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Alimentación complementaria en bebés ¿Cuándo y cómo introducirla?

Alimentación complementaria

Tras los seis meses que se recomienda de lactancia exclusiva, importantísimos para la salud digestiva e inmunitaria del bebé, nos asedian un montón de dudas sobre la alimentación complementaria en bebés. A mi al menos, me trajo de cabeza.

Es cierto también que, en ocasiones la lactancia se complica, y recurrimos antes de los seis meses a preparaciones de leche de fórmula. Como la composición de estos preparados difiere de la leche de las mamás, os contaré también algunas opciones que tengan en cuenta estas diferencias.

Vayamos por partes, y empiezo contándoos alguna anécdota personal, sobre qué dar a o no a nuestros bebés.

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Cambios respecto a la alimentación complementaria

Como cualquier madre, ya cuando estás embarazada, te planteas que te gustaría darle lo mejor a tu bebé , y justamente fue durante el embarazo cuando comenzaron mis dudas respecto a la alimentación de los bebés.

Surgieron charlando con una conocida, que había vivido varios años fuera de España, y que había dado a luz en el extranjero, donde vivieron los primeros meses con su hijo.

El caso es que hacía poco que habían regresado, con su bebé ya de 9 meses. Entonces se encontró que las recomendaciones que aquí se daban sobre qué alimentos introducir en cada mes, diferían mucho de lo que le había contado anteriormente. Cuando me contó todo esto me extrañó muchísimo, yo que creía que estaba todo clarísimo, y me puse a indagar.

Así que comencé a buscar bibliografía científica sobre esto, y me encontré que la realidad es que no hay evidencia de que sea mejor introducir unas cosas u otras, es decir, las investigaciones no encontraron diferencia entre introducir primero unos alimentos u otros. Siempre y cuando se haga a partir de los 6 meses.

Es cierto que hay algunas excepciones, pero te aseguro que son pocas, como veremos más adelante.

Por lo tanto, las recomendaciones que antes se hacían respecto a la alimentación complementaria, que incluso durante unos años cambiaron a menudo, volviéndose cada vez más estrictas, se ha visto que no tenían fundamento.

Como os decía, variaban además considerablemente entre cada país, y esto se debía a que en realidad, dependían fundamentalmente de su tradición cultural y culinaria. Ahora por suerte sabemos que no es tan complicado. Cuantos padres se habrían ahorrado muchos quebraderos de cabeza, de haber tenido claro todo esto, yo la primera.

Lo que sí sabemos

Lo que sí que se encontraron las investigaciones sobre la alimentación de nuestros bebés, es que la lactancia exclusiva debe de prolongarse al menos hasta los 6 meses ¿ Y qué más? Que debería mantenerse conjunto con la alimentación complementaria del bebé, al menos hasta los dos años.

Ahora quizás te preguntes ¿Por qué al menos hasta los dos años? Pues porque en ese tiempo el sistema inmune del bebé está muy inmaduro aún, y la lactancia materna le aporta muchos nutrientes y bacterias protectoras de efecto probiótico.

A parte de esto, las investigaciones indican que el consumo de azúcares y sal debe evitarse, preferiblemente hasta los dos años también, es único que sabemos a ciencia cierta, y nunca mejor dicho.

Tanto la sal como algunos azúcares, están presentes ya en los alimentos, como las frutas, pero en pequeñas cantidades, y añadirlos artificialmente, incluso en zumos, puede sobrecargar los órganos del bebé que deben metabolizarlos, y que están todavía inmaduros.

El azucar en la alimentacion complementaria debe provenir de la fruta

Otro inconveniente de la sal y los azúcares es que deterioran la microbiota intestinal del bebé, especialmente los azúcares ¿Conoces en todo lo que nos ayuda la microbiota?

Pues si quieres saber todas las funciones de la microbiota en nuestro cuerpo, y la importancia de que se forme adecuadamente durante los primeros años de vida, te dejo nuestro artículo, “Qué es la microbiota intestinal, y por qué es tan importante para nuestras defensas”. Os confieso que si los títulos pudieran ser larguísimos podríamos: defensas, digestión, inflamación, cerebro….

Al margen de lo que te he contado, hay también evidencia científica, aunque no tan contundente, de que nutrientes con impacto inmunitario, especialmente el gluten, es mejor esperar a introducirlo a que nuestro pequeño haya cumplido un año. De todos modos este aspecto sobre la alimentación de los bebés y el gluten, aún se está investigando.

¿Para cuándo la alimentación complementaria?

Ya hemos comentado que la alimentación complementaria debe comenzar a introducirse a partir de los seis meses de edad. Si se hace antes, se ha encontrado ciertos riesgos, como son:

  • Incremento del riesgo de infecciones
  • Mayor probabilidad de atopías
  • Menor aporte de nutrientes
  • Riesgo de atragantamiento
  • Alteración en la disponibilidad de varios minerales
  • Mayor riesgo de obesidad
  • Mayor riesgo de diabetes
  • Menor aporte de omega 3

No se aconseja retrasarla tampoco más de los 7 meses, ya que entonces se puede incrementar el riesgo de déficit de hierro, o pueden surgir más dificultades con la introducción de nuevas texturas.

Cómo empezar con la alimentación complementaria

Lo primero que debes de saber es que la alimentación complementaria debe de acompañar a las tomas de lactancia, no sustituirlas. Por otro lado, en estos últimos años han surgido tendencias como el “baby led weaning”, en la que permitimos al bebé, ya con más de 6 meses, escoger alimentos con sus manos, ofreciendo alimentos similares a los de los menús del ámbito familiar. Si el niño siente curiosidad los cogerá y tratará de masticar, aunque sea aún con sus encías.

Si bien es cierto que esta esta estrategia puede resultar interesante, la mayoría de las asociaciones de pediatría consideran más seguro la introducción de la alimentación complementaria mediante texturas semi-trituradas. Así se reduce el riesgo de atragantamiento, al tiempo que favorezcan ya el reflejo de masticación.

la alimentacion del bebe complementará a  la lactancia

Al mismo tiempo, cada vez son más las asociaciones de profesionales que consideran adecuado combinar las texturas semitrituradas con prácticas de baby led weaning.

Otra de las estrategias en las que inciden las asociaciones de pediatras, es la de introducir los alimentos de uno en uno. Mejor en cantidades pequeñas, para que el sistema digestivo se vaya adaptando paulatinamente a ellos.

Se aconseja además esperar al menos 3 días entre la introducción de cada nuevo alimento, para detectar si este ocasiona algún problema de alergia, intolerancia o digestivo. Según esto no deberíamos introducir más de dos alimentos nuevos cada semana, que se podrían ir añadiendo a los que ya se haya probado previamente.

Alimentación complementaria al detalle

Como ya hemos dicho actualmente se considera que la alimentación complementaria puede hacerse de manera segura prácticamente con todos los alimentos, a partir de los 6 meses de edad. Sin embargo existen unos pocos alimentos, sobre los que hay algunas particularidades, y otros que por su importancia merece la pena enfatizar

Vamos a verlos, teniendo en cuenta las indicaciones para la alimentación complementaria de la guía de la Asociación española de pediatría, y también las de otros organismos profesionales internacionales.

El arroz integral

Puede contener cantidades elevadas de arsénico, procedentes del agua de riego, por lo que se desaconseja su utilización diaria, y preferiblemente al hacerlo, en pequeñas cantidades. En estos momentos aún se debate sobre cuál debería ser su frecuencia y qué niveles máximos de arsénico permitir.

Muchos nutricionistas advierten que, si se trata de un arroz con un elevado nivel de arsénico, como suele suceder con el que procede del sudeste asiático, no debería consumirse al menos hasta los 3 años. Esto se debe a sus efectos negativos sobre el sistema nervioso, que se dan ya con pequeñas cantidades.

Pescados con alto contenido en mercurio


Como el atún rojo o el pez emperador, están desaconsejados al menos hasta los 3 años, e incluso algunas asociaciones piden evitarlos hasta los 10 años. El motivo es similar al del arsénico, pues también afecta negativamente al sistema nervioso.

Verduras muy ricas en nitratos

Como la acelga y la espinaca, se desaconsejan hasta el año, por interferir con el metabolismo de la hemoglobina. Algunos profesionales matizan que podrían consumirse, en pequeñas cantidades, ya a partir de los 10 meses.

Verduras

Las verduras deben incorporarse a diario desde el sexto mes, algunas ideas de fácil digestión son la zanahoria, la calabaza y el calabacín

Los lácteos de vaca

Se desaconsejan hasta el año de edad, excepto la leche de fórmula y pequeñas cantidades de yogur natural entero, que podría introducirse a partir de los 9 meses de edad.

Zumos comerciales

Evitarlos hasta los 3 años, y esperar también a los caseros hasta el año. Por su elevado contenido en azúcares libres, incluso en los naturales, se aconseja no consumir más de 100 ml al día. Lo preferible es que les ofrezca fruta, de todo tipo, pero entera

Frutos secos

Se aconseja no darlos enteros hasta los 3 años, por el riesgo de atragantamiento. Sí que podrían consumirse previamente en pequeñas cantidades triturados, en forma de purés.

Antes de los seis meses

Aunque no es aconsejable, si se tuviera que dar alimentación complementaria antes de los 6 meses, nunca antes del cuarto mes, se recomienda usar como fuentes proteicas pescados blancos y carnes de ave cocidas, por ser más digestivas.

Con esto ya tienes a mano todo lo que necesitas para cuidar a tu bebé como merece ¿Te parecen muchas cosas? Pues verás que con un poco de práctica enseguida pronto lo tendrás todo interiorizado.

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Espero que te haya gustado nuestro artículo, y si es así no dejes de compartirlo para que tu familia y amigos también tengan la mejor información actualizada.

Especialista en Salud Natural y Dietética

Máster Universitario en Salud Natural y Nutrición. Experta en Alimentación Antiinflamatoria y psiconeuroendocrino-inmunología, el área de la ciencia que estudia la relación del sistema nervioso con el resto de nuestro organismo. Diploma de estudios avanzados en: Microbiota, inmunidad y sistema digestivo. Cursos de doctorado en: Biología del Cáncer. Autora de los libros: "¿Y ahora qué puedo comer?" y "Comer para cuidarse". Compagino la pasión de mi trabajo en consulta con la impartición de diversos cursos y las charlas divulgativas.

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