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Amigdalitis: causas, síntomas y tratamientos

doctora revisando a una niña enferma de amigdalitis

La amigdalitis es una enfermedad muy común, por ello, es importante saber qué es, en qué consiste, cuáles son sus causas y sus posibles tratamientos.

El cuerpo humano es muy sabio y cuenta con las herramientas necesarias para intentar defenderse de factores externos que puedan provocarle infecciones. Por ello, ante la aparición de algún virus o bacteria, pone en marcha todas sus defensas y manifiesta, a través de los síntomas, qué es lo que está sucediendo en su interior.

Desde Aegon, vamos a explicarte todo lo que hace referencia a la amigdalitis y, sobre todo, no olvides que ante cualquier anomalía en tu salud, debes acudir a tu médico para que pueda valorarte, hacer un diagnóstico y recomendarte un tratamiento.

¿Qué es la amigdalitis?

Se denomina amigdalitis a la inflamación de las amígdalas, también llamadas anginas. Las amígdalas son dos masas que se encuentran al inicio de la garganta, cada una en un lateral, con forma ovalada de color rosado.

El tamaño de las anginas va aumentando de tamaño, llegando a su tamaño máximo de entre los 3 y los 6 años, y disminuyendo a partir de los 8, cuando adquieren su tamaño final.

Su inflamación se produce en respuesta a una infección, ya sea vírica o bacteriana y, cuando esto sucede, se inflaman, se enrojecen, e incluso cursan pus, dificultando el poder tragar.

Por norma general es muy común en niños, pero algunos adultos también pueden padecerla hasta, aproximadamente, los 50 años.

Porque la salud es lo más importante

Tipos de amigdalitis

Existen dos tipos de amigdalitis:

  • Amigdalitis aguda

La amigdalitis aguda es bastante común en niños y adolescentes y, por norma general, su evolución es benigna.

  • Amigdalitis crónica

La amigdalitis crónica no es tan común, pero se da cuando las amígdalas se ven afectadas con algún tipo de infección, vírica o bacteriana, que no acaba de curarse y va presentando sus diferentes síntomas de forma intermitente durante más de 6 meses.

A su vez, el tipo de amigdalitis también puede distinguirse entre víricas o bacterianas y sus principales diferencias es el tipo de síntomas que presentan.

Aunque para su diagnóstico no es necesario, para poder determinar el tratamiento, se requiere que el médico lleve a cabo un test de estreptococo o, en su defecto, coger una pequeña muestra para poder hacer un cultivo y determinar la bacteria causante de la infección.

Es muy importante saber si se trata de una amigdalitis bacteriana porque, de ser así, el tratamiento es con antibiótico, mientras que si es vírica, no es necesario.

Es difícil distinguir entre las amigdalitis víricas y bacterianas únicamente a través de los síntomas o del aspecto de la garganta, aunque como vimos hay algunos datos que nos orientan sobre la posible causa. También hay que tener en cuenta que una amigdalitis puede ser inicialmente vírica pero puede llegar a sobreinfectarse y pasar a ser bacteriana.

Causas de la amigdalitis

Las posibles causas de la amigdalitis dependen de los virus o bacterias que afecten al organismo. Los más comunes, normalmente virus, son:

  • Estreptococos
  • Adenovirus
  • Virus de Epstein-Barr
  • Virus de la influenza o gripe
  • Enterovirus
  • Virus de herpes simple
  • Virus para influenza

Cuando se trata de una amigdalitis aguda, la principal causa es porque la infección ha sido mucho más grave y el paciente no ha tomado las medidas oportunas para combatirla con los fármacos adecuados. La amigdalitis crónica suele derivar, también, en una faringitis, por lo que es muy importante acudir al médico antes de que esto suceda.

Síntomas

Los principales síntomas de la amigdalitis son:

  • Dolor punzante y continuo en la parte superior de la garganta.
  • Dolor al tragar, ya sean alimentos sólidos o líquidos o incluso la propia saliva.
  • Cuando hay una amigdalitis grave, el dolor puede derivar hasta los oídos.
  • Dolor de cabeza.
  • Fiebre.
  • Tos.
  • Cansancio.
  • Malestar general.
  • Falta de voz.
  • Dificultad al hablar.
  • Dolor al abrir la boca.
  • Aparición de pus en las amígdalas.
  • Mal sabor de boca

Cuando se trata de una amigdalitis crónica, estos síntomas no son los predominantes, pero sí se inflaman las amígdalas y los ganglios linfáticos e incluso puede faltar la voz o provocar halitosis.

Además, al igual que pasa con las llagas de la boca, hay mucha dificultad para comer.

Doctora haciendo un chequeo de la garganta a un niño

Tratamientos. ¿Cómo curar la amigdalitis?

Ante el dolor de garganta y la amigdalitis, es muy importante acudir al médico para que éste pueda evaluar la situación, saber si es vírica o bacteriana y poder llevar a cabo el tratamiento para la amigdalitis que considere necesario.

Por norma general, los tratamientos más utilizados son:

  • Uso de analgésicos comunes para reducir el dolor, el malestar y la fiebre.
  • Si tras la toma de analgésicos, la evolución de la amigdalitis no ha mejorado, el médico decidirá si es necesario empezar un tratamiento con antiinflamatorios o incluso antibióticos.
  • Uso de medicamentos especiales para mejorar la disfagia y poder tragar líquidos o sólidos.
  • Hacer gárgaras de agua con miel y limón
  • Hacer gárgaras con agua salada
  • Tomar infusiones
  • Beber muchos líquidos
  • Tomar mucha vitamina C
  • Mantener una humedad adecuada en el ambiente
  • Evitar que el paciente se someta a agentes irritantes como el olor a productos de limpieza, a tabaco…

Si tras aplicar todos estos tratamientos, la amigdalitis no ha reducido y se convierte en algo recurrente, el médico valorará la necesidad de recomendar una intervención quirúrgica en la que se eliminen las amígdalas.

La intervención es sencilla y muy rápida y suele llevarse a cabo con radiofrecuencia para evitar complicaciones y un postoperatorio complicado.

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En todos los casos, ante la amigdalitis, es importante que el paciente descanse y duerma mucho, prevenir la deshidratación que aumente el malestar en la garganta y procurar que los pocos alimentos que el paciente pueda ingerir sea reconfortantes y calientes.

Aunque, por otro lado, los helados pueden aliviar significativamente el dolor de garganta al proporcionar una sensación de anestesia ante el frío.

La amigdalitis, como hemos dicho, es una enfermedad muy común, pero si no se trata adecuadamente puede acabar en complicaciones mucho más severas. Por ello, en Aegon te ofrecemos el mejor seguro médico privado para toda la familia, para que tanto tú como tu familia podáis acudir al médico cuando lo necesitéis, recibáis una muy buena atención sanitaria, con los tratamientos adecuados para la cursa que sea precisa y sin tener que hacer largas colas de espera.   

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Doctora en Medicina y Cirugía
Mi LinkedIn

Licenciada por la Universidad Autónoma de Honduras, con experiencia como médico en Servicio Social. He desarrollado buena parte de mi carrera profesional en España, en áreas tan diversas como Farmacovigilancia y Medicina Asistencial.