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Cómo reconocer y comprender la personalidad histriónica

mujer levantando la mano

La personalidad es un aspecto esencial en la vida de las personas, ya que influye en la forma en que se percibe el mundo, en cómo se manejan las emociones y en la manera en que se establecen relaciones con los demás. Por ello, no solo define la identidad personal, sino que también determina la capacidad de adaptación en distintos contextos sociales, familiares y laborales. Ser histriónica, extrovertida, colérica o flemática muestra una diversidad de comportamientos dominantes que van más allá de ser formas de clasificar la personalidad.

Por ello, dentro de esta variedad, la personalidad histriónica ocupa un lugar particular. Se caracteriza por la necesidad constante de atención, la búsqueda de aprobación y una marcada expresividad emocional, que en ocasiones puede percibirse como exagerada o dramática. Las personas con este patrón suelen mostrarse muy sociables y encantadoras, aunque también pueden tener dificultades para mantener relaciones estables y profundas debido a su fuerte deseo de ser el centro de interés, lo que también puede derivar en un trastorno. Por todo ello es tan importante conocer en qué consiste, los posibles problemas derivados y cómo afrontarlos.

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¿Qué es la personalidad histriónica?

La personalidad histriónica es un patrón de comportamiento que como hemos anticipado se caracteriza por una necesidad excesiva de atención, un estilo emocional intenso y una tendencia a mostrarse dramático o exagerado en las interacciones sociales.

Las personas con este tipo de personalidad suelen ser:

  • Muy expresivas: tienden a mostrar sus emociones de manera intensa y abierta, usando gestos, tono de voz y lenguaje corporal llamativos.
  • Sociables: disfrutan de estar rodeadas de gente, buscan el contacto constante con los demás y se desenvuelven con facilidad en entornos sociales. Suelen ser el centro de las reuniones y les gusta mantener la atención del grupo.
  • Carismáticas: poseen una capacidad natural para atraer y seducir con su personalidad. Su entusiasmo, vitalidad y simpatía hacen que resulten encantadoras para quienes las rodean.
  • Buscadoras de atención: necesitan sentirse vistas y valoradas, por lo que a menudo exageran conductas, emociones o relatos para asegurarse de que los demás les prestan atención. Su autoestima depende en gran medida de la valoración que reciben de los demás, lo que les hace sensibles a la aprobación externa.
  • Impulsivas: tienden a actuar sin pensar demasiado en las consecuencias, lo que las lleva a tomar decisiones rápidas en función del momento y las emociones.
  • Emocionalmente intensas pero cambiantes: pueden pasar de la alegría al enojo o la tristeza con facilidad, lo que genera altibajos en sus relaciones personales.

Todas estas características dan lugar a una serie de rasgos comunes como:

  • Preocupación por la apariencia física.
  • Facilidad para dejarse influir por otros.
  • Emociones superficiales.
  • Dificultad para establecer relaciones afectivas profundas y estables.

Todo ello puede generar conflictos en la vida personal, laboral y social, especialmente cuando la necesidad de atención no es satisfecha.

mujer mirándose al espejo

Rasgos de la personalidad histriónica

La personalidad histriónica, por tanto, se reconoce por una marcada necesidad de llamar la atención y por un estilo relacional dominado por la expresividad y la dramatización. Este patrón de conducta no solo se observa en los gestos y palabras, sino también en la manera de experimentar y manifestar las emociones. Para comprender mejor este tipo de personalidad, conviene analizar sus principales comportamientos externos y las características emocionales que los acompañan.

Comportamientos típicos

Los comportamientos más visibles de la personalidad histriónica están orientados a atraer miradas y mantener la atención constante de los demás. Estas conductas pueden parecer encantadoras en un primer momento, pero también generan dificultades en la vida social y profesional al ser percibidas como excesivas o poco auténticas. Entre ellas destacan:

  • Búsqueda constante de atención: la persona necesita ser el centro en conversaciones y situaciones sociales. Si no lo consigue, puede sentirse incómoda o ignorada.
  • Uso de la apariencia física: recurren a su imagen, vestimenta o gestos seductores para captar interés, incluso en contextos donde no es apropiado.
  • Expresividad exagerada: suelen hablar con dramatismo, utilizando un tono teatral y cargado de gestos llamativos.
  • Conductas de seducción inapropiadas: tienden a mostrarse provocativos o demasiado cercanos, aunque la situación no lo requiera.
  • Percepción distorsionada de las relaciones: creen que los vínculos con los demás son más profundos o íntimos de lo que realmente son.
  • Sugestionabilidad: muestran facilidad para dejarse influir por opiniones externas, adaptando sus actitudes según el entorno.

Características emocionales

En el ámbito emocional, la personalidad histriónica se caracteriza por una intensa necesidad de aprobación y por sentimientos que, aunque intensos, carecen de estabilidad. Estas características generan altibajos emocionales frecuentes y una fuerte dependencia del reconocimiento ajeno. Entre los rasgos más destacados se encuentran:

  • Emociones superficiales y cambiantes: experimentan estados de ánimo intensos que varían rápidamente según el contexto.
  • Hipervulnerabilidad a la desaprobación: el rechazo o la falta de atención se viven con gran malestar.
  • Necesidad de aprobación constante: dependen de la valoración externa para sentirse valiosos o seguros de sí mismos.
  • Dramatización de los sentimientos: tienden a exagerar sus emociones, lo que a veces dificulta diferenciar entre lo que sienten y lo que representan.
  • Baja tolerancia a la frustración: cuando no reciben la atención esperada, pueden reaccionar con irritabilidad o tristeza.
  • Inseguridad afectiva: muestran dificultades para mantener relaciones estables y profundas, ya que su dependencia emocional genera vínculos frágiles.

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Trastorno histriónico de la personalidad

Algunos casos de personalidad histriónica pueden dar lugar al trastorno histriónico de la personalidad (THP), un patrón psicológico caracterizado por una búsqueda excesiva de atención, emotividad intensa y tendencia al dramatismo en las relaciones interpersonales que se incluye dentro de los trastornos de la personalidad del Grupo B el narcisista, antisocial y el límite (borderline), que coinciden en tener comportamientos impulsivos y emocionales.

Síntomas principales

Los síntomas del trastorno histriónico de la personalidad son visibles tanto en el comportamiento externo como en la vivencia interna de las emociones. Reconocerlos permite diferenciar entre una personalidad histriónica sin repercusiones graves y un trastorno clínico que interfiere en la vida cotidiana. La diferencia principal con tener personalidad histriónica está en que se convierte un patrón rígido, excesivo y desadaptativo, que interfiere en la vida diaria y en las relaciones, y que requiere atención clínica:

  • Conducta seductora o provocativa inapropiada en contextos sociales o laborales.
  • Emociones superficiales y de rápida variación con cambios emocionales bruscos.
  • Uso exagerado de la apariencia física para llamar la atención.
  • Estilo de habla muy impresionista, con pocos detalles concretos.
  • Facilidad para ser influenciable por otras personas o por las circunstancias del momento.
  • Percepción de las relaciones como más íntimas de lo que realmente son.
  • Malestar significativo o deterioro en las relaciones sociales, laborales o personales debido a la intensidad de estas conductas.

Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico del THP se realiza a través de una evaluación clínica exhaustiva, habitualmente mediante entrevistas y cuestionarios de personalidad que permiten valorar la presencia de los criterios establecidos en manuales diagnósticos.

 Es importante diferenciar este trastorno de otros con rasgos similares, como el narcisista o el límite, y descartar problemas médicos o psiquiátricos que puedan explicar la conducta.

El tratamiento suele combinar varias estrategias:

  • Psicoterapia: la más recomendada es tener apoyo de un psicólogo a través de la terapia cognitivo-conductual, que ayuda a identificar patrones de pensamiento disfuncionales, reducir la dramatización y mejorar las habilidades de afrontamiento. Otras formas de terapia, como la terapia de grupo, también pueden resultar útiles para trabajar la autoestima y las relaciones interpersonales.
  • Educación emocional: enseñar a reconocer, regular y expresar de manera adecuada las emociones, reduciendo la intensidad y superficialidad.
  • Tratamiento farmacológico (en casos concretos): no existe medicación específica para el THP, pero pueden utilizarse tratamientos contra la ansiedad y la depresión si aparecen síntomas asociados como ansiedad o depresión.
  • Entrenamiento en habilidades sociales: para favorecer la construcción de vínculos más sólidos y estables.

En conjunto, el objetivo del tratamiento es reducir la dependencia de la aprobación externa, mejorar la estabilidad emocional y fomentar relaciones más auténticas y equilibradas.

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Consejos para entender y manejar la personalidad histriónica

Comprender la personalidad histriónica implica reconocer que detrás de la necesidad constante de atención y del comportamiento dramático suele existir una gran inseguridad emocional.

Las personas con este patrón no actúan únicamente para “llamar la atención”, sino que buscan validación, afecto y reconocimiento para sostener su autoestima. Por ello, manejar la relación con alguien con rasgos histriónicos requiere equilibrio: saber mostrar comprensión y apoyo sin reforzar conductas que pueden resultar problemáticas o desgastantes. Para ello hay que distinguir dos etapas:

Entender la personalidad histriónica

  • Reconocer la vulnerabilidad emocional: entender que la dramatización y el deseo de ser el centro de atención suelen estar ligados a una necesidad de sentirse valorados.
  • No minimizar sus emociones: aunque puedan parecer exageradas, es importante no ridiculizarlas, ya que para la persona se viven como reales e intensas.
  • Observar el trasfondo de la conducta: detrás de cada gesto o expresión llamativa puede haber miedo al abandono o a la indiferencia.

Manejar la relación con una persona histriónica

  • Mantener límites claros: es fundamental establecer normas en la relación para no dejarse arrastrar por demandas excesivas de atención.
  • Reforzar la autenticidad: valorar sus logros y cualidades más allá de la apariencia o el dramatismo, reforzando comportamientos más genuinos.
  • Evitar reforzar conductas exageradas: prestar atención selectiva, es decir, responder de manera más positiva cuando la persona actúa de forma equilibrada.
  • Fomentar la comunicación asertiva: animar a expresar sus emociones de manera clara, sin recurrir a excesos ni teatralidad.
  • Sugerir apoyo profesional si es necesario: la terapia puede ayudar a desarrollar una autoestima más estable y a mejorar la gestión de las emociones.

En definitiva es vital para que una persona histriónica consiga una personalidad propia, pero sana, fortalecer la autoestima y regular las emociones, reconocer vulnerabilidades, mantener límites claros y así fomentar relaciones más auténticas y equilibradas.

Fuentes:

Trastorno de personalidad histriónica. Manual MSD. https://www.msdmanuals.com/es/hogar/trastornos-de-la-salud-mental/trastornos-de-la-personalidad/trastorno-de-personalidad-histri%C3%B3nica#S%C3%ADntomas_v36027062_es

Trastorno histriónico de la personalidad. Medline Plus. https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/001531.htm

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Redactor Salud y Consumo
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Licenciado en ADE por la Universidad Autónoma de Madrid y especialista en comunicación por la Universidad Complutense, lleva desde el año 2002 escribiendo sobre temas de consumo, salud y divulgación en general, tanto en revistas escritas como Dinero y Salud, asociaciones y diversas páginas web. Además de ser colaborador en medios escritos (Expansión, Cinco Días, idealista.com, El País, Libertad Digital, El Confidencial,…) Radio (COPE, Onda Cero, Cadena Ser, Onda Madrid…) y Televisión (Telecinco, Antena 3, Telemadrid…).