Lactancia materna: beneficios, tipos y recomendaciones para amamantar
Si estás embarazada o planteándote tener hijos seguramente que en algún momento has pensado en la lactancia materna. El acto de amamantar a tu bebé es un proceso natural repleto de beneficios tanto para el pequeño como para la madre, así lo apunta la ciencia.
Pero aunque sea lo habitual, y casi se dé por sentado, que llegado el momento dar el pecho será la opción escogida por la recién estrenada madre, realmente debes saber que no tiene por qué ser así. La maternidad, y en concreto la lactancia, puede ser un camino complejo si se vive con presión o dificultad. Por lo que mejor conocer todas las opciones posibles y lo que implicará cada una de ellas para decidirte por la que mejor se adapte a ti.
Además, aunque estés convencida de que dar el pecho es lo que deseas, la lactancia materna no es algo tan innato y sencillo como pueda parecer desde fuera.
¿Cuándo me subirá la leche? ¿Es posible que no tenga la suficiente para alimentar a mi hijo?¿ Hasta cuando puedo amamantarle? o ¿Cómo hago con la lactancia cuando vuelva al trabajo? son solo algunas de las dudas que pueden surgir al respecto.
Para ayudarte en este momento clave de tu vida, en este artículo te explico todo lo relativo a la lactancia materna, desde los beneficios y posibles inconvenientes hasta los mejores consejos para que amamantar a tu bebé sea lo más fácil y placentero posible.
Índice
- 1 Beneficios de la lactancia materna
- 2 ¿Qué ocurre si tengo problemas con la lactancia?
- 3 Tipos de lactancia materna
- 4 Lactancia materna en los primeros días: ¿Cuándo te subirá la leche?
- 5 ¿Pude ocurrir que no me suba suficiente leche?
- 6 Mejores posiciones de lactancia para un buen agarre al pecho
- 7 Alternancia de los pechos en la lactancia
- 8 ¿Cómo puedo saber cuándo tiene hambre mi bebé?
- 9 Lactancia, dieta, medicamentos y enfermedades
- 10 Vuelta al trabajo: cómo extraer la leche y almacenarla correctamente
- 11 Hasta cuándo dar de mamar a tu bebé
Beneficios de la lactancia materna
Diferenciamos dos tipos de beneficios.
Beneficios de la lactancia para el bebé
La leche materna es un alimento perfecto para tu bebé. Repasamos algunos de los beneficios de la lactancia materna:
- Cubre las necesidades nutricionales para su adecuado crecimiento y desarrollo físico desde los primeros meses de vida. Pues tu leche se irá adaptando a las necesidades de tu hijo a medida que este vaya creciendo.
- Es de fácil digestión, lo que disminuye los cólicos del bebé.
- Tiene los líquidos y electrolitos suficientes para su hidratación.
- Las investigaciones demuestran que los bebés alimentados con leche materna durante los primeros meses de su vida tienen menores riesgos de padecer muerte súbita del lactante, infecciones gastrointestinales, respiratorias y urinarias.
- Asimismo, desde un punto emocional, amamantar favorece el vínculo entre madre e hijo.
A largo plazo la lactancia materna también se ha asociado a menores probabilidades de desarrollar ciertas afecciones en los niños entre las que se incluyen:
- Asma
- Alergia
- Enfermedad celiaca
- Enfermedad inflamatoria o intestinal
- Obesidad
- Diabetes Mellitus
- Esclerosis múltiple
- Algunos tipos de cáncer
La investigación también remarca que los lactantes no alimentados con el pecho muestran mayor incidencia de hiperactividad, ansiedad o peores resultados en test de inteligencia.
Beneficios de la lactancia para la madre
La lactancia materna también muestra beneficios para la madre.
- Ayuda a la recuperación posparto, al favorecer la liberación de oxitocina. Esta hormona beneficia la contracción del útero, lo que disminuye el riesgo de hemorragia tras el parto. Asimismo amamantar parece vincularse a menores incidencias de cáncer de ovarios y de pecho.
- Ayuda a quemar calorías adicionales lo que permite recuperar rápidamente el preso previo al embarazo.
- Previene la depresión post-parto.
- Además, aunque pueda pasar desapercibido, dar el pecho supone un evidente ahorro económico frente a la leche de fórmula.
💡 Quizás te interese ampliar la información a través de nuestro artículo sobre Depresión posparto: ¿Qué es y cómo superarla?
Por todas estas razones son muchas las asociaciones de la salud que recomiendan este tipo de alimentación en los lactantes. Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Academia Americana de Pediatría (AAP) o el Comité de Lactancia de la Asociación Española de Pediatría se aconseja la alimentación exclusiva al pecho durante los primeros 6 meses de vida del niño y después dos años de alimentación mixta.
Dicho esto debes saber que dar el pecho es siempre una decisión que recae en ti.
¿Qué ocurre si tengo problemas con la lactancia?
Algunas madres no logran producir suficiente leche materna, a veces el bebé no consigue amamantar de manera correcta. Ambas situaciones pueden conllevar riesgo de deshidratación o pérdida de peso en el pequeño. Otras, sencillamente el pecho no es una opción compatible con el ritmo o el estilo de vida de la mujer, quien puede querer preferir que el padre también forme parte activa de la alimentación del bebé.
Por lo que la lactancia materna es solo una de las dos formas excelentes de alimentar a tu bebé.
Tipos de lactancia materna
Los tipos de alimentación que puedes ofrecer a tu bebé recién nacido son:
- Lactancia exclusiva: el lactante recibe solamente leche materna y agua y ningún alimento adicional.
- Lactancia parcial o alimentación mixta: el lactante recibe algunas tomas de pecho y otras de alimento artificial o de fórmula.
- Lactancia con biberón: el lactante se alimenta con biberón independientemente de su contenido, incluida la leche materna extraída.
- Lactancia tándem: aquí la madre amamanta a hijos de distintas edades. Se da cuando una mujer que aún sigue dando el pecho vuelve a quedarse embarazada. Siempre que no suponga una experiencia agotadora para la madre no hay riesgo alimentario alguno para los pequeños a pesar de las distintas necesidades.
Las principales asociaciones médicas y pediátricas recomiendan una lactancia materna exclusiva a demanda, la cual implica una alimentación basada únicamente en leche materna, con una ausencia total de horarios, poniendo al pecho al bebé cada vez que este así lo requiera.
Lactancia materna en los primeros días: ¿Cuándo te subirá la leche?
En los días posteriores al nacimiento del bebé, tu cuerpo comenzará a fabricar calostro.
El calostro es la primera leche, muy rica en nutrientes, con gran cantidad de proteínas y sustancias que ayudan al sistema inmunitario del pequeño. En su apariencia esta primera leche materna puede ser más espesa y amarillenta.
Tu bebé tomará este calostro a través del pezón, comenzando a aprender a mamar. Pues aunque sea algo inherente, requiere de cierta habilidad, al tener que coordinar actividades que implican succionar, tragar y respirar.
Lo más recomendable es que pongas a tu bebé al pecho en la primera hora nada más nacer. Esto se debe a que durante ese tiempo los recién nacidos están más activos y puedes aprovechar esto para que comience a agarrarse al pecho. Después de esa hora lo habitual es que el pequeño pase mucho tiempo durmiendo, lo cual dificultará el acto de mamar.
Tras unos días, tu cuerpo empezará a fabricar leche materna. Lo notarás porque percibirás tus pechos más duros y notarás cierta presión en ellos. Aquí la leche pasará a tener un aspecto más cremoso, líquido y blanquecino.
Este periodo puede suponer unos 3 o 4 días, pero el algunas mujeres puede tardar algo más. Si es así no te preocupes, sigue amamantando a tu bebé para estimular la producción de leche en tu cuerpo. Aunque también es conveniente que se lo comuniques a tu médico para asegurar que tu hijo recibe el alimento necesario.
¿Pude ocurrir que no me suba suficiente leche?
Como has visto la subida de la leche es un proceso natural que llevará a cabo tu cuerpo horas después de finalizado el parto.
Pero puede ocurrir que ciertas mujeres no lo experimenten. Es lo que se conoce como hipogalactia, una afección por la cual no se produce leche tras dar a luz y que parece afectar a 1 de cada 1.000 mujeres.
Entre los riesgos de padecer hipogalactia se incluyen:
- Hipotiroidismo no controlado.
- Síndrome de ovarios poliquísticos (SOP).
- Síndrome de Sheehan.
- Placenta retenida.
- Intervención de reducción mamaria reciente.
- Ovarios poliquísticos.
Mejores posiciones de lactancia para un buen agarre al pecho
Aunque sea un proceso natural, la lactancia materna requiere cierta práctica. Por lo cual no debes desesperar si de primeras percibes que no va todo lo bien que deberías.
Nada más nacer, al colocar a tu bebé al pecho, este lo buscará de forma natural. La manera correcta de agarre es que este abarque el pezón y la aureola. Cuando asume una postura correcta, mamar no debería generar dolores o producir heridas.
No existe una única posición adecuada para amamantar, lo importante es que favorezca el agarre y que hijo y madre estén cómodos.
Entre las posturas de lactancia más habituales recomendadas por los expertos se incluyen:
1. Posición de crianza biológica
Aquí la madre se colocará recostada (entre 15 y 65º) boca arriba y el bebé boca abajo, en estrecho contacto piel con piel con el cuerpo de la madre. Esta postura permite al bebé el contacto de su cara con el pecho mientras que la madre le ayuda a llegar al pecho limitando la distancia con sus brazos.
2. Posición sentada
Se debe colocar al bebé con el tronco enfrentado y pegado a la madre. La madre puede sujetarlo con la mano en su espalda, apoyando la cabeza en el antebrazo. Y servirse de la otra mano para dirigir el pecho hacia la boca del bebé.
3. Posición acostada
En esta posición, la madre se sitúa acostada de lado, con la cabeza ligeramente elevada (sobre una almohada) con el bebé también de lado, acostado sobre la cama, con su cuerpo enfrentado y pegado al cuerpo de la madre. La madre puede acercarlo al pecho empujándole por la espalda, con suavidad, cuando abra la boca, para facilitar el agarre. Es una posición muy cómoda para las tomas nocturnas aunque puede ser menos eficaz que la posición de crianza biológica cuando se tiene poca práctica.
Alternancia de los pechos en la lactancia
En cuanto a la alternancia de los pechos, favorecer que el bebé mame de ambos ayudará a que la producción de leche se active en tus dos senos. Esto también evitará la sensación de presión en la teta al estimular el vaciado de ambas, algo que seguro agradecerás.
Aunque debes tener en cuenta que la composición de la leche cambia durante la toma. En la primera parte contiene más agua y azúcar, lo que satisface la sed del bebé. Después, aumenta su contenido en grasa. Por ello es importante que termine un pecho antes de pasar al otro y asegurarse este extra de calorías.
Lo aconsejable, comienza la toma por el pecho del que no mamó o del que mamó menos en la toma anterior.
¿Cómo puedo saber cuándo tiene hambre mi bebé?
Sin duda el llanto es uno de los signos más inequívocos con los que tu bebé te hará saber que tiene ganas de comer.
Otros gestos que pueden indicar señal de hambre en el lactante son:
- mover la cabeza de un lado a otro
- abrir la boca
- sacar la lengua
- meterse las manos y los puños en la boca o succionarlos
- manifestar el reflejo de búsqueda (cuando un bebé mueve la boca en la dirección de algo que le toca o acaricia la mejilla).
Por supuesto, si te preocupa que tu bebé no esté comiendo lo suficiente, consúltalo con tu matrona o médico, no te quedes con la duda.
Lactancia, dieta, medicamentos y enfermedades
Como recuerda la Asociación Española de Pediatría la mujer que amamanta no precisa dietas especiales. Lo más recomendable, como siempre, seguir una dieta sana y variada, evitando aditivos y sustancias perjudiciales. Intenta limitar tu consumo de cafeína y mucho más el de tabaco y alcohol.
💡 Si quieres ampliar información sobre lactancia y dieta, no te pierdas nuestro artículo ¿Puedo hacer dieta y adelgazar durante la lactancia?
En cuanto a los medicamentos durante la lactancia, el organismo afirma que los fármacos habituales son compatibles con dar el pecho y en muy pocas ocasiones es necesario suspender la lactancia. Pero lo mejor, es que antes de consumirlos lo consultes con tu médico. Aquí te dejamos un artículo sobre qué pruebas médicas puedes pasar sin riesgo durante la lactancia.
Es posible que te hayas preguntado si es seguro dar el pecho a tu hijo si tienes coronavirus. De acuerdo con Unicef, las pruebas realizadas hasta el momento están a favor de la lactancia materna. De hecho, la entidad precisa además que el contacto piel con piel y la lactancia favorecen el desarrollo del bebé, “por lo que no hay razón para interrumpirla como consecuencia del COVID-19“. Y añade que todavía no se ha detectado la transmisión de casos activos del coronavirus a través de la lactancia materna.
A este respecto, el Ministerio de Sanidad asegura igualmente que es sabido que la lactancia proporciona la forma más completa de nutrición para los recién nacidos, pues les aporta anticuerpos que aún no se han desarrollado en los bebés y que son muy necesarios para defenderse de infecciones respiratorias en los primeros meses de vida, como puede ser frente al coronavirus.
Por su parte, sobre esta cuestión, la Organización Mundial de la Salud (OMS), también a favor de la lactancia materna en este caso, ha publicado una serie de consideraciones para dar respuesta a las dudas más frecuentes sobre coronavirus y lactancia materna.
Siempre con la premisa de que es un virus reciente y los estudios aún son limitados, la OMS afirma que, hasta hoy, no se ha detectado el virus activo de la COVID-19 (es decir, que pueda causar infección) en la leche de ninguna madre con sospecha o confirmación de infección. Por lo tanto, parece poco probable que la enfermedad pueda transmitirse al amamantar o a través de la leche materna.
¿Se debe amamantar en lugares donde la COVID-19 es frecuente?
Sí. Coincide la organización con Unicef en que la lactancia materna mejora la supervivencia de los neonatos y lactantes. Asimismo, les proporciona beneficios para la salud y el desarrollo que duran toda la vida. La lactancia materna también mejora la salud de las madres. En cambio, no se ha detectado la transmisión del virus de la COVID-19 a través de la leche materna ni el amamantamiento.
Por tanto, si una madre tiene COVID-19, presunta o confirmada, la OMS recomienda seguir amamantando. Sostiene que existen datos científicos que demuestran que la lactancia materna reduce la mortalidad de los neonatos, lactantes y niños menores de 5 años.
Las recomendaciones de higiene para una madre que amamanta y que tiene o se sospecha tenga coronavirus son las siguientes:
- Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón o limpiárselas con un gel hidroalcohólico, especialmente antes de tocar al bebé.
- Utilizar una mascarilla médica mientras amamantan. Es importante:
- Sustituir la mascarilla en cuanto se humedezca.
- Desechar la mascarilla inmediatamente.
- No reutilizar las mascarillas.
- No tocar la parte frontal de la mascarilla, sino quitársela desde atrás.
- Cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo al estornudar o toser, tras lo cual deben desecharlo inmediatamente y volver a limpiarse las manos con gel hidroalcohólico o a lavárselas con agua y jabón.
- Limpiar y desinfectar regularmente las superficies.
Es interesante en este contexto de pandemia, desde el punto de vista de los profesionales pediátricos, cómo deben actuar estos con los recién nacidos. Sobre esta cuestión, expertos de la Sociedad Española de Neonatología han publicado un informe, en la revista Anales de Pediatría, con una serie de recomendaciones para el manejo del recién nacido, en relación con la infección por SARS-CoV-2, que se resume a continuación:
- No hay evidencia clara de transmisión vertical (antes, durante o tras el parto por lactancia materna) del SARS-CoV-2. De todos modos, deben realizarse test virológicos y seguimiento clínico a todos los hijos de madre con COVID-19.
- Existe posibilidad de transmisión postnatal (lo más frecuente) vía respiratoria o de contacto.
- En las madres con COVID-19, se debe evitar la separación de su recién nacido tras el nacimiento.
- Se recomienda la lactancia materna desde el nacimiento, siempre que las condiciones clínicas del neonato y su madre así lo permitan.
- Los neonatos sintomáticos deben ser ingresados en las unidades neonatales con estrictas medidas de aislamiento, teniendo en cuenta que si existe la posibilidad de formación de aerosoles el personal debe protegerse de forma especial.
- Aunque todavía no se dispone de muchos datos, los neonatos infectados no parecen mostrar formas graves de la enfermedad.
- No existe un tratamiento neonatal específico aprobado frente al SARS-CoV-2; las medidas a aplicar deben ser los tratamientos/cuidados sintomáticos habituales.
- Los criterios de alta dependerán de la clínica neonatal y los resultados de los test virológicos.
- En niños asintomáticos (tanto negativos como positivos) hijos de madre COVID-19 positiva, se puede valorar el alta hospitalaria a partir de las 48 horas y continuar en régimen de aislamiento domiciliario bajo seguimiento telefónico/presencial.
- Tanto durante la hospitalización como tras el alta, es importante la información y apoyo familiar.
Vuelta al trabajo: cómo extraer la leche y almacenarla correctamente
Si has optado por dar el pecho es posible que quieras seguir al menos hasta los seis meses de lactancia exclusiva que recomiendan los especialistas. La realidad hace esto más complejo, pues la actual legislación mantiene una baja de maternidad de 4 meses. Por lo que habrá al menos dos en los que tendrás que compaginar dar el pecho con tu trabajo.
Puede que si estás teletrabajando sea algo más compatible. Aún así es posible que se haga algo cuesta arriba y añada tensión a la situación de incorporarte de nuevo a tu puesto. Mucho más difícil será si debes desplazarte a un lugar de trabajo.
Aquí una de las opciones es que combines lactancia materna y de biberón para esas horas en las que no puedes estar con tu bebé. Esta puede ser a base de tu propia leche u optar por leche de fórmula.
Unas semanas antes de incorporarte al trabajo, conviene familiarizar a la persona que se vaya a encargar de alimentar al bebé con el manejo del biberón.
Puedes extraer tu leche usando un sacaleches y almacenarla en la nevera. Para ello es necesario que utilices envases apropiados y sobre todo que etiquetes cada uno de ellos para saber la fecha y escoger siempre el más antiguo.
A la hora de almacenar la leche materna debes tener en cuenta su duración. A temperatura ambiente no debería superar las 6 horas si se está por encima de los 25ºC. En la nevera, entre 0 y 4 ºC puede permanecer hasta 8 días.
A la hora de utilizar esta leche para tu bebé, este puede tomarla a temperatura ambiente o puede ser calentada al baño maría. Nunca calientes la leche materna en el microondas o directamente pues podría adquirir más temperatura de la recomendada para tu bebé.
Hasta cuándo dar de mamar a tu bebé
Las recomendaciones de los especialistas indican una lactancia exclusiva hasta los 6 meses y mixta hasta los dos años. Pero la realidad es que no existe una edad tope en la que debas cesar de amamantar a tu hijo.
Dar el pecho es un vínculo creado entre madre e hijo que puede ir más allá de la mera alimentación y este debe prolongarse hasta que ambos así lo deseen.
Muchas madres deciden prolongar la lactancia hasta que sus hijos tienen 3 o 4 años. Es lo que se conoce como lactancia materna prolongada, y no hay hasta la fecha ninguna evidencia científica que contraindique esto.
Una vez más se trata de que la madre esté cómoda con ello y así lo decida. Más allá de los 4 años es posible que el propio niño sea quien decida ir alejándose cada vez más del pecho de su madre, por su propia evolución.
Cuando llegue el momento del destete, lo aconsejable es que se realice de manera progresiva y lenta, para evitar problemas tanto al bebé como a su madre y hacer de este proceso algo cómodo y placentero para ambos.