Yoga oncológico: ¿En qué consiste?
El yoga es como un oasis en la vida de las personas que sufren cáncer. Esta enfermedad convierte el cuerpo del enfermo en una auténtica zona de guerra, en la que las células malignas lo invaden y los tratamientos los contraatacan y, como en toda batalla, siempre hay daños colaterales y el miedo y el pánico son los personajes principales.
Practicando yoga oncológico los enfermos pueden controlar los síntomas emocionales, recuperar el control del cuerpo y, de algún modo, aislar la guerra que se está librando en su interior para poder mantener una buena vida.
Índice
¿Qué es el yoga oncológico?
El yoga y el cáncer deben ir unidos de la mano como un complemento más para combatir la enfermedad. El estrés y la ansiedad que provoca pueden menguarse, controlarse y sobrellevarse de una mejor manera con el yoga.
El yoga es una práctica milenaria que utiliza técnicas de respiración y posturas concretas que ayudan a combatir el estrés y minimizar la ansiedad existente en el paciente. Por tanto, al practicarlo con enfermos de cáncer, los resultados son muy ventajosos para ellos y les facilita pasar la enfermedad de un modo más sencillo.
El yoga oncológico se relaciona con la persona, su tipo de cáncer, las diferentes etapas por las que debe pasar, los tratamientos, las consecuencias de los mismos y, en definitiva, todo lo que va relacionado a padecer esta enfermedad.
Así, sabiendo todo esto, el yoga se orienta hacia la persona en particular, sus necesidades físicas concretas, sus necesidades emocionales, su forma de convivir con la enfermedad y todo cuanto lo rodea, convirtiéndose en un yoga terapéutico, restaurativo y sensible al trauma que está sufriendo el cuerpo y la mente de cada persona sin importar, por supuesto, el tipo de cáncer que sea.
Según los expertos y los estudios realizados hasta el momento, es recomendable iniciar el yoga oncológico antes de llevar a cabo la quimioterapia y practicarlo, mínimo, dos veces por semana entre 30 y 60 minutos durante el primer mes, y luego ir aumentando el tiempo hasta los 90 minutos.
ℹ️ Además del yoga, los pacientes de cáncer también deben seguir una dieta recomendada y adaptada a sus tratamientos y los efectos secundarios que estos provocan. Conoce más acerca de la nutrición oncológica.
Beneficios del yoga para pacientes oncológicos
El yoga para pacientes oncológicos aporta innumerables beneficios para las personas y muchos estudios concluyen que es la mejor terapia complementaria para los tratamientos médicos convencionales.
Entre sus principales beneficios cabe destacar beneficios físicos y beneficios emocionales, como veremos a continuación.
Beneficios físicos del yoga oncológico
- Es compatible practicarlo con cualquier tipo de cáncer.
- El yoga oncológico fortalece el estado físico general de la persona.
- Ayuda a mantener la columna vertebral fuerte y mejorar la postura, por lo que se reducen significativamente los dolores de espalda.
- Mejora el sistema cardiovascular y óseo.
- Ayuda a relajar los músculos y tejidos afectados así como el cuerpo en general.
- Descomprime las articulaciones. Según los estudios, 3 de 4 personas que padecen cáncer tienen rigidez en manos, piernas, caderas y muchas más zonas del cuerpo que, al inflamarse, causan dolor.
- Alivia la fatiga.
- Permite controlar los efectos y sofocos derivados de los diferentes tratamientos.
- Ayuda a calmar los dolores ocasionados por la cirugía.
- Promueve la relajación del sistema nervioso, lo que hace que el estrés y la ansiedad disminuyan.
- Regula el apetito.
- Mejora la calidad del sueño.
- Con el yoga se practican técnicas de respiración que oxigenan los tejidos y los diferentes órganos del cuerpo.
- Hace que el sistema inmunológico se active y funcione mejor, por lo que se facilita la prevención y el control del linfedema, que suele ser una de las complicaciones más frecuentes en algunos tipos de cánceres de mama al llevar a cabo la extirpación de los ganglios linfáticos de la axila.
Beneficios emocionales y mentales del yoga oncológico
- Practicar ejercicio hace que la persona se sienta más activa y con más vitalidad, por lo que se mejora el estado de ánimo.
- El yoga oncológico ayuda a desactivar la mente, durante las sesiones, de lo que se está viviendo.
- Ayuda a combatir la depresión.
- Facilita la búsqueda de técnicas para gestionar las diferentes emociones.
- Aumenta la autoestima.
- Permite que la persona reconecte con su propio cuerpo y sus emociones.
- Ayuda a que los pacientes ‘perdonen’ a su cuerpo y vuelvan a quererlo y a reconectar con él.
- Con el yoga oncológico se promueve la creación de redes de apoyo, por lo que es imprescindible realizarlo en grupo.
Los procesos oncológicos unen a las personas que están pasando por situaciones similares, aunque no compartan el mismo tipo de cáncer. Las emociones y los efectos secundarios de los tratamientos son muy parecidos y se crean las mismas sensaciones en los diferentes pacientes.
Al hacer yoga oncológico en grupo se comparten vivencias, experiencias y emociones, se pueden establecer conexiones interpersonales, se aumenta la empatía y se consigue la visualización de que un paciente con cáncer no está solo. Siempre hay alguien a su lado para ayudarle a superar los momentos más difíciles y alegrarse de los momentos más bonitos, como un avance positivo.
Además del yoga, existen otro tipo de terapias alternativas que pueden llevarse a cabo en un paciente con cáncer, como por ejemplo, la meditación, la acupuntura, terapias energéticas, la medicina tradicional china o la fitoterapia.
Sea como sea, el paciente debe seguir siempre con el tratamiento recomendado por su médico de cabecera y, si así lo desea, complementarlo con otras terapias alternativas que le faciliten herramientas para sobrellevar la enfermedad de mejor manera.
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