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¿Cuándo ir al psicólogo por primera vez?

psicóloga explicando por qué y cuándo ir al psicólogo

Cuándo ir al psicólogo y comenzar un proceso de terapia psicológica es una decisión difícil para la mayor parte de las personas. Cuando una persona sufre un problema psicológico, independientemente de su gravedad, se ven afectadas todas las áreas de su vida, pues nuestras emociones y nuestras conductas se ven influenciadas por lo que pensamos y por nuestra forma de ver el mundo.

El trabajo del profesional de la Psicología consiste en promover cambios a nivel psicológico en las áreas que interfieren de forma negativa en la vida de la persona y le impiden alcanzar los objetivos deseados, proporcionándole las herramientas necesarias para ello.

Así, mediante la intervención psicológica, profesional y paciente establecen los medios necesarios para ayudar a la persona a conocer y controlar sus emociones y reacciones.

En primer lugar, las emociones negativas forman parte de la vida y es normal tenerlas, aunque no resulte agradable. Son útiles y nos permiten realizar muchas funciones que, en su ausencia, sería imposible. Es normal estar triste, nervioso, enfadado o tener miedo a veces. Esto no es un problema psicológico.

Ahora bien, en ocasiones son demasiado intensas o se presentan en situaciones en las que nos dificultan la adaptación. También puede darse el caso de que su duración es tan prolongada que impiden el desarrollo de nuestra vida de manera normal y nos impiden alcanzar nuestros objetivos, limitando así nuestras capacidades. Es en estas ocasiones cuando ir al psicólogo es necesario.

Acudir a terapia psicológica representa un verdadero acto de valentía. Implica reconocer que se tiene un problema, pero, además, implica reconocer que no se sabe o no se tienen las herramientas para gestionarlo como se desearía. A veces, llevamos tiempo sintiéndonos mal, pero no sabemos si es conveniente ir a un psicólogo o si este nos podría ayudar.

Además, sentarse delante de una persona desconocida y mostrarle todo sobre uno mismo y sobre tu vida puede resultar extraño y algo incómodo, sobre todo, al principio. También puede aparecer el temor o la vergüenza, o el desconocimiento de lo que es una terapia psicológica. Todo esto es normal, ya que sigue existiendo una cierta desinformación y momento de decidir cuándo ir al psicólogo sigue siendo un tema tabú en nuestra sociedad cargado de significados negativos. Y es una pena, porque un buen tratamiento psicológico ayuda a muchas personas a resolver su malestar emocional y supone un potente motor de cambio personal.

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En ocasiones son otras personas las que nos recomiendan ir al psicólogo por primera vez. Sin embargo, es importante que sea la propia persona la que decida si lo necesita, porque solo ella conoce su malestar interior.

Así pues: ¿cuándo ir al psicólogo? Podemos decir que es recomendable ir al psicólogo cuando la persona tiene un problema de salud mental que le impide vivir la vida que desea o le genera sufrimiento. Así que la psicoterapia no está solo dirigida a personas que sufren trastornos psicológicos, sino que también es muy útil para las personas que quieren desarrollarse personalmente o solucionar asuntos problemáticos.

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Algunas cuestiones que te pueden ayudar a determinar cuándo ir al psicólogo son:

Crisis personal

Cuando afrontamos situaciones difíciles que desbordan nuestros recursos personales para afrontarlas como, por ejemplo:

  • Rupturas sentimentales
  • Divorcios
  • Infidelidades
  • Crisis laborales
  • La muerte de un ser querido
  • Rupturas o crisis con amigos, familiares, hijos…
  • Cuando hemos estado sometidos a situaciones de gran impacto emocional, como accidentes, malos tratos, desastres más o menos cercanos

En las crisis, las emociones se desbordan y aparece una gran sensación de descontrol sobre lo que nos sucede. En estos casos la ayuda psicológica profesional suele ser muy recomendable para recuperar la estabilidad y reparar el daño emocional.

Malestar psicológico y emociones desagradables continuadas

Otro de los indicadores para saber cuándo ir al psicólogo es cuando no se consigue sentirse bien de manera estable y se arrastra un malestar emocional persistente en el día a día. Porque, aunque las emociones son una parte fundamental que nos ayudan a decidir, a procesar eventos dolorosos o desagradables, también pueden convertirse en una forma de malestar.

Cuando esto sucede, las personas pueden convivir con sensaciones de apatía, desánimo, insatisfacción o vacío, no pudiendo disfrutar de lo que tienen, o bloqueados y con pocas ganas de vivir. Son frecuentes los miedos irracionales, como el miedo a la muerte, a conducir, a los espacios pequeños. También son comunes los cambios de humor y el sentirse frecuentemente irascible o irritable, culpable, avergonzado, etc.

Sentimientos de soledad

La soledad sentida y no elegida es fuente de gran sufrimiento. Aunque estar solo puede resultar muy gratificante, la realidad es que las personas necesitan de otras para sentirse bien, de su apoyo y compañía. Muchas personas que se encuentran físicamente solas (viven solas, son viudas, etc.), pueden sentir tristeza e inseguridad. Otras personas pueden sentirse solas aún en presencia de los demás.

💡 Conoce cómo puede afectar la soledad en personas mayores en nuestro artículo al respecto.

Esto tiene mucho que ver con la sensación de sentirse incomprendidos, aislados o diferentes. También hay personas que conviven con un temor intenso a la soledad. Y, aunque tener miedo a la soledad es normal, si ese miedo es limitante en el sentido de quedarnos en relaciones insatisfactorias o impedirnos estar en un contacto tranquilo con nosotros mismos, puede que sea conveniente revisar esta cuestión consultando con un psicólogo.

Pensamientos que agobian o limitan

Cuando se tienen pensamientos negativos, obsesivos, circulares o catastrofistas puede ser un buen momento para ir al psicólogo por primera vez. Muchas veces lo que nos decimos, nuestras conversaciones internas, son ideas o mensajes críticos hacia nosotros mismos y/o hacia los demás.

También es frecuente que no paremos de darle vueltas a las cosas, desde las más complejas a las más sencillas y dudemos con ansiedad de cada decisión que tengamos que tomar. Estas son las obsesiones, un síntoma psicológico común y limitante. Igualmente, nuestra mente puede irse al pasado o al futuro compulsivamente. Así, podemos vivir añorando algo que ya no tenemos o, por el contrario, vivir obsesionado con un futuro que nunca acaba de llegar.

Conductas que no podemos regular

A veces, aunque tenemos claro que hay conductas que realizamos que son nocivas (adicciones, peleas, malos hábitos), no conseguimos dejar de hacerlas. Y, aunque lo pensamos e intentamos, seguimos cayendo en lo mismo creyendo que no tenemos suficiente fuerza de voluntad. Sin embargo, detrás de este tipo de hábitos, suelen haber causas más complejas que son necesarias identificar y tratar, algunas de ellas pueden ser:

  • Falta de motivación
  • Estrés
  • Causas emocionales
  • Insatisfacción

Si llevas tiempo queriendo dejar atrás alguna conducta nociva y estás pensando cuándo ir al psicólogo para que la terapia psicológica te dé herramientas para alcanzar tus objetivos, sin duda es un buen momento para que te decidas a ir al psicólogo por primera vez.

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Inseguridad y baja autoestima

Muchas personas no tienen un buen concepto de sí mismas, se sienten pequeñitas, culpables, avergonzadas, incapaces o menos que las demás. También hay personas que tienen mucho miedo a los conflictos y no saben decir que no. Y es que es muy frecuente tratar de complacer a los demás y hacer o decir cosas que no nos apetecen de verdad.

Quizás por miedo al rechazo, por inseguridad o porque no confiamos en nuestro criterio. Esta situación, especialmente si se repite, puede generar estrés, tensión y podemos ir acumulando enfado con los demás, pero especialmente con nosotros mismos.

Problemas en las relaciones sociales

Los problemas en las relaciones con parejas, amigos, compañeros, familiares, son un tema fundamental que se trabaja en la terapia psicológica. Muchas personas tienen problemas de timidez, vergüenza en el contacto con los demás, individualmente o en grupo, y tienden a aislarse o no mostrarse tal y como son, sintiendo nervios, miedos, paranoias, estrés…

También es frecuente que las relaciones de pareja no funcionen y eso genere mucho sufrimiento. Quizás porque existan problemas en encontrar pareja, o porque en el seno de la pareja existan desencuentros, frustraciones y distanciamientos crónicos. De la misma manera, las relaciones familiares, discusiones, distanciamientos, son asuntos que se trabajan cuando vamos al psicólogo.

💡 Te recomiendo leer nuestro artículo sobre cómo tener una relación de pareja sana, donde encontrarás 7 aspectos a tener en cuenta.

Problemas laborales

El trabajo también puede acarrear problemas psicológicos. Así, los problemas en las relaciones con compañeros o jefes (desencuentros, luchas de poder, agresividad…), generan miedo y frustración. Igualmente podemos tener problemas de sobrecarga y estrés laboral, organización, conciliación, que son fuente de malestar.  También son frecuentes situaciones más complejas y traumáticas como problemas de mobbing, amenazas de despido, etc.

Muchas personas se sienten desmotivadas o perdidas y no saben encontrar su vocación o no se atreven a cambiar. También podemos sentir baja autoestima laboral, percibiendo que no disponemos de las habilidades necesarias como hablar en público, asertividad o creatividad.

Estrés y psicosomatización

Una vez descartadas las causas médicas, muchas personas acuden a consultas de psicología por motivos psicosomáticos. Así, podemos tener cansancio, agotamiento, migrañas, problemas de sueño, digestivos o dolor muscular. Los niveles prologados de estrés generan consecuencias en nuestro cuerpo que es preciso atender.

Trastornos psicológicos

Cuando sufrimos un trastorno psicológico o un trastorno de personalidad, la visita al psicólogo es más que recomendable. Los problemas psicológicos más frecuentes suelen ser la depresión, la ansiedad, las fobias o miedos irracionales.

También los trastornos de personalidad son motivo para ir al psicólogo, como el Trastorno Esquizotípico de la Personalidad, Trastorno Límite de Personalidad, Trastorno Obsesivo-Compulsivo, etc.

💡 A veces confundimos trastornos psicológicos con enfermedades mentales, si quieres conocer bien qué son estas últimas y en qué se diferencian, visita nuestro artículo al respecto.

Traumas infantiles

Es recomendable ir al psicólogo cuando hemos vivido alguna situación traumática en la infancia, como abuso, maltrato, acoso, violencia, negligencia o abandono, para así resolver las posibles secuelas. Estas situaciones suelen dejar huella en las personas y tener una influencia en los comportamientos adultos que es necesario resolver con la ayuda de un profesional de la Psicología.

Nunca he ido al psicólogo: qué hacer la primera vez

Ir al psicólogo por primera vez puede provocar cierto estrés o incomodidad, porque no solo tienes que compartir información acerca de tus problemas, sino también lo más básico sobre tu vida, en relación con tu familia, tus antecedentes, tus hábitos, tus relaciones, etc.

Antes de decidir cuándo ir al psicólogo debes prepararte. Debes tener en cuenta que estás en un ambiente seguro. El profesional no está allí para juzgarte, y entenderá si algunas de las cuestiones planteadas te resultan difíciles o embarazosas. Ten la seguridad de que está ahí para ayudarte.

Algunos consejos que puedes tener en cuenta para tu primera visita al psicólogo son:

  • Piensa qué es lo que quieres conseguir con la terapia: la terapia representa un camino, un proceso y es necesario saber qué se quiere conseguir para poder caminar en la dirección que se desea. Así, se aumentará la efectividad de la terapia. En ocasiones, los objetivos van variando a medida que avanza la terapia y en otras ocasiones incluso se descubren durante el proceso.
  • Normaliza los nervios: no es raro estar nervioso al ir al psicólogo por primera vez. Es una reacción perfectamente normal. Si encuentras dificultad para elegir o encontrar las palabras adecuadas, comparte esos sentimientos de nerviosismo con el profesional de la Psicología. Recuerda, se trata de un ambiente seguro y el psicólogo no te juzgará por sentirte así.
  • Sinceridad: el psicólogo necesita conocerte y saber de ti, cuáles son tus pensamientos y tus emociones. Por eso debes abrirte y mostrárselos. Te llevará a conseguir tus objetivos y a darte las herramientas adecuadas para que los puedas lograr. Si no eres honesto perderás tu propio tiempo y el del profesional. Si no eres sincero, el psicólogo puede llegar a realizar un mal diagnostico de tu problema o sugerir un protocolo de tratamiento que no sea el más adecuado.
  • No esperes que te diga lo que tienes que hacer: el psicólogo no te dirá lo que tienes que hacer, sino que te enseñará a descubrirlo y te enseñará las herramientas que necesitas para hacerlo.
  • Déjate guiar: si has decidido ir a terapia es porque algo no te está funcionando, es por ello que tendrás que estar dispuesto a probar estrategias diferentes.
  • Pregunta todo lo necesario: recuerda que eres paciente y cliente a la vez, pagas por un servicio y preguntar todo aquello que no tengas claro o que no entiendas, te ayudará a sacar el máximo rendimiento de la terapia y obtener mejores resultados a corto y largo plazo.
  • No esperes soluciones inmediatas: estamos acostumbrados al modelo médico en el que acudimos a consulta con un dolor o un problema físico y el profesional nos puede ofrecer una solución inmediata. Sin embargo, un proceso terapéutico psicológico funciona de forma diferente. No existen las soluciones rápidas para hacer cambios duraderos a nivel emocional, cognitivo o comportamental. La terapia psicológica se desarrolla paulatinamente, a un ritmo más pausado, pero con excelentes resultados a medio y largo plazo. Así que hay que tener paciencia.

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El tiempo entre sesiones varía según las circunstancias. Al inicio de la terapia psicológica se aconseja la periodicidad de una sesión a la semana para darle el impulso al trabajo y la mejoría se vaya dando lo antes posible y así poder atajar cuanto antes un malestar innecesario.

Posteriormente, y si es necesario, se espaciará a una sesión cada dos semanas o si la mejoría es muy avanzada, se pueden establecer sesiones mensuales.

Lo más conveniente es que entre el psicólogo y el paciente se decida la periodicidad de las sesiones, según se vayan adquiriendo las herramientas necesarias y consiguiendo los objetivos planteados.

Puede ser un paso difícil tomar la decisión de cuándo acudir a un psicólogo por primera vez. Pero, una vez tomada la decisión, debes mantener la calma y tener confianza en tu capacidad para transmitir lo más relevante en esta primera visita. Recuerda que tú eres la persona más experta sobre tu propia vida y que pides ayuda profesional para mejorar algún aspecto de ella que no te resulta satisfactorio.

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Psicóloga

Licenciada en Psicología, Máster en Trastornos Postraumáticos, Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales, Experta en Psicología de Emergencias y Catástrofes por el Consejo General de la Psicología de España, miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Psicología Aplicada a Desastres, Urgencias y Emergencias (SEPADEM), Coordinadora del Grupo de Intervención Psicológica en Emergencias y Catástrofes del Colegio Oficial de Psicólogos del Principado de Asturias, y Vicepresidenta de la Federación Internacional de Psicología en Emergencias (FIPE-IFEP). Más de 20 años de experiencia en asesoramiento psicológico e impartición de actividades formativas presenciales y online.

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