundante en la zona, por eso esta hipótesis resulta más plausible.

Actualmente esta es la opción más apoyada por los expertos, pero lo cierto es que aún se está investigando, incluso puede haber diferentes  especies transmitiéndola.

Fiebre del Nilo Occidental y sus síntomas

Por suerte para todos, esta enfermedad cursa en el más del 70 % de los afectados de forma asintomática. Sin embargo, entre el 20 y el 30% de ellos pueden padecer síntomas.

En general trata de manifestaciones bastante inespecíficas, que pueden confundirse con los de muchas otras infecciones víricas.

Los síntomas de la fiebre del Nilo occidental pueden aparecer ya a las 48 horas de haber sido contagiado, pero lo más frecuente es que tardemos en torno a una semana en desarrollarlos. Tiempo durante el que el virus está propagándose en nuestro cuerpo.

Más raro, pero no excepcional, es que tardemos hasta 2 semanas en manifestarlos.

¿Y cuáles son esos síntomas?

Pues entre los más frecuentes encontramos:

  1. Fiebre
  2. Cansancio
  3. Dolor muscular y articular
  4. Cefalea
  5. Inapetencia
  6. Agrandamiento de los ganglios linfáticos

Otros, que se dan de manera menos habitual son:

  • Náuseas
  • Dolor abdominal
  • Diarrea
  • Erupciones cutáneas

Usualmente todos estos síntomas remitirán al cabo de una semana, aunque en personas de edad avanzada la sensación de fatiga intensa, puede prolongarse durante más de un mes.

Complicaciones clínicas

En menos del 1% de la población la infección puede complicarse y tornarse neuro-invasiva. Esto quiere decir que afecta al sistema nervioso central, pudiendo producir encefalitis o meningitis, ambos trastornos muy peligrosos, y de los que os hablaremos próximamente en un nuevo post.

Se sabe que dentro de ese pequeño porcentaje de personas afectadas a nivel del sistema nervioso, aproximadamente el 10% fallecerán. El resto pueden presentar secuelas durante años.

Otras complicaciones detectadas, de manera muy ocasional, son:

  1. Miocarditis: Inflamación del corazón
  2. Parálisis facial
  3. Afectación renal
  4. Pancreatitis
  5. Hepatitis

Si quieres saber más sobre todo lo que tiene que ver con la fiebre del Nilo occidental te dejo esta publicación científica en la revista “Enfermedades infecciosas y microbiología clínica”

¿Se extenderá la fiebre del Nilo?

Sé que leer algo todo esto produce desasosiego. Al fin y al cabo, el virus está ya en nuestro país, y como decíamos al principio de este artículo, hace semanas que los contagios y la muertes van en aumento ¿Esto va a parar o puede extenderse por todo el territorio?

Pues aunque nada es seguro al 100%, voy a darte un poco más de información, para añadir el contexto necesario que nos permita relativizar lo que está sucediendo.

En este sentido quizás te tranquilice saber que, las cepas del virus del Nilo occidental detectadas en Europa, son menos agresivas que las de Estados Unidos.

Brotes aislados

Muestran también menor capacidad de transmisión que los de sus parientes americanos, por lo que suelen dar lugar tan solo a brotes esporádicos, ligados a la época de mayor proliferación de los mosquitos, es decir al verano.

De hecho en el verano del 2010 surgió un brote de fiebre del Nilo occidental, que afectó también a las provincias del suroeste de Andalucía. Esto es absolutamente lógico, pues las lagunas de áreas como Huelva o Cádiz, son lugares ideales para el paso de aves migratorias, y también para los mosquitos.

Los mosquitos que transmiten la fiebre del Nilo occidental abundan en los humedales
Las lagunas son foco de infección de la fiebre del Nilo occidental

Teniendo en cuenta que con el frío la mayoría de los mosquitos entran en fase de hibernación, e incluso fallecen. Podemos esperar que según avance el otoño este brote se controle.

El problema que sí que plantean algunos expertos, es que con el cambio climático la frecuencia de esos brotes puede incrementarse.

TRATAMIENTO CONTRA EL VIRUS DEL NILO OCCIDENTAL

Lo peor de esta  patología es que carecemos de antivirales eficaces contra ella, y tampoco hay una vacuna que la prevenga.

En la mayoría de las personas los síntomas  de la fiebre del Nilo occidental remitirán espontáneamente. Sí que se aconseja el uso de paracetamol para la reducción de la fiebre (antipirético)  y del malestar general.

En casos más graves, se puede precisar de hospitalización para emplear analgésicos y antipiréticos intravenosos, lo que incrementa considerablemente su efecto.

En estos pacientes es usual suministrar también fármacos que ayuden a controlar los vómitos, incluso las convulsiones, cuando la infección haya afectado ya al sistema nervioso.

Cómo prevenir la fiebre del Nilo Occidental

La mayor ventaja que tenemos a la hora de combatir esta enfermedad, es que los mosquitos se ven. Así que debemos estar más en guardia que nunca, para evitar sus picaduras.

Para aclarar todas tus dudas, creo que es buena idea que leas también nuestro artículo sobre los distintos tipos de picaduras de insectos. Así aprenderás a reconocerlas y cómo actuar ante cada una de ellas.

Volvamos a las medidas de prevención frente a la picadura de los mosquitos, y por tanto frente al virus del Nilo occidental. Las principales son:

  1. Evita humedales y ríos al atardecer, pues es cuando los mosquitos están más activos.
  2. Prescinde del uso de jabones y fragancias dulces, ya que atraen a estos insectos.
  3. Viste ropa que cubra tus extremidades, preferiblemente de colores claros.
  4. Mantén una correcta higiene, el sudor también atrae a los mosquitos.
  5. Utiliza repelentes de mosquitos eficaces, como los que contienen dietiltoluamida.
  6. No dejes las ventanas ni puertas abiertas mientras tengas luces encendidas en casa.
  7. Coloca mosquiteras en las puertas, ventanas y, a ser posible, junto a la cama.

Con estos sencillos consejos harás mucho por prevenir la fiebre del Nilo occidental. ¿Y a ti? ¿Te da miedo esta nueva infección o confías en que pronto se controle? Sea como fuere espero que nuestro artículo te haya gustado, y si quieres seguir siendo informado con rigor y que tu entorno también lo sea ¡Síguenos y comparte!

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Especialista en Salud Natural y Dietética
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Máster Universitario en Salud Natural y Nutrición. Experta en Alimentación Antiinflamatoria y psiconeuroendocrino-inmunología, el área de la ciencia que estudia la relación del sistema nervioso con el resto de nuestro organismo. Diploma de estudios avanzados en: Microbiota, inmunidad y sistema digestivo. Cursos de doctorado en: Biología del Cáncer. Autora de los libros: "¿Y ahora qué puedo comer?" y "Comer para cuidarse". Compagino la pasión de mi trabajo en consulta con la impartición de diversos cursos y las charlas divulgativas.