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La soledad en los mayores: causas y soluciones

En los países desarrollados, el descenso de la natalidad y el aumento de la esperanza de vida debidos a las mejoras socio sanitarias han hecho del envejecimiento una realidad dominante. Se estima que, en unos 40 años, la población de personas mayores de 60 años se duplicará en el mundo. España es el segundo país más longevo del mundo, después de Japón.

Este envejecimiento trae consigo condiciones bajo las cuales las personas se sienten más solas, pudiendo considerar la soledad en las personas mayores como uno de los principales problemas en la actualidad. Esto llega a afectar a casi la mitad de la población con más de 80 años.

Según vamos envejeciendo, la pérdida progresiva de los refuerzos sociales, culturales y familiares pueden desencadenar en un aislamiento social.

La soledad significa sentirse solo independientemente de la cantidad de contactos sociales. Por su parte, el aislamiento social es la falta de conexiones sociales. Este último puede causar soledad en algunas personas, mientras que otras pueden sentirse solas sin estar socialmente aisladas.

Y la soledad en ancianos, deseada o no, es una condición relacionada con la vejez que impacta directamente en el estado de la salud de las personas mayores. Así, corren el riesgo de presentar demencia y otras afecciones graves.

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¿Cómo afecta la soledad a la salud de nuestros mayores?

La soledad en las personas mayores se trata de una afección que perjudica en gran medida a la calidad de vida durante la vejez, ejerciendo un efecto negativo en el estado de salud de las personas mayores. Puede afectarles a diferentes niveles: 

Fisiológico e inmunológico

Psicológico y emocional

  • Disminución de la autoestima y el humor, perdiendo las ganas de interactuar con el entorno
  • Hostilidad, resentimiento, miedo y tristeza
  • Problemas de salud mental como la ansiedad
  • Mayor riesgo de distimia y depresión
  • Mayor deterioro cognitivo y mental: la soledad es un factor de riesgo para sufrir enfermedades neurodegenerativas como la demencia senil, el Alzheimer o el Parkinson

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Conductual

Social

  • Aislamiento y déficit en las interacciones sociales

Mortandad

  • Aumento de la ideación suicida
  • Mayor riesgo de morir prematuramente por todas las causas, un riesgo que podría rivalizar con el del tabaquismo, la obesidad y el sedentarismo

Las causas de la soledad en personas mayores

El contacto con otras personas es vital para la salud física y mental del ser humano. Desde que nacemos vivimos rodeados de la familia y amistades. Nos sentimos parte de un colectivo que nos da un afecto, una compañía, un apoyo y que nos quiere. Nos necesitamos entre nosotros para poder sobrevivir.

Cuando llegamos a la tercera edad, la soledad en las personas mayores es uno de los problemas más temidos.

El sentimiento de soledad en ancianos es una experiencia negativa que se percibe como una carencia emocional. Esto se puede deber a que las relaciones sociales que mantiene la persona son menores de las que serían deseables o porque no percibe el apoyo emocional suficiente de estas.

Factores relacionados con las causas de la soledad en personas mayores

  • El aumento de hogares unipersonales y nuevos tipos de familias
  • Descenso de la natalidad
  • Paro
  • Precariedad en el empleo
  • Desnaturalización en el trabajo como fuente de encuentros
  • La frenética vida en las grandes ciudades
  • Tendencia a relaciones personales menos duraderas

Estos factores, conectados con las causas de la soledad en las personas mayores, son los que pueden llegar a intervenir en el aumento imparable de la soledad, siendo el grupo de mayor prevalencia el de los mayores que, en muchos casos, viven y mueren solos en el final de sus días.

Las personas de edad avanzada se encuentran particularmente expuestas a eventos que suelen acarrear una enorme transformación en sus relaciones sociales. Esto las hace más vulnerables a la soledad. Algunos de estos factores son:

  • Por las carencias físicas y mentales que van apareciendo a partir de determinada edad y que ponen complicado el poder disfrutar de la jubilación. La falta de independencia puede llevar a una gran frustración, provocando un sentimiento de inutilidad para la sociedad y personas cercanas. La mayoría de las veces esta situación puede causar una fuerte bajada de autoestima que puede desencadenar en una crisis existencial.
  • Después de la jubilación se puede echar en falta la rutina de levantarse con una motivación y con quehaceres, hecho que influye al aumento de los síntomas de la depresión y del sentimiento de soledad.
  • Cuando los hijos deciden emanciparse y se distancian de los padres, estos pueden sufrir un sentimiento de tristeza y soledad, conocido como el síndrome del nido vacío.
  • Otro factor a tener en cuenta es el momento en que una persona mayor pierde a su cónyuge. Esto le puede hacer entrar en una decadencia personal donde aparezca el sentimiento de soledad en las personas mayores. Esta persona esperará un apoyo de la familia más cercana; si se siente con carencias de cuidado por esta parte, la situación podría empeorar.
  • Falta de buena relación con la familia: el deterioro de los lazos familiares puede ser una causa de la aparición de soledad en ancianos.
  • Los prejuicios sociales: debido a la visión negativa que tenemos sobre la vejez, el adulto mayor se siente excluido de la sociedad, sintiéndose inútil y una carga.
  • Es posible que algún familiar acoja a la persona mayor en su casa, pero sin tiempo para darle la compañía y el cuidado que se merece. Esta desatención y la necesidad, cada día más creciente, de tener la ayuda de alguien, puede causar efectos muy negativos en su estado de ánimo y salud.
  • También las discapacidades físicas y las enfermedades mentales son desencadenantes del sentimiento de soledad en las personas mayores.

Las soluciones: Cómo combatir y evitar la soledad

Existen diversas soluciones para la soledad en el anciano. Aquí te dejo algunos consejos para que sepas cómo combatir la soledad en las personas mayores y que esta no desemboque en un aislamiento social, depresión u otra patología crónica:

Reconocer el problema

En primer lugar, debemos diferenciar entre la soledad elegida de la que podemos disfrutar por propia elección y el sentimiento de soledad no deseada sin tener otra opción.

Una vez que se sabe cómo nos sentimos y cómo afecta la soledad en las personas mayores, tenemos que buscar un cambio en nuestro entorno social para alejar el sentimiento negativo que esta angustia nos pueda generar.

En el caso de no conocer qué factores nos han llevado a esa situación de soledad, podemos acudir a un especialista para que nos ayude a encontrar las causas y nos oriente acerca de la ayuda que más nos conviene.

La compañía

La compañía es clave para combatir los peligros que puede suponer la soledad en las personas mayores, para que las se sientan escuchadas, cuidadas, valoradas y felices. Las relaciones sociales son un factor indispensable en el cuidado de las personas mayores, para asegurarles una buena calidad de vida. Necesitan que les demuestren que no están solos.

Hay muchas actividades y talleres en espacios y centros para mayores, para mantener un envejecimiento activo y en constante relación con otras personas.

Para aquellas personas que no tengan forma de moverse de sus casas, también existe la opción de tener visitas a domicilio o contar con servicio de telemedicina, para hacer una consulta médica online.

💡 Si te interesa poder realizar consultas médicas online, ya sea para ti o para algún familiar mayor, visita la web de Aegon para que veas las coberturas que ofrecen sus seguros de salud, entre las cuales encontrarás el servicio de telemedicina.

Utilizar la tecnología

El mundo virtual ofrece nuevas formas de conectarnos con los demás que pueden ayudarnos a superar la soledad. Por ejemplo, las redes sociales o las aplicaciones de comunicación son formas de interactuar y socializar con los demás, sin tener que salir de casa si algún día no podemos por algún motivo de salud o de incapacidad.

Sin embargo, es importante que este uso de las tecnologías sea en pequeñas dosis para evitar el aislamiento social. Sin embargo, se debe tener cuidado con que esto no suponga dejar de vivir en la realidad ni genere nomofobia.

Participar activamente en la sociedad

Hay muchas cosas que podemos hacer para sentirnos socialmente útiles después de jubilarnos. Por ejemplo, colaborar con otras personas por una buena causa puede ayudar de forma efectiva a combatir la soledad en las personas mayores.

El voluntariado permite a las personas mayores ayudar a otras personas que lo necesitan, evadiendo así por un lado la soledad, al colaborar y estar en contacto con otros. Y, por otro lado, aumenta su autoestima, al sentirse útiles en la sociedad.

En Aegon queremos ser una fuerza para el bien, por ello, en nuestro afán de aportar nuestro granito de arena a la sociedad, recientemente participamos en actividades de voluntariado precisamente. En concreto, varias de estas actividades iban dirigidas a combatir la soledad en las personas mayores. Te dejo el vídeo que grabamos de esa jornada tan especial:

Cuidar nuestra salud

Además de evitar el aislamiento social, no hay que olvidar la importancia de una vida saludable para prevenir la soledad en las personas mayores.

Existen hábitos saludables que nos aportan grandes beneficios para nuestra salud y ayudan a combatir la soledad no deseada, como por ejemplo:

Mantenerse activo

Es muy importante no adoptar una vida sedentaria. Tener alguna afición para cubrir el tiempo libre y que, a su vez, sea beneficioso para la salud es esencial para disfrutar de una buena calidad de vida en la tercera edad.

Existen múltiples opciones de ocio con los que mantenerse activos y fortalecer los lazos sociales:

  • Tener una mascota que nos haga compañía y nos obligue a salir a la calle
  • Proponerse nuevas metas en tu proyecto de vida o aprender cosas nuevas
  • Realizar actividades de ocio como paseos guiados o talleres de cocina o jardinería

Otras opciones para evitar la soledad en ancianos son:

  • Asociaciones, viajes y excursiones: en la actualidad existen numerosas entidades e instituciones públicas y privadas que ofrecen actividades de ocio para personas mayores. Una etapa en la que se puede disfrutar al máximo del tiempo libre con viajes, excursiones y deporte al aire libre que permiten disfrutar de la naturaleza, conocer culturas y lugares nuevos y estrechar lazos sociales.
  • Centros de día: otra de las alternativas para no sentirse solo son los centros de día, espacios en los que realizar actividades de ocio, talleres o juegos con otras personas de la misma edad.
  • Actividad física: por ejemplo, montar en bicicleta, apuntarse a natación, clases de baile o practicar pilates son actividades suaves que nos permiten mantenernos en forma y relacionarnos con otras personas.
  • Actividad mental: los ejercicios cognitivos nos ayudan a mantener activa la mente y potenciarla, además de poder prevenir padecer una enfermedad neurológica.
  • Juegos de mesa: sirven para estimular la agilidad mental y favorecer la participación social, como por ejemplo el dominó, las cartas, el bingo y el parchís.
  • Actividades creativas: como pintar, cocinar, manualidades u otras acciones que estimulen nuestras habilidades sociales, cognitivas y motrices.

Además de mantenernos activos con las actividades anteriores, también es importante conservar las relaciones con amistades, familia o compañeros. Con todo esto, podemos conseguir reforzar nuestro estado emocional, evitando el aislamiento social y la soledad en las personas mayores no deseada.

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Psicóloga

Licenciada en Psicología, Máster en Trastornos Postraumáticos, Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales, Experta en Psicología de Emergencias y Catástrofes por el Consejo General de la Psicología de España, miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Psicología Aplicada a Desastres, Urgencias y Emergencias (SEPADEM), Coordinadora del Grupo de Intervención Psicológica en Emergencias y Catástrofes del Colegio Oficial de Psicólogos del Principado de Asturias, y Vicepresidenta de la Federación Internacional de Psicología en Emergencias (FIPE-IFEP). Más de 20 años de experiencia en asesoramiento psicológico e impartición de actividades formativas presenciales y online.

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