12 mitos sobre el seguro de vida
Proteger nuestro patrimonio, actual y futuro, y garantizar nuestro propio bienestar y el de las personas que más queremos debe ser siempre una prioridad. Existen muchas fórmulas para lograrlo, la mayoría complementarias, pero una clave es el seguro de vida. A pesar de ello hay ciertas limitaciones a la contratación y se debe en muchas ocasiones a la existencia de diferentes mitos sobre el seguro de vida.
Conocer estos mitos sobre el seguro de vida y la realidad de este producto seguro que ayudará a entender mejor no solo su funcionamiento, sino también su importancia.
Índice
- 1 1. Solo te cubren en caso de fallecimiento
- 2 2. Es un gasto innecesario
- 3 3. A largo plazo su gasto no compensa
- 4 4. Solo es producto para personas mayores
- 5 5. Solo es necesario si se tiene cargas familiares
- 6 6. Solo lo pueden contratar los mayores de edad
- 7 7. El precio de la prima es demasiado elevado
- 8 8. Mujeres y hombres pagan distinto
- 9 9. Es obligatorio si tienes hipoteca
- 10 10. Si tengo una profesión de riesgo o enfermedad no puedo contratarlo
- 11 11. Es mejor invertir que tener un seguro de vida
- 12 12. Si ya tengo un seguro de empresa es innecesario
- 13 Conclusión
1. Solo te cubren en caso de fallecimiento
Uno de los mitos sobre el seguro de vida más extendidos es el que solo cubre el fallecimiento y por tanto su objetivo es que otros reciban la indemnización económica. Nada más lejos de la realidad. Es cierto que el fallecimiento es una parte esencial del seguro de vida, pero también cubren otros supuestos como la invalidez.
Esta cobertura es además muy relevante, con una fiscalidad distinta. La invalidez o la discapacidad es precisamente un momento en el que los gastos y la necesidad de ayuda se multiplican. Por ello, la cobertura de los seguros de vida en este caso es más que importante. Si quieres investigar más sobre la discapacidad te dejo aquí un informe realizado por la Organización Mundial de la Salud al respecto.
2. Es un gasto innecesario
Son muchos los que consideran este gasto como innecesario. Esto viene derivado de la creencia de que no lo vas a necesitar y se extiende a otros productos de prevención no obligatorios, como un seguro del hogar.
Todo suele venir derivado de una concepción errónea sobre la prevención y considerar que si no se usa es un gasto. Un seguro de vida ofrece seguridad y como tal nos permite tomar más riesgos en la vida, estar más tranquilos cuando hacemos algunas actividades y especialmente tener la seguridad de que no faltará nada a quienes nos rodean. Es como coger un paraguas un día que este previsto llover, puede que no lo necesitemos, pero si llueve estaremos resguardados.
💡 Si quieres profundizar más sobre este asunto, te dejo nuestro artículo sobre ¿Cuánto dinero dedicamos a los seguros?
3. A largo plazo su gasto no compensa
Lo mejor que puede ocurrir con un seguro es no necesitarlo nunca. Todo ello puede llevar a que ese dinero que destinamos anualmente a las primas y que en circunstancias normales crece todos los años lo podemos usar para otras cosas.
La realidad es que las cantidades que acumularías no compensa los capitales que recibirías, ni siquiera si se compara un capital a recibir al final del seguro con lo aportado hasta entonces. Menos aún ocurre si se produce un fallecimiento o invalidez en los primeros años. Pero en todo caso la diferencia entre lo que se ha pagado y lo que se recibiría en caso de indemnización es enorme.
4. Solo es producto para personas mayores
Otro mito, relacionado con la necesidad solo de un seguro de vida cuando se es mayor. La realidad es que la edad no exime el riesgo de tener un accidente o enfermedades graves que conlleven la necesidad de esta protección.
De hecho, dado su menor precio, cuando se es joven la relación entre lo que tienes que pagar de prima y la cobertura que recibirías lo hace aún más interesante. Además hay que tener en cuenta que una vida más atractiva también aumenta ciertos riesgos como los de sufrir un accidente. Te dejo nuestro artículo sobre las ventajas de contratar un seguro de vida cuando eres joven.
5. Solo es necesario si se tiene cargas familiares
Igual que se cree que siendo joven no es necesario, se piensa lo mismo si se es soltero y no se tiene familia, especialmente hijos sin ingresos, que necesiten el respaldo económico que proporcionaría un seguro de vida.
Pero como no hemos visto un seguro de vida no solo cubre el fallecimiento, sino que es esencial en caso de invalidez. Por ello, si estás solo y necesitas cuidadores y asumir costes mucho mayores el seguro de vida es fundamental.
6. Solo lo pueden contratar los mayores de edad
Otro error común es creer que solo se puede contratar un seguro de vida a partir de los 18 años. Aunque es cierto que es un producto que gana interés cuando crecen las obligaciones personales y familiares, por las razones expuestas anteriormente también se puede asegurar a menores.
De hecho, la edad mínima en la que se puede contratar un seguro de vida una persona residente en España es de 14 años. No hay que olvidar que con esta edad las primas son además muy bajas.
7. El precio de la prima es demasiado elevado
El precio de la prima es otro tabú importante a la hora de contratar bajo la falsa creencia de que es caro. En el precio de la prima influyen muchos factores. Uno de los principales es la edad, cuanto mayor se sea más se paga, pero hay que añadir otras como estado de salud, profesión y, por supuesto, el capital que se entregará en caso de siniestro.
Por todo ello, más allá la importante diferencia entre lo que se paga y lo que se recibiría, es un producto muy flexible que podemos ajustar, con tan solo aumentar o subir el capital, a nuestras circunstancias, adecuándose a lo que se paga.
8. Mujeres y hombres pagan distinto
Las mujeres tienen una mayor esperanza de vida y con ello el riesgo de fallecimiento es menor. Esto podría llevar a pensar que hay una diferencia entre lo que pagaría un hombre y una mujer en igualdad de condiciones.
Esto es otro mito. Desde el año 2012 el Tribunal de Justicia Europea prohibió la discriminación de género en el precio de contratación de los seguros de vida en toda la Unión Europea. De este modo los hombres y las mujeres en España, aunque los hombres tengan una esperanza de vida de 80,3 años y las mujeres de 85,8 años, teniendo los mismos perfiles, pagarán lo mismo.
9. Es obligatorio si tienes hipoteca
Una hipoteca es para la mayoría de las familias la carga financiera más importante que van a tener. No solo es la cuantía, es que detrás de este pago figura como primera garantía una vivienda, generalmente la habitual.
Todo esto hace que un seguro de vida, vinculado a garantizar el pago de la hipoteca o independiente, que cubra todas las necesidades y cargas del asegurado, es conveniente, pero no es obligatorio. Es cierto que muchas entidades financieras lo han comercializado junto con la hipoteca, pero el único seguro obligatorio cuando se tiene un préstamo es el de incendios. El de vida, aunque es recomendable, es opcional, y con ello existe liberta de elección de aseguradora.
10. Si tengo una profesión de riesgo o enfermedad no puedo contratarlo
Otro de los mitos sobre el seguro de vida está en las limitaciones a la hora de contratarlo, esencialmente dos: si se tiene una enfermedad o una profesión de riesgo. Nada más lejos de la realidad. Todos tienen derecho a un seguro de vida, pero también siempre hay que contestar de buena fe y con toda la información que requiera el cuestionario previo.
A partir de este punto se determinará la prima a pagar adaptada a las circunstancias personales de cada uno.
11. Es mejor invertir que tener un seguro de vida
Otro de los mitos es creer que el seguro de vida puede ser sustituido por inversión en otros productos financieros o en activos como la vivienda. La realidad es que el seguro de vida es un producto complementario ideal.
Las inversiones suelen requerir un esfuerzo continuo en el tiempo en el que mediante aportaciones regulares o extraordinarias a lo largo de los años, junto a los rendimientos se consiga un capital o renta, para sus necesidades o de los suyos. Son muchos que cuando lo consiguen es llegado el momento de la jubilación, cuando el seguro de vida deja de estar vigente. Mientras, el seguro de vida es un instrumento de previsión perfecto que con su pago periódico de prima, generalmente anual, no impide que se vaya ahorrando e invirtiendo.
12. Si ya tengo un seguro de empresa es innecesario
Son muchas las empresas que ofrecen como remuneración en especie un seguro de vida. Esta medida, positiva, no debe quitar el hecho de contratar otro seguro de vida particular, siendo el tomador el asegurado. Esto es así porque en la mayoría de los casos los seguros de vida de empresa son limitados, tanto en los capitales como en las coberturas.
Pero también, si finaliza la relación laboral estas coberturas se pierden. En ese momento, especialmente si se es más mayor deberá afrontar una prima más cara de entrada. Por eso, tener un seguro de vida pagado por la empresa debe considerarse más como una medida complementaria que una protección única.
Conclusión
En definitiva, el seguro de vida es un producto de previsión accesible y con muchas ventajas. Sus coberturas son más amplias que el fallecimiento y su pago, que generalmente se hace anualmente, compensa lo que recibiría el asegurado o sus beneficiarios.
Por todo ello no se debe considerar como un gasto, sino como un producto que nos da tranquilidad, para quienes nos rodea, pero también para el propio asegurado. Con ello es importante superar los distintos mitos sobre el seguro de vida y ver las ventajas de un producto muy flexible y que por medio de cambios, como el capital a indemnizar, se adapta a todo tipo de necesidades y cambios.