Sistema límbico. ¿Qué es y qué funciones tiene?
El sistema límbico es un sistemafuncional que controla las conductas afectivas y motivadas y ciertas formas de memoria. Está compuesto por estructuras dispares del encéfalo anterior que se ubican entre la neocorteza y el tronco encefálico. Incluye corteza cingular (límbica), amígdala, hipocampo e hipotálamo, entre otras estructuras.
También es llamado cerebro reptil y antes se denominaba lóbulo límbico.
Índice
- 1 ¿Qué es el sistema límbico y cuál es su función?
- 2 ¿Qué pasa si se daña el sistema límbico?
- 3 ¿Cómo mejorar el sistema límbico?
- 4 ¿Qué emociones rige el sistema límbico?
- 5 ¿Cuándo se activa el sistema límbico?
- 6 ¿Qué causa un sistema límbico hiperactivo?
- 7 ¿Qué hormonas produce el sistema límbico?
- 8 ¿Qué es el TDAH límbico?
¿Qué es el sistema límbico y cuál es su función?
Durante la evolución cerebral en reptiles y anfibios se desarrollaron algunas estructuras corticales de tres capas para recubrir la periferia del tronco encefálico. Con el crecimiento posterior de la neocorteza de seis capas en los mamíferos, estas estructuras corticales más antiguas quedaron encerradas entre el tronco del encéfalo y la neocorteza. En 1878, Paul Broca las denominó lóbulo límbico. Su origen evolutivo condujo a algunos anatomistas a llamarlas cerebro de reptil, término que todavía usamos en el lenguaje coloquial.
En la actualidad, este conjunto de estructuras del encéfalo anterior se considera una unidad funcional. El sistema límbico desempeña un papel fundamental en las conductas autorreguladoras que incluyen la emoción, las memorias personales, la conducta espacial y la conducta social.
Entre sus estructuras principales están la amígdala, los núcleos de la base del lóbulo temporal que participan en la emoción y el hipocampo, estructura que se ubica en la región medial anterior del lóbulo temporal y participa en la memoria personal (“lo que hice y cuándo lo hice”) y en la navegación espacial. La corteza cingular, una banda de tres capas de corteza límbica que se ubica inmediatamente por encima del cuerpo calloso a lo largo de las paredes mediales de los hemisferios cerebrales, participa en la conducta sexual, entre otras interacciones sociales.
Por tanto, podemos resumir que la estructura del sistema límbico forma la base anatómica de la emoción, y las estructuras límbicas actúan sobre el hipotálamo para producir estados emocionales.
El sistema límbico formado por la amígdala cerebral, hipotálamo, hipocampo, ganglios basales y giro del cíngulo son responsables de nuestros deseos, memorias, emociones, conductas y la toma de decisiones más arbitrarias que tenemos en la vida. A través de la actividad límbica nos enamoramos, odiamos, deseamos y discutimos.
¿Qué pasa si se daña el sistema límbico?
Las enfermedades que se asocian con daños en el sistema límbico incluyen:
- Epilepsia, los cambios escleróticos en el hipocampo aparecen con bastante frecuencia en pacientes con epilepsia temporal.
- Demencia, los cambios degenerativos dentro del sistema límbico pueden estar asociados, por ejemplo, a la enfermedad de Alzheimer.
- Esquizofrenia, hay pacientes en los que se reduce el volumen de las estructuras límbicas, en comparación con personas sin este trastorno. Si quieres profundizar más sobre este tema, te dejamos el artículo de la Organización Mundial de la Salud sobre la esquizofrenia.
- Trastorno del déficit de atención con hiperactividad (TDAH), se observan patrones atípicos y disminución en el área de la superficie, así como anomalías en la forma de las estructuras en el sistema límbico.
- Trastorno de estrés postraumático (TEPT), no de los efectos del trauma en el cerebro es la hiperactivación del sistema límbico.
Los daños en el sistema límbico también pueden generar problemas de integración emocional y de aprendizaje, así como problemas para gestionar y/o regular las emociones.
¿Cómo mejorar el sistema límbico?
El estrés, el cansancio y los malos hábitos provocan un deterioro cerebral que, lógicamente, afecta también a la funcionalidad del sistema límbico.
Para cuidar y preservar el sistema límbico en las mejores condiciones posibles nos ayudarán los siguientes hábitos:
- Alimentación saludable. Frutas y verduras, frutos secos, hidratos de carbono, proteínas, chocolate… son algunos alimentos que nos ayudarán a mejorar nuestro sistema límbico. Es importante también disminuir o restringir el consumo de bebidas alcohólicas, cafeína, exceso de grasas y alimentos procesados.
- Ejercicio físico. Practicar algún deporte o realizar ejercicio físico básico (como caminar) ayuda a mantener nuestro sistema límbico en las mejores condiciones.
- Adecuada gestión emocional. Mantener una correcta inteligencia emocional es imprescindible para el buen funcionamiento del sistema límbico.
- Practicar técnicas de relajación y mindfulness. Para el buen funcionamiento del cerebro es fundamental mantenernos alejados del estrés. Técnicas de respiración, técnicas de relajación muscular o la práctica del mindfulness, son muy buenos aliados para ello.
- Apoyo social. Mantener unas buenas relaciones sociales contribuye al bienestar cerebral. El cerebro se nutre de las experiencias sociales, cuando compartimos tiempo con familiares y amistades, y esto repercute directamente en nuestro sistema límbico.
- Mantener una buena higiene del sueño. Descansar es fundamental para mantener un buen estado de nuestro cerebro. Dormir entre 7 y 8 horas, manteniendo unos horarios y rutinas del sueño, hará que nuestro cerebro funcione mejor.
- Escuchar música. Está sobradamente demostrado el efecto de la música en los procesos de concentración, memoria y aprendizaje.
¿Qué emociones rige el sistema límbico?
La función principal del sistema límbico es la regulación emocional. Pero hay otras muchas funciones que cobra especial importancia en el sistema límbico: funciones metabólicas (regulación térmica, funciones vegetativas y funciones reproductivas) y funciones de supervivencia (influencia en las emociones y sentimientos, ira y odio, miedo, pasión y tristeza y memoria).
Además, el sistema límbico participa en varios procesos relacionados con la cognición, como la memoria espacial, el aprendizaje, el procesamiento social y el procesamiento de las emociones. El comportamiento, la motivación, la memoria a largo plazo y el sentido del olfato también se relacionan con el sistema límbico.
Por otro lado, dado que el sistema límbico está vinculado al sistema nervioso autónomo, desempeña también un papel importante en la reacción de nuestro organismo ante situaciones estresantes.
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¿Cuándo se activa el sistema límbico?
El sistema límbico se activa cuando experimentamos emociones intensas como el miedo, la alegría, la tristeza o el amor. Pero también se activa cuando tenemos recuerdos asociados con experiencias emocionales (por ejemplo, recordar una situación en la que nos hemos sentido felices).
Las imágenes, los sonidos, los olores y los sabores también pueden activar el sistema límbico, por su potencialidad para desencadenar recuerdos y emociones asociadas con experiencias pasadas.
Por otro lado, las situaciones estresantes pueden activar el sistema límbico, especialmente la amígdala, que está involucrada en la respuesta al estrés y la regulación emocional.
¿Qué causa un sistema límbico hiperactivo?
Nuestro estado de ánimo es más positivo y optimista cuando se activa el sistema límbico, pero si se hiperactiva puede aparecer la negatividad, actuando como un filtro a través del cual interpretamos las situaciones que nos ocurren. Cuando estamos tristes, con un sistema límbico hiperactivo, es muy posible que interpretemos hechos neutrales a través de un filtro negativo.
El sistema límbico se puede hiperactivar con la disminución de las hormonas, por ejemplo, durante el síndrome premenstrual.
Así mismo, la hiperactivación del sistema límbico está asociada a una menor motivación, característica de estados de ánimo bajos e incluso la depresión. Esta hiperactividad vinculada con la depresión se puede traducir también en un bajo interés sexual.
¿Qué hormonas produce el sistema límbico?
El sistema límbico no produce hormonas directamente, pero tiene una influencia significativa en la regulación y la respuesta hormonal del cuerpo. El hipotálamo, una parte clave del sistema límbico, desempeña un papel muy importante en la regulación de las hormonas a través de su conexión con la glándula pituitaria.
El hipotálamo secreta varias hormonas liberadoras y hormonas inhibidoras que afectan la secreción de hormonas por parte de la glándula pituitaria, como, por ejemplo:
• Hormona del crecimiento
• Hormona estimulante de la tiroides
• Hormona adrenocorticotrópica (ACTH)
• Hormona luteinizante (LH)
• Hormona folículo estimulante (FSH)
Estas hormonas afectan la función de otras glándulas endocrinas en todo el cuerpo, lo que tiene un impacto en una amplia gama de funciones fisiológicas y comportamientos emocionales y de respuesta al estrés.
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¿Qué es el TDAH límbico?
El “TDAH límbico” es una expresión que se refiere a una perspectiva específica sobre el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) que enfatiza la implicación del sistema límbico en la manifestación de los síntomas del TDAH.
Algunas teorías sugieren que las irregularidades en el funcionamiento del sistema límbico pueden contribuir a los síntomas del TDAH, especialmente en términos de dificultades en la regulación emocional, la motivación y la atención.
La idea detrás del “TDAH límbico” es que las dificultades emocionales y de autorregulación asociadas con el TDAH pueden estar relacionadas con anomalías en el funcionamiento del sistema límbico. Esto podría manifestarse en problemas para regular las emociones, la impulsividad y la dificultad para mantener la atención en tareas específicas.